Lo esencial del viaje es volver al propio jardín y mirar las cosas por primera vez.
T.S Eliott
Desde hace años cazo canciones para dejarlas vivir en el patio interior de mi memoria. Ellas titilantes se adueñan de esa extraña libertad de aprehenderlas para mí, interpretándolas a los demás, con la versión intima de mi ventana. Hacerlas nuestras, es el fin principal del arte. He viajado feliz, victorioso, arropado con este dulce y clamoroso equipaje. He vivido continentes enorgulleciéndome de mis tesoros sonoros. Honestamente no he encontrado la canción útil para todo. Inclusive puedo afirmar: es infructuoso que una canción pueda salvarnos. No soluciona, a lo mejor, pero si da esperanza. Amortigua, desencadena, anestesia, ilumina, fluye… realmente es agua matando mucha sed. Mi religión ha sido siempre la música. El sexo ha ayudado a no sentirme Dios, a reconocer: El equilibrio es un resultado del riesgo. La política es una forma divertida de dibujar el infierno .Estas disciplinas han alegrado la vida quitándole expectativa a cualquier fantasía ególatra. Soy un superviviente nato, confieso sin vergüenza burguesa. Un peruano originario, mil leches entremezcladas con vocación y profesión de ser un ser humano liberal. Soy un artista sin hache de “hartible”, concienciado en su fondo, poco amistoso con cualquier dictadura, moda o tendencia cool.
Ahora en Sevilla ha pasado algo revelador, desafiante. La televisión de mi silencio se ha despertado más enferma que de costumbre, una especie de trasfondo negativo reclama la intervención de aquellos que creen “que nada está perdido”. Algo alerta: Cantar es urgente. Esta es una ciudad llena de sentimientos blindados. Una alegría decretada, reglamentaria y pertinaz cada Semana Santa o Feria en turno. Maniquíes estrábicos codeándose en el llamado status de lo políticamente correcto. Amurallados, distantes, coléricos. Cargan periódicos como fardos funerarios. Sordos repitiendo lo malo cual mántricas letanías. Los que venimos de afuera somos al final los mismos, que siendo nacionales, van partiendo, huyendo despavoridos. Ambos buscando una vida decorosa, menos santiguada, una libertad sin ofensas, sorprendente. Negados a comulgar con lo llamado “normal”. La urbanidad ha sido la jaula de la creatividad. El marco de las pinturas en su rigidez nada tiene que ver con la sinuosidad de las líneas en su forma plástica. Aquí los libertarios nunca descuidan lo que callan según la oportunidad.
Los medios de comunicación difunden historias colmadas del miedo hacia lo exterior. Eso se llama Eufobia:” Miedo a las buenas noticias”. El miedo no es al color de otras pieles, ni de otras ideas. El miedo se sintetiza especulando un bienestar arrebatado por gentes ajenas a un lenguaje nacionalista, pernicioso, fundamentalista. La multiculturalidad no es lo mismo que la interculturalidad. Los zoológicos demuestran la eficacia de esa rutina. La integración se topa de bruces con quien al integrarse, destaca.
Los creadores no usan un pasaporte para regalar sus aciertos al mundo entero. ¿Alguien se pregunta si en su país Lorca era un delincuente, cuando conmueve alguno de sus poemas? ¿Alguien discute el permiso de residencia de Picasso frente al cuadro de Guernica? ¿Alguien se acalora si Buñuel era aragonés o chino mientras cortaba un ojo con una cuchilla? Hay muchos conformándose con eso de: “No somos malos, solo ignorantes” (Augusto Monterrosso) ¿En qué cajón de nuestras filias o fobias ponemos a la Inmigración? ¿Realidad, fenómeno o problema?
El miedo divide, dividiendo se triunfa. Los poderosos, su existencia, su perfecta maquinaria los hace cada vez más legendarios, incluso invisibles. La sangre de sus venas, su latido interior se nutre asustando a los demás, hacerlos sentir aislados. Realmente la pobreza es la única castigada, no se castiga a quien la fomenta.
Por eso este concierto, esta razón de vivir obliga a dejar mi condición de rehén silencioso. En esta ciudad me he casado con un hombre genial, casi alado. Tengo alumnos para aprenderles sus manías, sus alegrías certeras, sus equívocos acertados. Tengo una luna recorriendo acertijos en mi ventana. Un gato asustado cuando Belén- Esteban aparece estallando en la pantalla, gritando asesinatos en serie por su hija descomunal, gracias a ella.
Un coche con el ritmo de la cueca chilena en su tercera marcha a 100kph.Vivo en una calle cerrada a donde llegan mis alumnos para abrir sus mentes como paracaídas .Feligreses con vocación de canción y teatro, huyendo de perniciosos despeñaderos, esa tortura primigenia llamada casting.
Aquí escribo cada madrugada feroz, canto aliviándome del dolor del anonimato forzado. Hay un silencio profundo, afinado, preciso. Las canciones son mis amuletos desempolvados. Mi armadura para esta etapa antigua y ceremonial de toda una vida. Cantaré a los poetas americanos con este corazón casi europeo, Chico Buarque, José Alfredo Jiménez, Silvio Rodríguez, Violeta parra, Caetano Veloso, música negra peruana, boleros lacerantes. Rancheras incendiarias. La copla envenenada y el papel ancestral de poetas inmensos. Un mundo sin nacionalidad…. divino… genial…urbano…
Llevo la voz de los desheredados, los gitanos, los payos desafortunados, los gays, los exiliados involuntarios, los desterrados de sí mismos, los que se niegan a las ruedas del molino. Las mujeres solitarias, los hombres descabalados, la suma de los desencuentros, los retirados contra su voluntad, los” outsiders”, los mileuristas. Los parados, los que bromean con la muerte, los artistas del hambre, los optimistas del hombre.
Los prisioneros de sus riesgos, víctimas de la frialdad. A los que Dios no contesta sus llamadas al móvil. Esos soy en mí mismo. Un médium cantador. Los sueños deben cargar una coraza reflectante. El Arte es quien transforma, no las reformas. La crisis es una invención matemática para justificar nuevas y sofisticadas tropelías.
Soy ese alguien cantando lejos… desde lejos busca vuestras miradas… para reconocerse.
Richard Villalón
http://www.richardvillalon.com/
http://www.youtube.com/user/pajorima
Agradecemos su difusión.
Material entrevistas y Contacto 656306524
T.S Eliott
Desde hace años cazo canciones para dejarlas vivir en el patio interior de mi memoria. Ellas titilantes se adueñan de esa extraña libertad de aprehenderlas para mí, interpretándolas a los demás, con la versión intima de mi ventana. Hacerlas nuestras, es el fin principal del arte. He viajado feliz, victorioso, arropado con este dulce y clamoroso equipaje. He vivido continentes enorgulleciéndome de mis tesoros sonoros. Honestamente no he encontrado la canción útil para todo. Inclusive puedo afirmar: es infructuoso que una canción pueda salvarnos. No soluciona, a lo mejor, pero si da esperanza. Amortigua, desencadena, anestesia, ilumina, fluye… realmente es agua matando mucha sed. Mi religión ha sido siempre la música. El sexo ha ayudado a no sentirme Dios, a reconocer: El equilibrio es un resultado del riesgo. La política es una forma divertida de dibujar el infierno .Estas disciplinas han alegrado la vida quitándole expectativa a cualquier fantasía ególatra. Soy un superviviente nato, confieso sin vergüenza burguesa. Un peruano originario, mil leches entremezcladas con vocación y profesión de ser un ser humano liberal. Soy un artista sin hache de “hartible”, concienciado en su fondo, poco amistoso con cualquier dictadura, moda o tendencia cool.
Ahora en Sevilla ha pasado algo revelador, desafiante. La televisión de mi silencio se ha despertado más enferma que de costumbre, una especie de trasfondo negativo reclama la intervención de aquellos que creen “que nada está perdido”. Algo alerta: Cantar es urgente. Esta es una ciudad llena de sentimientos blindados. Una alegría decretada, reglamentaria y pertinaz cada Semana Santa o Feria en turno. Maniquíes estrábicos codeándose en el llamado status de lo políticamente correcto. Amurallados, distantes, coléricos. Cargan periódicos como fardos funerarios. Sordos repitiendo lo malo cual mántricas letanías. Los que venimos de afuera somos al final los mismos, que siendo nacionales, van partiendo, huyendo despavoridos. Ambos buscando una vida decorosa, menos santiguada, una libertad sin ofensas, sorprendente. Negados a comulgar con lo llamado “normal”. La urbanidad ha sido la jaula de la creatividad. El marco de las pinturas en su rigidez nada tiene que ver con la sinuosidad de las líneas en su forma plástica. Aquí los libertarios nunca descuidan lo que callan según la oportunidad.
Los medios de comunicación difunden historias colmadas del miedo hacia lo exterior. Eso se llama Eufobia:” Miedo a las buenas noticias”. El miedo no es al color de otras pieles, ni de otras ideas. El miedo se sintetiza especulando un bienestar arrebatado por gentes ajenas a un lenguaje nacionalista, pernicioso, fundamentalista. La multiculturalidad no es lo mismo que la interculturalidad. Los zoológicos demuestran la eficacia de esa rutina. La integración se topa de bruces con quien al integrarse, destaca.
Los creadores no usan un pasaporte para regalar sus aciertos al mundo entero. ¿Alguien se pregunta si en su país Lorca era un delincuente, cuando conmueve alguno de sus poemas? ¿Alguien discute el permiso de residencia de Picasso frente al cuadro de Guernica? ¿Alguien se acalora si Buñuel era aragonés o chino mientras cortaba un ojo con una cuchilla? Hay muchos conformándose con eso de: “No somos malos, solo ignorantes” (Augusto Monterrosso) ¿En qué cajón de nuestras filias o fobias ponemos a la Inmigración? ¿Realidad, fenómeno o problema?
El miedo divide, dividiendo se triunfa. Los poderosos, su existencia, su perfecta maquinaria los hace cada vez más legendarios, incluso invisibles. La sangre de sus venas, su latido interior se nutre asustando a los demás, hacerlos sentir aislados. Realmente la pobreza es la única castigada, no se castiga a quien la fomenta.
Por eso este concierto, esta razón de vivir obliga a dejar mi condición de rehén silencioso. En esta ciudad me he casado con un hombre genial, casi alado. Tengo alumnos para aprenderles sus manías, sus alegrías certeras, sus equívocos acertados. Tengo una luna recorriendo acertijos en mi ventana. Un gato asustado cuando Belén- Esteban aparece estallando en la pantalla, gritando asesinatos en serie por su hija descomunal, gracias a ella.
Un coche con el ritmo de la cueca chilena en su tercera marcha a 100kph.Vivo en una calle cerrada a donde llegan mis alumnos para abrir sus mentes como paracaídas .Feligreses con vocación de canción y teatro, huyendo de perniciosos despeñaderos, esa tortura primigenia llamada casting.
Aquí escribo cada madrugada feroz, canto aliviándome del dolor del anonimato forzado. Hay un silencio profundo, afinado, preciso. Las canciones son mis amuletos desempolvados. Mi armadura para esta etapa antigua y ceremonial de toda una vida. Cantaré a los poetas americanos con este corazón casi europeo, Chico Buarque, José Alfredo Jiménez, Silvio Rodríguez, Violeta parra, Caetano Veloso, música negra peruana, boleros lacerantes. Rancheras incendiarias. La copla envenenada y el papel ancestral de poetas inmensos. Un mundo sin nacionalidad…. divino… genial…urbano…
Llevo la voz de los desheredados, los gitanos, los payos desafortunados, los gays, los exiliados involuntarios, los desterrados de sí mismos, los que se niegan a las ruedas del molino. Las mujeres solitarias, los hombres descabalados, la suma de los desencuentros, los retirados contra su voluntad, los” outsiders”, los mileuristas. Los parados, los que bromean con la muerte, los artistas del hambre, los optimistas del hombre.
Los prisioneros de sus riesgos, víctimas de la frialdad. A los que Dios no contesta sus llamadas al móvil. Esos soy en mí mismo. Un médium cantador. Los sueños deben cargar una coraza reflectante. El Arte es quien transforma, no las reformas. La crisis es una invención matemática para justificar nuevas y sofisticadas tropelías.
Soy ese alguien cantando lejos… desde lejos busca vuestras miradas… para reconocerse.
Richard Villalón
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