Esta
noche salen los muertos a revisar las ojeras de los vivos. A darle cuerda a los
relojes detenidos, a sumergirse en el
agua para explorar el casco de los
barcos. Por favor muertitos, en esa expedición llévense a mis enemigos con
mucho amor, al menos ellas/os no fueron falsos .Lo han demostrado abiertamente y no han mentido... A mis falsos
amigos, que son los terribles, devórenles los ojos, déjenlos vivos, déjenlos
cojos. Que no les alcance ni para pagar la renta, que tengan más dientes que hambre y todo se los gasten en
medicinas, que se queden sin gas cuando
se estén bañando, que nadie les sonría cuando
los atrape la tristeza, que
ninguna droga los libre de sí mismos y que nunca lleguen a tiempo a lo
exacto. Que no puedan ni llorar en la
cueva de sus vacios el terrible daño que
en mí han vertido. Muertitos por favor, no se los lleven déjenlos aquí, quiero
ver como su rencor empozado los envenena poco a poco. Muertitos esta noche
dejaré pisco en mi ventana, el crujir de
una canela en rama, con el corazón
masticado de un clavo de olor, viudo de una pobre telaraña. Muertitos reciclen mis alegrías e iluminen
mis sueños, pero no se lleven a los falsos amigos, quiero que se ahoguen en el fango
con el que inventaron mi dolor...Muertitos esta noche habrá harina en mi suelo para leer
mañana vuestras pisadas izquierdas entre mi escalera y mi cocina…
Richard
Villalón
Jueves
31 de Octubre 2013