Windows dice: “Su sistema puede estar en peligro”. Mira mi cara, un mundo silencioso, por eso viene a asustarme. Aquello callado es susceptible de ser asustado. Por ejemplo ¿Qué miedo sentirá el maletero del coche de Madeleine, callado, sabiendo, sin poder confesar? O el miedo que sentirá la pluma de Sarkozy, esa pluma con la que firma decretos para expulsar inmigrantes. ¿Sabes el miedo sentido por tu corazón cada vez que ves al ser amado y callas?
Cuando niño tuve un gato al que se le comenzaron a caer los dientes, mi familia abrumada decía tenían que hacerlo dormir. Claro, como a todo niño, dormir era esa cárcel a donde te envían para enmudecerte. Para que no sigas preguntando:” ¿Por qué, si Dios existe, hay gente sin comer? “Por eso los niños lloran a gritos. Para despertar a Dios.
El gato era viejo, miraba alrededor, vaticinaba. Sin dientes los gatos no comen.
Los ratones se ríen con dientes brillantes. La risa cuando se hace burla es un rotor puliéndote los dientes sin anestesia. El gato maullaba, cada vez que quería comer, todos lo miraban compadecidos. Un día descubrí, que a pesar de no poder comer, el gato seguía maullando, en su maullido no se quejaba: Cantaba.
¿Windows será la mano perniciosa de Dios advirtiéndote cuando sales del sistema? ¿Estas en peligro invariablemente de ser falsificado? Dios ordenador en su nave astronauta. ¿Dirigiéndonos al vacío?
Mi gato maulló mucho, los demás sabían que era dolor. Así aprendí que cantar era la única forma de escapar al miedo de morir.
Al final encontramos seco al gato, como un pergamino, quedando su canto en las paredes de la casa. Gato ángel para la eternidad, sabio mártir sin presumir. Incluso la muerte siguió maullando, entonando canciones llenas de una alegría coloreada.
Todos supimos lo irremediable, pero también supimos que él se había elevado en cantos maullantes a un paraíso donde seguramente pocos teníamos acceso.
Canto por vencer al miedo, como mi gato desdentado.
Estas quieto, vienen moscas, se posan esperando. Si estas callado vienen más silencios, te tragan la mirada. En Sevilla soy maestro de canto, mi centro motor nunca deja de cantar. Ni siquiera cuando un padre borracho se tropieza en un río con su niña en brazos, ahogándola. No dejo de cantar cuando queman imágenes de reyes irreales, cuando hacen redadas para detener la maldad. Encapuchados alterados con una bandera pintada de verdad. Al final no distingo bien a los terroristas de los buenos, si todos van disfrazados de seres atroces, alucinados por la patria.
No dejo de cantar cuando suben las hipotecas y los bares se llenan de gente desesperada. No dejo de cantar cuando pido ayuda y me dan un proyecto para desaparecer de esa oficina, triste pero sonriente, como una falsa señal. No paro de cantar cuando tu cuerpo se llena de ronchitas y la seguridad social dice que es un staphylo cocus aureus. Ya no me abrazas como antes, a media noche, dejándome al mundo como verdugo. Lejos de tu alma-faro para mi salvación.
No dejo de cantar cuando hablo de cantar y la gente predice a los cuarenta principales como el ojo de Dios en la tierra. Las discográficas afirman que la música solo es un negocio, algo inexorablemente yéndose a la mierda. Cuando veo piratas en todas partes sin distinguir quienes son mas crueles.
No dejo de cantar cuando Zapatero decide entre la ciencia y la moral. Rajoy llevando las tablas de la ley, apóstol de la rabia. Me cobijo bajo una canción cuando llueven granizos y aseguran otro terrorista acechando nuestros pasos. ¿Un terrorista nos hará desertar de la esperanza?
Canto mientras se descarrilla un tren y un hombre ha pasado del sueño a la muerte sin ninguna escala. No dejo de cantar cuando Cajasol me envía a una supuesta fábrica de ideas, despreciándome por sudaca, homosexual y vida-adicto. No dejo de cantar cuando se derrama la leche y mis sentidos ven ríos de coches estrellándose contra casas inocentes en Alcalá de Guadaíra. Cuando la televisión exagera a la Pantoja. Nunca queda claro ¿por qué sube el pan?.¿Por qué todos dependemos de los cereales a la hora de soñar nirvanas? ¿Seremos roedores de un árbol a punto de ser derribado? ¿Por qué hay tanta multa de tráfico si todos vivimos detenidos en la sensación terrible de nunca avanzar? No dejo de cantar cuando hierve el agua y descifro en las hojas del té lo que algún día vendrá para salvarnos. Cuando escucho una canción, existiendo un hombre sumido en la prevención de la muerte, atado a una máquina para respirar. Cuando nacen siameses, cuando mueren feligreses en una procesión. No paro de cantar, no paro…
Windows dice: “Guarde esta información, desaparecerá por usar un programa falsificado” Windows dice que me calle, la música solo distrae, Windows no tiene voz, solo palabra. Tiene significado, nunca sonido. Sigo escribiendo, Windows nunca logrará callarme. Cantando jamás conseguirá asustarme. Una palabra callada sirve solo la mitad. Un canto es la ceremonia esencial de la vida. ¡Nunca dejemos de cantar!
Richard Villalón
Cuando niño tuve un gato al que se le comenzaron a caer los dientes, mi familia abrumada decía tenían que hacerlo dormir. Claro, como a todo niño, dormir era esa cárcel a donde te envían para enmudecerte. Para que no sigas preguntando:” ¿Por qué, si Dios existe, hay gente sin comer? “Por eso los niños lloran a gritos. Para despertar a Dios.
El gato era viejo, miraba alrededor, vaticinaba. Sin dientes los gatos no comen.
Los ratones se ríen con dientes brillantes. La risa cuando se hace burla es un rotor puliéndote los dientes sin anestesia. El gato maullaba, cada vez que quería comer, todos lo miraban compadecidos. Un día descubrí, que a pesar de no poder comer, el gato seguía maullando, en su maullido no se quejaba: Cantaba.
¿Windows será la mano perniciosa de Dios advirtiéndote cuando sales del sistema? ¿Estas en peligro invariablemente de ser falsificado? Dios ordenador en su nave astronauta. ¿Dirigiéndonos al vacío?
Mi gato maulló mucho, los demás sabían que era dolor. Así aprendí que cantar era la única forma de escapar al miedo de morir.
Al final encontramos seco al gato, como un pergamino, quedando su canto en las paredes de la casa. Gato ángel para la eternidad, sabio mártir sin presumir. Incluso la muerte siguió maullando, entonando canciones llenas de una alegría coloreada.
Todos supimos lo irremediable, pero también supimos que él se había elevado en cantos maullantes a un paraíso donde seguramente pocos teníamos acceso.
Canto por vencer al miedo, como mi gato desdentado.
Estas quieto, vienen moscas, se posan esperando. Si estas callado vienen más silencios, te tragan la mirada. En Sevilla soy maestro de canto, mi centro motor nunca deja de cantar. Ni siquiera cuando un padre borracho se tropieza en un río con su niña en brazos, ahogándola. No dejo de cantar cuando queman imágenes de reyes irreales, cuando hacen redadas para detener la maldad. Encapuchados alterados con una bandera pintada de verdad. Al final no distingo bien a los terroristas de los buenos, si todos van disfrazados de seres atroces, alucinados por la patria.
No dejo de cantar cuando suben las hipotecas y los bares se llenan de gente desesperada. No dejo de cantar cuando pido ayuda y me dan un proyecto para desaparecer de esa oficina, triste pero sonriente, como una falsa señal. No paro de cantar cuando tu cuerpo se llena de ronchitas y la seguridad social dice que es un staphylo cocus aureus. Ya no me abrazas como antes, a media noche, dejándome al mundo como verdugo. Lejos de tu alma-faro para mi salvación.
No dejo de cantar cuando hablo de cantar y la gente predice a los cuarenta principales como el ojo de Dios en la tierra. Las discográficas afirman que la música solo es un negocio, algo inexorablemente yéndose a la mierda. Cuando veo piratas en todas partes sin distinguir quienes son mas crueles.
No dejo de cantar cuando Zapatero decide entre la ciencia y la moral. Rajoy llevando las tablas de la ley, apóstol de la rabia. Me cobijo bajo una canción cuando llueven granizos y aseguran otro terrorista acechando nuestros pasos. ¿Un terrorista nos hará desertar de la esperanza?
Canto mientras se descarrilla un tren y un hombre ha pasado del sueño a la muerte sin ninguna escala. No dejo de cantar cuando Cajasol me envía a una supuesta fábrica de ideas, despreciándome por sudaca, homosexual y vida-adicto. No dejo de cantar cuando se derrama la leche y mis sentidos ven ríos de coches estrellándose contra casas inocentes en Alcalá de Guadaíra. Cuando la televisión exagera a la Pantoja. Nunca queda claro ¿por qué sube el pan?.¿Por qué todos dependemos de los cereales a la hora de soñar nirvanas? ¿Seremos roedores de un árbol a punto de ser derribado? ¿Por qué hay tanta multa de tráfico si todos vivimos detenidos en la sensación terrible de nunca avanzar? No dejo de cantar cuando hierve el agua y descifro en las hojas del té lo que algún día vendrá para salvarnos. Cuando escucho una canción, existiendo un hombre sumido en la prevención de la muerte, atado a una máquina para respirar. Cuando nacen siameses, cuando mueren feligreses en una procesión. No paro de cantar, no paro…
Windows dice: “Guarde esta información, desaparecerá por usar un programa falsificado” Windows dice que me calle, la música solo distrae, Windows no tiene voz, solo palabra. Tiene significado, nunca sonido. Sigo escribiendo, Windows nunca logrará callarme. Cantando jamás conseguirá asustarme. Una palabra callada sirve solo la mitad. Un canto es la ceremonia esencial de la vida. ¡Nunca dejemos de cantar!
Richard Villalón