miércoles, 12 de noviembre de 2008

Creces Crisis





La gota en este caso no llegó al vaso, los gritos empañaron algún cristal, soltando un enjambre de ideas, resonando por la casa. La crueldad huele a cadáver descompuesto. Los dos se quejan en serio, han comenzado a desaparecer cosas importantes: El vino, hace casi un mes… los yogures con cereal, las duchas largas, el cine del sábado al mediodía… Estamos en crisis, los informativos entremezclan miedos evitándole una muerte violenta a quien mira, amos de las dosis lentas.
Debiera estar recorriendo azoteas o cazando ratones, veo a mi gente desesperada, siento sus peleas in crescendo, cada vez más terribles. Hacen inventario, nadie parece haber ganado nada. Tiemblo imaginando periódicos donde retratan la violencia doméstica.
Antes de seguir, confieso: aprendí a leer y a escribir cuando Uds. dos andaban peleándose si el Príncipe debiera o no casarse con la periodista. Aquellas peleas eran dulces, frívolas, estúpidas. ¿Comenzaba a gestarse la crisis actual? ¿Sería mal agüero una pobre cazando al más rico?
En ese tiempo caminaba orondo de la sala al dormitorio, era blanquecino con mirada de turquesa imantada .La luna de nata decoraba mis noches encantadas, recuerdo nítidamente esas épocas pobladas de leche y miel, como las canciones de los hippies californianos.
Mi pesadilla de cachorro era caer en manos de unos cirqueros obligándome a saltar el círculo de fuego. Los muros eran altos, los veranos, un columpio brillante donde balanceaba nervios y conquistas. Zapatero, en ese entonces, aparecía por la televisión prometiendo un paraíso, las casas crecían como hongos tras las lluvias, este país era menos gris.
Un gato maravilloso emergía en la cocina cuando me asomaba al espejo de los azulejos. Mi fabulosa cola competía con los linces de las estepas rusas que salían en los documentales de la tarde, mi ronroneo era el motor de una felicidad viviendo sin entenderse a si misma.
El pueblo entero miraba el bacón donde caminaba gatuno y majestuoso.
Mi nombre llenaba la óptica, la carnicería, la farmacia, la pescadería. El panadero me envidiaba cuando sus lujuriosas piernas no atrapaban la atención de las mujeres .Era yo, su único rival. Los gatos somos así, vanidosos, perversos, juguetes del destino, reyes de reinos desconocidos. Aclaro, soy un gato. Un ser interplanetario, mil discursos acerca de lo fantástico y lo extrasensorial han escrito poetas y filósofos para mi. Aún no ha nacido pintor capaz de captar la rotundidad de mis misterios. Creado y criado para ser la belleza, nada explicable…
Vuelvo desorientado al pleito de Uds. dos. Oigo una lista de sacrificios, me asusta la desaparición de mi comida balanceada para gato con actividad extrema. Los reproches hacen de Uds. dos seres tristes enumerando lo perdido, viendo la arena de sus ilusiones descendiendo entre sus dedos. Soy inexorablemente otra victima de aquellos mierdas constructores, carne inmobiliaria, coleccionistas de mariposas disecadas. Reflexiono con rabia en las minas antipersona, otras explosiones mutilaran ahora las fantasías de los ilusionados. Odio aplicar la frustración. Aparecen ofertas como mala hierba, la principal regla del mercado es vender la crisis, normalizando lo bien que va lo malo. La duquesa de Alba no logra consolarnos con su catastrófica manera de negarse a la vejez, La Reina habló batiendo el record de soltar por esa boquita… mas bonita se ve cerradita. El hambre entrena alrededor de las ciudades, los pijos no entienden por qué los langostinos cada vez tienen ojitos más congelados. Quienes cantan ofenden repitiendo mantras manidos. Los dueños del petróleo se encaraman a sus islas con formas de palmera para refugiarse del universo desbaratado.
Ojala Obama nos libre de usar a Osama para invadir las ciudades de Aladino.
Amo seguir siendo gato, cagar mi arena, amo las noches dormitando entre Uds. dos, lamer mis garras sin destruir ninguna calma.
Dejar a los pájaros buscando horizontes, mirándoles volar…

Richard Villalón
Sevilla, martes, 04 de noviembre de 2008
http://www.richardvillalon.com/