No lo debiera decir públicamente. Caminando, para mí, sigues
bailando. Iluminando esa parte cargada de preguntas que trae la luz: México DF.
La Sala Ollin Yoliztli, García Márquez… Aquella noche cada reposo era una
agitación pertinaz. Aún aparecen cuando bebo vasos en fiestas aburridas, cuando tejo para ti, al cantar en
el coche pasando vertiginosas las calles, deseando llegar a la isla flotante de
tu cama, encontrándome adicto a tu olor elaborado por siglos, inventado por ti,
para quedártelo solo tú.
Este cumpleaños, mi regalo hubiera sido haberte dejado,
rodeado de niños, gente buenamente inútil, piratas, dragonas, un señor hablando
cosas vacías, otros dándonos la
aquiescencia de su estúpida tolerancia.
Este año, lo mejor hubiera sido dejarte en el aire de una libertad muda de paros
laborales, de jubilados, de sentimentalismos
cofrades. De señoras y señores hartos de pistas de estacionamiento, para
alcanzar bien vestidos, a ese misterioso rebujito donde aparece ahogada la
imagen de un santo pajero.
Dejarte hubiera sido la bolsa del regalo, pero no puedo
condenarte a ese hispalense e inclemente
sol lacerante, a su invierno lleno de clavos. A esos bares sevillanos llenos de
manos cálidas, gritando Betis y salvas al Sevilla. No podría condenarte a ese maquillado
infierno. Ese lugar donde brilla lo bueno por su falta de consecuencia. La
caridad dura unas cuantas calles, un ¡Macarena Guapa! Hasta el paroxismo
increíblemente teatral, el resto del año, el pelo de la Virgen se llena de
hijos de puta, chinches bien orquestados, políticos exagerados.
Prefiero estar a tu lado, custodiando hipnotizado, pudiendo
disparar, escondido en tus sueños cuando
ataquen facturas, injusticias y la putamadre que parió a los correctos. Por eso
no me he ido. Nuestro amor no entra en cabezas tan chiquitas, en gominas tan
densas, en Nenucos tan viejos, en señoras jodidamente feriantes, Rocíos oliendo
a caldereta rompiendo su protocolo del congelado, amores boscosos, “Agujero,
aunque sea de caballero”. Es una pena, una desgracia garrafal, tanto coño
bello, tanta polla espléndida, desperdiciadas meando, “mucho Lirili poco
Lerele”. Follar limpia, alegra, despeja, desata… incluso los curas lo necesitan,
como la ola al mar.
Por eso me he quedado, aunque el silencio me haya convertido
en un adivino lleno de rabia, con algunas canas sin florecer y pajaritos siguiéndome como moscas y moscas agitando en
sus alas la belleza sobreviviendo a la mierda. Aunque cante en el idioma inventado
por el silencio, esperando descifrarme.
Tú eres mi felicidad, cuando vivamos la muerte entera,
recuérdalo. Te amo, nadie logrará superarme. Este ejercicio seca la garganta,
oscura la sangre, deja poemas abortados como niños de una noche violenta.
Repito: Te amo
No obstante siga la xenofobia, el hambre, los desocupados,
la fuente de la ley disparando irregular su veneno de rato en rato, aunque Lima
siga pensando un rapto y en México, un hombre se haya filmado afeitándose a
gritos el sexo, jurando que mi abandono causa trastornos generales, nunca
imaginé al cerrar su puerta, que la sal ya no le salaría y lo dulce,
terriblemente le amargaría.
Es verdad, cada cual sobrevive al de su lado… Hubiera sido bueno regalarte un planeta sin el
ángel descerebrado de Trump, sin la Merkel sustituyendo a las brujas del bosque.
Un lugar donde independentistas, sin anestesia, están sacándole muelas a esta
España cuyo razonamiento sorpresivo, involuntario es involutivo, cual joroba, creciendo
mochila monstruosa, hacia atrás. Una prensa evitando manipular, condenar para
su beneficio, a quien mata niños. Unas
calles donde las mujeres no sean violentadas, enviadas a golpes o
cuchilladas a la eternidad, con el pretexto del mal amor. Aunque a estas
alturas sonaría noño, ese podría haber sido mi mejor regalo…
José María Moreno Paredes ¡Te amo! con sus consecuencias,
sus redondeces, sus aristas. Nuestro Narciso hijo-gato, rey del capricho, el
cariño profundo, desinteresado, aparece en el reflejo de este invierno espeso,
lluvioso ratificando lo importante, mágico y necesario que eres, alquimista formulando
así lo mejor de mi vida.
Sabes mi extensión, mis coordenadas, la locura de tenerte,
avivando la fogata de esta pasión, hasta los satélites sofisticados la ven
desde el espacio…
Este papel será el talismán para protegerte por varios
siglos, espero se haga tu piel hasta el último de tus días, como se lleva un
lunar, lejos del barco quieto de un bolero.
¡Feliz Cumpleaños!
Richard Villalón
Domingo, 18 de marzo de 2018