Mi
Mamá me Mima
8:00
am. domingo 24 de agosto…Ardiendo voy saliendo de mi
madre…
A ella la impactó un “rochabus” conmigo dentro. Ilusa,
despeinada reclamaba una Universidad y una justicia que nunca llegaron a Lima -
Perú, ni en esos años, ni siglos después. Era delgada, liviana, casi traslúcida como un poema raro salido del
desamor. Ella repetía orgullosa: había nacido envenenada .Se había escapado con
mi padre para inventar como en toda
felicidad, cosas que nunca fueron . Se querían mucho, por eso se hicieron tan terrible daño.
Tenía piernas
fantásticas como aquellas que
suplican las sirenas. Su acento detenía el rumbo de ciertos pájaros. Los
hombres creían que era buena, aunque ella juraba ser la mala de las
radionovelas. Al final ese capítulo quedó sin aclarar, la acompañó tercamente
en su deriva. No había manera de admitir que tan buena es la maldad en ciertos
casos, como desastrosa la bondad, la mayoría de veces.
Mi madre tenía el don, hacía que los millonarios
descubrieran su soledad en medio de humaredas,
rayitas blancas buscando el negro de inexistentes cebras y whisky “on the rocks”. Ella era esa piel canela alucinada que sueñan los hombres tristes cuando sus mujeres no les dan suficiente
dolor para catalogar el verdadero amor.
Sonambuleando pasillos de oficinas sus vestidos eran imanes, haciendo olvidar al
personal que vendían casas, armamentos y barcos fantasmas hundidos con el peso de la realidad.
Era mecanógrafa, taquígrafa y fumaba cigarrillos mentolados. Se había enamorado
de un demonio, ese aprendizaje la ayudó a ser más feroz a la hora de defenderse
de la vida. Leía revistas de cine en
color sepia, sus labios se llenaban de palabras distintas cuando soñaba que era
la chica por quien King Kong caía agujerado desde el Empire States .Ella quería
ser rescatada así, cualquier 28 de julio,
con zapatos nuevos, bandas militares, helados multicolores. Mi madre suplicaba
a Humphrey Bogart para que al final le
dijera que el avión partía vacio y los tres se iban a vivir un “ménage à trois “ bendito.
Ella deseaba hasta las lágrimas que un gánster la ametralle justo subiendo las
escalinatas de una iglesia vaticana, vestida de blanco para casarse con el
pobre de Elliot Ness, recto policía y por lo tanto, tonto. Ella soñaba con
Moisés abriéndole el mar parar llevarla de compras, cómplices divertidos e inconscientes por haber empeñado las tablas de la ley. Para ella
Tarzán tocaba un twist en el medio de la
selva mientras ella bailaba con Alí Babá,
secreteándose los modos para deshacerse de ese pobre infantil hombre mono, que además era un malcriado inglés.
Ahora , Susana cuenta maravillada:
Se fue la luz eléctrica cuando naciste. La riqueza vivía tan lejos, su luz no alcanzaba para
alumbrarnos y tu padre, sin embargo nos
quería como aquel que encontró un diamante en un muladar limeño. Tu padre era
el niño más inteligente del Perú, concursaba de pueblo en pueblo en un programa
radial: “Quien estudia triunfa”, así lo conocí. Era guapo, alegre pese así
mismo, trapecista de las palabras… Con unos
dientes que brillaban tanto, que las mariposas encandiladas en él, creían que
era el reflejo fulgurante de las aguas al mediodía y querían zambullirse en su
risa estrepitosa, aunque acabaran ahogadas. Tu padre era chistoso como nadie
incluso cuando me insultaba maldiciendo que yo era una puta gratuita y me
acostaba con cualquiera, aun así, yo le quería….
Tu padre vendía periódicos, muñecas extrañas, sillas
desarmadas, santos deformados por las
polillas, fotos de muertos y libros en un triciclo mientras se hacía abogado.
Le escribí la tesis mecanografiada, sin faltas de ortografía, en medio de
revoluciones de opereta que duraban
menos que un periodo menstrual. Así gané sus besos, que eran sofocos de
incendio, abandonando a la vez el sueño de ser también abogada. Me cantaba valses criollos donde una víbora era su amor y yo, un testigo
cruel desmaquillado, oliendo a Parera de España, con los vestidos cada vez más
lustrosos por el uso y el abuso…
Has sacado la voz de tu padre .Él nos dejó abandonados como flores dejadas en las tumbas,
A pesar de eso, le quise tanto, tanto…
muchos hombres pasaron después de él, fueron sustitutos inútiles de algo
que solo él tenía entre su cabeza y sus pies,
entre su olor y el cielo que dibujaba para mi, entre sus labios y mi boca cerrada, para no
espantarlo…
Por eso Richard ¡Cuídate de algunos hombres!, Son
nuestra maldición ancestral, no dejes de cantar…, Ellos se alejan ante la magia
o actos sobrenaturales. No dejes de cantar
porque su política de destrucción masiva se diluye ante la belleza de lo
natural…Entrega esa mínima parte de tu
corazón que sirve para hacer crecer semillas o ideas, no les dejes el portón
abierto de tus secretos, dales placer a cucharadas inverosímiles, como quien hace media paja a un perro, así
nunca desertarán de seguirte… Cuídate de los que venden humo, poder y “días que
vendrán”…
Báñate con
flor de luna y pinta con sal su nombre en la nevera. Llora siempre detrás de
una puerta que ellos no sepan abrir. Échales ceniza en las plantas de los pies para
así poder localizarlos en tus sueños perdidos…
Richard, este cumpleaños recuerda, has nacido para
provocar, para hermosear la parte triste
de las gentes, para darle cuerda al reloj eterno de la vida…para entregarte en “carne
y hueco” al amor.
Richard Villalón
Sevilla , Sábado, 23 de agosto de 2014