hay que tener cuidado
con los fantasmas
M. Benedetti
Le imaginé desnudo y pelirrojo algunas noches mientras la nevera apuntaba con su luz amenazante. Le deje ir porque, aun en el sexo desfigurado, no puede existir una bicicleta al lado de un rio y un hombre llenándose de excusas, evitando ser amigo .Le eché mi rencor carbonizado cuando imaginé que buscaba fama y comercio en mi voz .Pregunto si es verdad que la ausencia vuelve piedras a las cosas y a los seres humanos los deshidrata hasta el punto de hundirlos en una coraza inconmovible. Esa sería la razón por la que sus labios estarían cuarteados, como después de una mordida punzante. Sus ojos fijos, las pecas rojizas parecían esporas diminutas, eróticas…lacerantes. Antenas extrasensoriales emitiendo mensajes-trampa.
Era tanta la soledad del alma. Imploré seriamente un cambio fundamental en mi vida, hablé a gritos con Dios pidiéndole un canje profundo. Estaba harto de esperar una palabra amable en este país descabalado. Miré alrededor, gente desolada, tercamente atada a la costumbre de hacer del horror de la lastima algo natural.
Mi dolor sordo rastreó por el chat, seguí su pista… Descubrí su afán de buscar monstruos, gente desahuciada por sentirse amo de algo. No fotografiarlos para salvarlos, hacer de ese testimonio un arma para sentirse menos adolorido, un siniestro recogedor de basuras donde por defecto, se libraba solo él. Aún con ese síntoma claro, imploraba sentir sus vellos púbicos en mis mejillas, su saliva extraña pintando sucias franjas luminosas en mi piel oscura.
Inventé con poco, demasiado. Su ternura se enredaba en las mentiras, al fin eso, es un reclamo. Un engaño pernicioso donde la utilidad es impensable y el resultado un animal delirante.
Ha llovido mucho desde la última vez que le vi. Me han robado el móvil con su número. Por milagro el ordenador, para defenderme, se formateo.
Esta mañana desperté con el vuelo tétrico de mis sueños nocturnos. Asombrosamente reconvertido en paloma. Sobrevuelo dentro mi nuevo disfraz, reconociendo estatuas vivientes en la ciudad del Guadalquivir o en Japón mismo si pudiera. Miro a las chicas pétreas, no sospechan su muerte prematura e ingrávida. El hombre dormido al filo de los arbustos no reconoce su muerte, inexistente en el Facebook de nadie, no amigo, no invitado, baneado en la ceremonia obscena de este tiempo. Nunca falta el que sobra. Soy una paloma anti- paz, el reflejo desequilibrado de la inquietud.
Paloma sobre la dureza. Me transformé así por milagro, evitando la vergüenza de mis apetitos. Dios escuchó por fin, mi cobertura alcanzó su móvil. El azar me ha compensado.
Es imposible ver en un pasadizo de mi piso (ya lo perdí) un televisor insomne repitiendo: “Haití otra vez tiembla en las últimas horas” ”… Las cuentas de los bancos cobran comisión por la caridad”. Zapatero da la mano temblando sutilmente, él sabe cuál es el epicentro de la realidad. Recibo mails advirtiendo sobre la maldad de los inmigrantes. Marta no ha aparecido… En Vic aparece brillando el odio escondido tras los modales políticamente correctos. La cola del paro es una serpiente cruzando calles desde las madrugadas heladas por la indiferencia
Vuelto palomita escucho tambores desde mi antiguo corazón…
En buena hora me libré de ti. Tu negativa fue el abracadabra transformando mi alma llena de grises plumas. Era perfectamente lícito usar tus defensas, lo malo fue evitar revolcarnos hasta dañarnos los esfínteres y los apéndices .Pariste una poesía insólita, medida, difícil de digerir. Reconozco en otras nucas tu olor de hombre naufrago en las costas de su propio miedo.
El juego costaba perder ánimos y posturas. Buscaba sexo para consolarme de la falta de amor… Valías lo que dura un clic de cámara réflex , dieciséis megas de falsa capacidad…
Richard Villalón
Sevilla, 17 de febrero de 2010
Texto basado en la colaboracion con el fotógrafo Carlos Escolástico para un proyecto de imagen y texto.Foto de Tokio
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