martes, 6 de marzo de 2007

¿Cruz y ficción?

La receta de la felicidad estaba entre los pagos del teléfono. Su piel satinada miraba y casi cantaba. Fué espectacular preguntarle si es verdad que somos sueños de alguien furioso.
Cada mañana, tomar café y sentir como los niños se van al colegio es una fiesta si luego no te cuentan la estructura rara de cómo la realidad come tu alegría.
El amor no salva, pero si anestesia.
Esta pareja sube al súper los sábados y rellena su carrito con una materia que parece ser el cuerpo de su felicidad. Tienen voces de niños cuando hablan en voz bajita , se desquilibran al ver un animalito muerto en la carretera. Son especialmente vulgares. Con su fondo común se miman, se ablandan y hay siempre un ser desigual del que se horrorizan.
Anoche, mientras veían televisión hablaban sin parar de una historia que estaban inventando allí mismo. No es posible que un rey viva como un ser normal, ni es posible que los seres normales puedan volverse sagrados. Sino para qué carajo uno consume papitas Light.­
Ella lo miró con especial ternura cuando los dos se fueron discutiendo algo que jamás habían estudiado. Todo era invención. Así es la felicidad, un invento que algunas veces se hace un traje demasiado largo para no arrastrarlo.
Ellos no saben que un señor los ha codificado y les ha puesto nombre de usuarios necesarios. Ni que el banco les pone en lugar preferencial siempre que nace una nueva cadena de esclavitud. Ellos son especialmente felices cuando ven su vida como algo útil. Cuando sospechaban de todos los que acaban de llegar. Cuando de noche se limpian con kleenex su amor físico.
Ellos han aterrizado primero que todos, saben que son la humanidad. Si en algo
Dios los perdonará, será en haber creído fielmente que todo está aquí para cumplirse.
Se han hecho hombres y mujeres correctos, han sentido que algo los levantaba con una fuerza de nave nodriza los domingos en misa.
Sus hijos son la reproducción exacta de sus hambres y sus miedos. Formulan sus destinos criando muñecos y ordenando matar sin compasión a través de la play station. Sus hijos son perfectamente idénticos a los demás. Alguna vez en la barbacoa familiar Pedrito se vuelve Paquito con solo pestañear. La niña es una sola niña entre todas las primitas, todo parece extraído de una maquinaria de ciencia ficción. Ella, madre. Vela y llora cuando es necesario y si no es necesario, también vela y llora el destino que confecciona con una destreza de jugadora de ajedrez.
Son perfectos y se hacen querer cada vez que un ministro habla de lo mal repartido que está el cielo y que en otros tiempos, tenían mejores remedios para ciertos males.
Les admiro ciegamente por el uso que hacen de su muñeco hinchable con el que llegan a bailar.
Los veo en las filas del cine y les distraigo a veces con mis juegos de azar. Son mejores que muchos, son gente de verdad. Situados a la derecha de Dios, saben lo mal que los demás lo hacemos, fermentan una cierta compasión…
Su soledad está tan bien amaestrada que jamás mea sus pies. Su espectáculo de luces se enciende cuando es el tiempo. Como los gatos entierran su mierda para que no llegue a oler. Son perfectamente ciegos y sonámbulos. Invaden los parques. Son buenos y su bondad a veces, corta las propias venas del árbol por donde circula el bien.

Richard Villalón
www.richardvillalon.com

Los príncipes azules existen… duran un tiempo…luego destiñen.

Decidí usar este juego cuando él supuso haberme saludado por nuestro 13º aniversario. Sus ojos mirando el microondas, hablando, hablando de un polvero que por fin nos dejará la puerta del garaje utilizable, lograron enfrentarme a lo fácil que es querer, sin demostrarlo.
Vaya ruta, desde los 18 recién cumplidos. Pensando en el penalti: ¡Casados!. Comprobar que solo era un retraso me dejo retrasada para siempre. Mis estudios, mis ganas de salir del pueblo, la historia era hacerme una película menos conocida. No quería ser igual a las demás. Y ya ves, aquí en este hostal, ahora tirando del hilo para explicar la madeja.
Yo para ti y viceversa .Muchos viceversa de promesas, un círculo infinito mareándome más que el primer embarazo. Sus padres mejores que los míos, los míos inexistentes. Cada ladrillo de la casa construyendo un puzzle, después de un intenso soñar a ojos abiertos. Le quiero, él me quiere, eso es mucha verdad. Más verdad que nuestra cuenta corriente, nuestro coche y esta casita en el Aljarafe sevillano donde todos cumplimos con las filas interminables para llegar al trabajo cotidiano.
Pero…no sé como llegué a esta central nerviosa. Cómo me atreví a dejar mi número, como accedí al primer amigo. “Señora busca consuelo por las mañanas”, así no fue.
“Casada laboriosa y dispuesta”, eso fue.
En menos de dos días el móvil sonaba, sonaba de 11 a 14 horas. Cada vez me sentía una reina, dueña de estas piernas subidas en una moto de halagos.
Me citaban, yo estaba de vuelta. Solo creía lo callado. Es cierto eso que me contó mi profesor de teatro:”A los chaperos no los salva nadie, a las putas si”. Por supuesto nunca he pensado en esto como putear. Soy una señora, solo busco cariño cínico, algo de pasta para al final de mes no quedarme con el recuerdo rabioso de las cositas sin comprar en Factory.
Pizza, macarrones con salsa de tomate, muchos Foskitos, todo eso salva una economía anémica. Mi hermana funcionaria con tantos falsos regalos es una coartada perfecta. Aunque nuestro odio común, no lleva maquillaje. La “lista” tiene medios, sin ningún fin realmente amoroso.
Me harté de oler a fritura todo el día, de pintarme las mechas en casa, de llevar dos años seguidos la misma camisa de madrina de bautizo .Estoy cansada de ser siempre quien habla y habla para explicarle a mi marido las mejores maneras de tratar a los niños. Él no es el único con derecho a reclamar cuando mi Antonio manda a la mierda a su primo. Estoy cansada de ser nadie, un reflejo perdido cuando se llena de vapor el baño, una muñeca que cuando escucha sevillanas quiere bailar y su ropa es de enfermera, cuidando los restos del amor medio muerto. Claro, nos queremos pero esa talla no me entra o me queda grande. Sólo la hipoteca, el salario y hablar de los demás nos une despiadadamente.
Por eso contesto el móvil e invento una Leila de Portugal, Katia de Rusia o Eva de Polonia. Como nunca se habla en este negocio, alguno traga. Aún no logro imitar el acento de las sudamericanas, sino ya tendría “un papito” a mi merced.
Me lavo de manera absurda y lavo más, cuando ellos se van. Algunos se han llevado mi dolor avergonzado entre suspiros de placer furtivo. Seria mentira decir que no gozo, pero luego la mancha te quita la alegría.
Ya lo decía Carlitos Marx.: “todos los hombres son iguales”. Camioneros, comerciales, agentes de inmobiliaria… Horarios libres para salir de la oficina por las mañanas. Ninguno pregunta si soy feliz, todos saben, nadie es feliz entregándose para cubrir cualquier ausencia. Ellos son todos uno. Cuando dejo de quererlos, me baño y me baño hasta quedar exhausta de agua, promesas falsas. Todos tienen olor de náufragos, para algunos soy su sirena encantada. Para otros, una mujer con ganas de crecer fuera del infierno.
Luego voy por la A-49 diciéndome: ¡Vaya chollo hacer horas extras! .Que rápido podré conseguir un modelito de Vittorio y Luchino para la boda de mi prima Carmen (si supiera la verdad del matrimonio, la muy tonta). Todos pensarán es un vestido falso, el gustito que tendré sabiéndolo verdadero.
Lo bien que se está portando mi marido cuando habla de huevos con patatas como un manjar celestial .Nada es sucio, se ensucia, si no lo sabes tratar .Tengo manos de geisha, ojos de gitana, corazón pedernal. Un amigo llora cuando llega a la cumbre (que fina me pongo), otro pregunta si puedo contarle acerca de amar a otra mujer (que pajeros son los hombres, aun en la faena).Cien feligreses o mil con saber contestar a tiempo. Entre ellos invento un esposo mejorado. Oliendo mejor que nadie, nunca dejará de contarme entre sus tesoros. Lo mal que se lleva la vida cuando no aciertas con quien soñar. Lo bueno que resulta lo malo, cuando llegamos a alcanzarlo.
Mi marido es al final el único, sabe como nadie hacerme llorar. Dormido nunca sospecha. Soy una guarra, una salida, máquina calculadora. Pobre ilusa, hada extraviada, mujer desarmada,fascinada por fascinar, enjaulada... a punto de estallar.

Villalón
viernes, 16 de febrero de 2007