cantante,escritor, actor.exilios e historias gays publicadas en medios de Peru. México y España
lunes, 5 de septiembre de 2016
Richard Villalön y José María Moreno Paredes 11 años de casados 5 de Se...
11 años casados , pero no cazados...
Once años de Casados
Los veo bailar cuando me asomo a las avenidas del
recuerdo. Hurgando papeles destrozados
por esos dientecitos certeros que tienen los minutos. Embebidos de alcoholes
fuertes, cantando, cenando… con la ropa exacta usada por la juventud. Sus zapatos
llevando huellas inéditas para inaugurar paraísos. Los veo bellísimos aleteando
libertad, besándose vehementes,
fervientes en su encuentro. Los veo tácitos en su razón sensual, su gozo es
hijo de ellos, nadie se atrevería a preconizar alguna desgracia. Sus manos
entrelazadas, sus sexos brillantes como algas varadas en el espacio tornasolado
del mar extraño donde se agita el placer…
Ay el placer que tanto duele cuando se despierta y
tanto penetra cuando se aleja.
Andan entre las columnas de la alegría. Flotan mirándose,
tragándose, importándoles una mierda los presidentes, el oro, las escaleras al
cielo. Adoran los huevos de avestruz infértiles, a los perseverantes
delirantes, las acciones absurdas, la cola de cualquier cometa…
Los veo y el recuerdo preserva hasta el color de los
dientes, el largo del pelo, la calidez de los lubricantes naturales, las playas
del aire, el sabor del Tzatziki , el picante “heavy” , mezcal “in the rocks” please
honey sweety ….
El recuerdo es un vigía, cuidando su juego de
espejos. Justo cuando el orgasmo tira su piedra inaudita, antes de las naves
espaciales, la visión de Dios cagando y el suspiro final devolviéndolos en un
espasmo sordo al laberinto de la realidad. Librados milagrosamente de amantes
con piernas malignas, de “amantas mantis religiosas”… De “odiantes” indignados
ante la constelación de su encuentro… Su eje los ha unido tanto, son siameses
del alma, del cuerpo inquebrantable ante la envidia, del deseo insaciable
contra la falsa bondad…. Ya nadie puede sacarlos de eso mortífero e inhumano, llamado
amor.
Qué bien los veo, los leo, los presiento…
Aunque hayan firmado un papel, eso no es tan eterno,
como cada amanecer que despiertan ratificando el poder y la dimensión fabulosa
de su mundo…
Richard Villalón
Sevilla,
lunes, 05 de septiembre de 2016
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