sábado, 23 de agosto de 2014

Mi Mamá me Mima

Mi Mamá me Mima


8:00 am. domingo 24 de agosto…Ardiendo voy saliendo de mi madre…
A ella la impactó un “rochabus” conmigo dentro. Ilusa, despeinada reclamaba una Universidad y una justicia que nunca llegaron a Lima - Perú, ni en esos años, ni siglos después. Era delgada, liviana,  casi traslúcida como un poema raro salido del desamor. Ella repetía orgullosa: había nacido envenenada .Se había escapado con mi padre para inventar como  en toda felicidad, cosas que  nunca fueron .Se querían mucho, por eso se hicieron tan terrible daño.

Tenía piernas  fantásticas como aquellas que  suplican las sirenas. Su acento detenía el rumbo de ciertos pájaros. Los hombres creían que era buena, aunque ella juraba ser la mala de las radionovelas. Al final ese capítulo quedó sin aclarar, la acompañó tercamente en su deriva. No había manera de admitir que tan buena es la maldad en ciertos casos, como desastrosa la bondad, la mayoría de veces.
Mi madre tenía el don, hacía que los millonarios descubrieran su soledad  en medio de humaredas, rayitas blancas buscando el negro de inexistentes cebras y whisky “on the rocks”.  Ella era esa piel canela  alucinada que sueñan los hombres tristes  cuando sus mujeres no les dan  suficiente  dolor para catalogar el verdadero amor.
Sonambuleando pasillos de oficinas  sus vestidos eran imanes, haciendo olvidar al personal que vendían casas, armamentos y barcos  fantasmas hundidos con el peso de la realidad. Era mecanógrafa, taquígrafa y fumaba cigarrillos mentolados. Se había enamorado de un demonio, ese aprendizaje la ayudó a ser más feroz a la hora de defenderse de la vida. Leía revistas de cine  en color sepia, sus labios se llenaban de palabras distintas cuando soñaba que era la chica por quien King Kong caía agujerado desde el Empire States .Ella quería ser rescatada así, cualquier 28 de julio,  con zapatos nuevos, bandas militares, helados multicolores. Mi madre suplicaba a Humphrey  Bogart para que al final le dijera  que el avión partía vacio y  los tres se iban a vivir un “ménage à trois “ bendito. Ella deseaba hasta las lágrimas que un gánster la ametralle justo subiendo las escalinatas de una iglesia vaticana, vestida de blanco para casarse con el pobre de Elliot Ness, recto policía y por lo tanto, tonto. Ella soñaba con Moisés abriéndole el mar parar llevarla de compras, cómplices  divertidos e inconscientes por  haber empeñado las tablas de la ley. Para ella Tarzán tocaba un  twist en el medio de la selva mientras ella bailaba con Alí Babá,  secreteándose los modos para deshacerse de ese pobre  infantil hombre mono, que además era  un malcriado inglés.
Ahora , Susana cuenta maravillada:
Se fue la luz eléctrica cuando naciste. La riqueza  vivía tan lejos, su luz no alcanzaba para alumbrarnos y tu padre,  sin embargo nos quería como aquel que encontró un diamante en un muladar limeño. Tu padre era el niño más inteligente del Perú, concursaba de pueblo en pueblo en un programa radial: “Quien estudia triunfa”, así lo conocí. Era guapo, alegre pese así mismo, trapecista de las palabras…  Con unos dientes que brillaban tanto, que las mariposas encandiladas en él, creían que era el reflejo fulgurante de las aguas al mediodía y querían zambullirse en su risa estrepitosa, aunque acabaran ahogadas. Tu padre era chistoso como nadie incluso cuando me insultaba maldiciendo que yo era una puta gratuita y me acostaba con cualquiera, aun así, yo le quería….
Tu padre vendía periódicos, muñecas extrañas, sillas desarmadas, santos deformados  por las polillas, fotos de muertos y libros en un triciclo mientras se hacía abogado. Le escribí la tesis mecanografiada, sin faltas de ortografía, en medio de revoluciones  de opereta que duraban menos que un periodo menstrual. Así gané sus besos, que eran sofocos de incendio, abandonando a la vez el sueño de ser también abogada. Me cantaba  valses criollos  donde una víbora era su amor y yo, un testigo cruel desmaquillado, oliendo a Parera de España, con los vestidos cada vez más lustrosos por el uso y el abuso…
Has sacado la voz de tu padre .Él nos dejó  abandonados como flores dejadas en las tumbas, A pesar de eso, le quise tanto, tanto…  muchos hombres pasaron después de él, fueron sustitutos inútiles de algo que solo él tenía  entre su cabeza y sus pies, entre su olor y el cielo que dibujaba para mi, entre  sus labios y mi boca cerrada, para no espantarlo…
Por eso Richard ¡Cuídate de algunos hombres!, Son nuestra maldición ancestral, no dejes de cantar…, Ellos se alejan ante la magia o actos sobrenaturales. No dejes de cantar  porque su política de destrucción masiva se diluye ante la belleza de lo natural…Entrega esa  mínima parte de tu corazón que sirve para hacer crecer semillas o ideas, no les dejes el portón abierto de tus secretos, dales placer a cucharadas inverosímiles,  como quien hace media paja a un perro, así nunca desertarán de seguirte… Cuídate de los que venden humo, poder y “días que vendrán”…
Báñate  con flor de luna y pinta con sal su nombre en la nevera. Llora siempre detrás de una puerta que ellos no sepan abrir. Échales ceniza en las plantas de los pies para así poder localizarlos en tus sueños perdidos…
Richard, este cumpleaños recuerda, has nacido para provocar, para hermosear  la parte triste de las gentes, para darle cuerda al reloj eterno de la vida…para entregarte en “carne y hueco” al amor.

Richard Villalón

Sevilla , Sábado, 23 de agosto de 2014