viernes, 14 de diciembre de 2007

El Rey Rapaz



Mis rodillas olían raro, la barba terminaba llena de caramelos o pintada de témperas. Papa Noel es el paño de lágrimas de muchos. En Sevilla es un ser algo despreciado, con poca credibilidad, desprestigiado. Usando este argumento dejé ese oficio fijo de Diciembre. Me negué a seguir recibiendo deseos secretos e inaccesibles. Me puse folklórico radical. Los Reyes Magos son más de aquí, aunque vienen del extranjero, ya son siglos, nadie dice ni “mu” con respecto a su origen.
La primera Navidad disfrazado de Gaspar, reconocí: “El ídolo es el rey Baltasar, por negro.” Su fama hubiera servido de camuflaje para mis robos, la mejor forma de esconderse es haciéndose público y famoso. Nadie sospecharía de un rey tan llamativo. Pero en fin, no me animé y Gaspar acabé siendo.
Robé; mi corazón tenía todas las campanadas del planeta almacenadas en su raíz torcida a fondo. Robé, tengo niños, las ilusiones inquietan más cuando no se llegan a cumplir.
Uno se hunde por el peso mismo de los sueños postergados, con los años, acaban siendo una bomba de relojería. Química perfecta donde el odio es su carga efectiva.
Robar para los pobres es un slogan de la realidad .Los pobres más conocidos, allegados hasta la saciedad, éramos nosotros mismos. Sabíamos nuestras hambres de memoria, el camino sigiloso donde cursa el río del fracaso persistente.
Después del primer robo llegué a casa tiritando, bajo la capa del miedo recién estrenado. Mis niños se volvieron locos con tanto juguete, mi mujer accedió a creer en los milagros. Guiñó un ojo, medio coja con sus zapatillas húmedas de esperar. Riendo enloquecida, igual a la primera vez que vimos luz en la portada de la Feria.
Todo el año buscando trabajo, para acabar resignado con un número en la frente y mil escaparates bailando un baile donde tú eres el único quieto. Un personaje tramando siempre el salto, sin alas para elevarse. Cualquier pobreza es radicalmente dura, peor que un turrón añejo.
Robar no es bueno, aunque me disfrazo de Gaspar adormeciendo por unos días mi pena. Un Nolotil contra el dolor de la realidad. Un rey marcado con la carta del sino malo.
Mi padre jamás fue temerario, ponía la otra mejilla. Mi madre servia en casa de señoritos sevillanos, con suerte, nos dejaban los restos de su cena y polvorones de años anteriores .La felicidad huye espantada ante cualquier fecha de caducidad. Nosotros teníamos alma de yogurt, ojos brillantes como lata, una espera feroz tragándonos a medias.
La Navidad trae eso, pone a cada cual en su sitio. Sentir la vida pasar, acabar siendo la marioneta estrangulada por genuinos hilos.
Al principio el miedo pedía más .Cada año la televisión dispara sus flechas envenenadas, tú nadas en la nada de no traer nada, un naufragio caro en los quimeras de tus hijos. No soy delincuente, soy delineante de un mapa pintado a fuerza de soportar. Vivir es tridimensional, nunca tan plano como buscan que aprendamos a jugar.
Cuando llamaron del Ayuntamiento diciéndome que podía limpiar calles, nada mas abrí la nave donde hacen la caravana de Reyes, sustraje el traje.
Un monólogo insólito hizo rogarle a Dios usar su sordera unos días más. Mis plegarias, mis promesas durante el año habían chocado contra su trajinar alborotado. Era la razón por la cual el desempleo me duraba tantos años. Sé perfectamente que mis lagrimones le conmueven, mi mirada fija al cielo raso lo pondría tenso en su cielo de verdad.
Dios no es malo pero se rodea de gente que lo hace santo. Quien te alaba acaba deformándote. Terrible tropa disfrazada prometiendo una vida mejor a otros, esperando, envueltos como capullos en la voz del silencio .Indefensos ante sus promesas partidistas, ocultando sus garras para mejor momento. No conozco a ningún político vagando por los pasillos del cielo. Incluso el buen ladrón con su labia, convenció al mundo de su fe. Ese sabía usar los medios para llegar al fin.
Cuando entré por primera vez en los grandes almacenes, me puse a recoger los juguetes fríamente. Nadie sospechó de mi primer atraco, es más, los mismos empleados ayudaron a Gaspar a llenar sus sacos, me pusieron todo en la furgoneta .Cuando llegué al primer kilómetro recorrido pude respirar, me entraron una risas espantosas ,crueles conmigo mismo. Como todo placer, mitad miedo, mitad asombro.
La policía aun no ha dado conmigo .Estaría bueno revisaran a todos los Santos Reyes en estas fechas, seria vergonzoso ver a sus majestades pasar por el arco de pitar cada vez que entraran en una gran superficie.
Vivo de esto hace tres años, no me arrepiento.
Busco llevar regalos a mis hijos, a otros niños del barrio. Odio a Robin Hood, amo a Ali Babá .Oriente trae los grandes presagios, nadie imaginaría un rey robando en vez de repartir. Ahora escribiendo estos papeles, quiero que esta carta llegue a los verdaderos Reyes, disculpen si acaso en algo los ofendo. Ya sé que ellos tienen incienso, mirra, oro y plata. En estos tiempos desde su trono de Oriente suben los precios del petróleo. Ganan para comprarse varios futbolistas con una tarjeta platinada.
“Queridos Reyes hago todo esto para engañar a la verdad inflingida sin haber pecado.
De tiempo en tiempo mi pobreza asoma su hocico cada vez que me acerco a Diciembre. No quiero encallar la patera de mi vida. Explíquenle a Dios los motivos de mi resistencia. No quiero ser uno más, me aterra esa ciencia. Creo me volví loco cuando confundí a Lenin con Lennon. Cuando la justicia acabó siendo pretexto para coleccionar seres correctísimos.
Si me detienen, quiero al menos a mis hijos sonriendo. Lejos de la vergüenza con que se excusan los cobardes. Enterándose de mi odio cuando fui Santa Claus, cuando mis rodillas apestaban a pedos y orines…y mi barba farsante traía olor a castañas asadas.”

Richard Villalón
12 de diciembre de 2007
www.richardvillalon.com

sábado, 17 de noviembre de 2007

La Monja Caníbal







El camino al cielo pasa por el estómago.

Hay hombres cargando su destino en las líneas de la mano. Unos saben a vino de barco, otros a carreteras circunvalando volcanes, hay hombres con sabor a sal.
Cuando quise casarme con Dios sospeché acerca de su sabor. ¿A qué sabrá Dios?
La gente se ríe de nosotras asegurando: “Las monjas se casan con Dios porque no hay Dios que se case con ellas”. A mi me tocó un matrimonio con familiares felices, una iglesia de pueblo sevillana y muchas primas quietas en una fotografía, usada para encender fuego, años después .Cada mañana en el convento, al escuchar a las hermanas cantando, sentía una especie de asfixia elemental. ¿A donde van esas canciones si la cúpula del claustro esta cerrada? Sellada en cruz, como la cáscara de un huevo.
¿Cómo podía ser útil a la humanidad? Mis pasos seguían el sendero sonámbulo de las hormigas cuando no hay nada para cargar. La paciencia nunca sirve cuando el resultado es improductivo. Esperé calladamente, me azoté lo necesario, subí por las paredes… Algunas tardes una mariposa helada abría mi ombligo, bebiéndose un néctar amargo, fruto del padecimiento vital. Quería servir, solo servir, mis acciones no acabarían en el abrir y cerrar de un libro. Mi alma tenía deseos de saciar otra sed. Llegue a pensar en el martirio de Cristo, era la forma de ayudarlo a no sufrir, pagaría su sacrificio. Penando a oscuras, sin reposo, estática y frágil. El más terrible tormento es no hacer nada. Pregúntenle al INEM.
La madre superiora cuando supo de mi salida a la Isla de Pascua cerró los labios y abrió los ojos, reculando hacia el centro de su angustia. Su silencio aún me persigue, cuando retrocedo en el vídeo de mi vida.
Luego de mil situaciones absurdas llegué a la Isla, encontré estatuas tensas, medio bizcas. Ojeando el final del mundo. Un paraíso dudoso lleno de vacilaciones entre ser sólo alma o sólo cuerpo, aquel universo siempre expuesto al peligro del desenfreno. Mujeres tatuadas, hombres expertos .Pájaros cantando, espantando a los Dioses que vociferaban en la voz del viento. Sucedía así el misterio perfecto. Su felicidad carecía de risas, los niños subidos a tortugas disparaban piedras volcánicas en los ojos del agua. Cada noche había una fiesta donde cambiaban de nombre las cosas y terminaban cambiándose ellos mismos. Hombres en mujeres, mujeres en algas. Los viejos saltaban como jóvenes, los jóvenes balbuceaban como bebés. Los niños desaparecían entre la humareda del incienso.
Al terminar mi primer invierno concebí un Dios único y perenne .Los hombres construyen por su necesidad una imagen para sopesar su bien y su mal. Los Dioses de la Isla de Pascua no sabían del Rocío, de la Inmaculada Concepción o Lourdes. Su gente peregrinaba dejando manjares a sus pies cada primavera marcada como fiesta.
En una de esas celebraciones por fin entendí el infinito. “La carne de tu madre se me queda pegada entre los dientes.”Sonó detonante el insulto. Asustados, espantados cada cual se refugió donde pudo. Los dos implicados quedaron enfrentados a la luz del fuego, comenzando una lucha, acabando con una muerte.
El silencio amparó la imagen, desgarradora y triste. Saliendo de sus escondrijos aparecieron los demás. Destajaron el cadáver, se lo comieron sin plantearse la mejor parte de su mitad. Me invitaron una oreja, allí comprendí al sabio del pueblo cuando aseguró en un ocaso: “Me gusta la humanidad”.
Primero fueron nauseas, después alcance a saborear. Las orejas guardan como en un CD lo mejor de lo escuchado en toda una existencia…
Así fueron mis inicios, vinieron festividades interminables, acabe confundiéndome entre ellos para no morirme de soledad. Regresé a Sevilla por una enfermedad, nunca hubiese vuelto por mi misma. Habían pasado años. Mi apetito nunca saciado comenzó a recibir gente desdichada, devorándolos con amor. Comí algunos gitanos, son agridulces como el sabor de su suerte. Los negros son duros, algo picantes, nunca indigestos. Los chinos saben a jengibre, a tormenta en alta mar. Los blancos tienen gusto a temor…
Las demás monjas me creen santa, libro a todos del dolor.
Los huesos secos son como almendras, los convierto en turrón.
Los caníbales preferimos a los que carecen de espina dorsal.
Me como a todos, liberando en mi tentación…su corazón.

Richard Villalón
14 de noviembre de 2007
http://www.richardvillalon.com/

sábado, 3 de noviembre de 2007

El Cuentacuentos





El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices.
Oscar Wilde

Cuando el cuentacuentos se volvió invisible, los niños de la biblioteca quedaron mudos. Alto, pelo extraño, sonrisa imantada, los había llevado por países desconocidos en la nave de su voz. ¡Quedó evaporado por encanto!. Ese gigante delgadísimo, fuera de edad exacta, disfrutaba haciéndolos sentirse águilas, búhos o lagartijas fosforescentes. Aquella tarde los había elevado en un grito fuerte, entre la estupefacción y el miedo, los transportó definitivamente al lugar donde la fantasía se vuelve realidad.
Nadie creería años después un cuento donde el cuentacuentos pronunciara palabras mágicas y poniéndose una capa raída hubiera desaparecido ante sus miradas. Ningún escéptico admitiría la velocidad de la sangre de esos niños, despeñada por la montaña rusa del asombro. Basta creer para ver y no al revés, como la gente asegura:”ver para creer”.
La razón para el misterio de su fuga solo la tenía él. Su vida sobresaltada, llena de presiones como prisiones.
El cuentacuentos estaba empachado, sin querer, de todas las preguntas de la inocencia. Estaba harto de ser algo útil solo para momentos desesperados. Rentable para la tiranía de intereses ocultos e insondables.
Nunca supuso que sin frotar la lámpara de Aladino, habría alguien con poder suficiente, para rescatarlo de ese tumulto constante de críos preguntando.
Los padres errando en otra parte de la biblioteca elogiaban como en un “mantra” su capacidad infinita para dejar a los chiquillos callados. Aquella capa lo había hecho esfumarse.
Como en todo cuento no había explicación exacta, pero en el fondo si la tenía. Un dolor seco, duro como migajas de pan esparcidas por el bosque, vivía atormentándolo. Soñaba con regresar del lugar donde se fabrica el sufrimiento. Era el punto oscuro de la ciénaga donde se rebelaba su razón.
¿Cuánto tiempo puede gustarte ser juguete, si la vida te lastima? Había transitado años admitiendo las mil vidas por las que un actor tiene que pasar, nadie en su sano juicio aguanta un juego donde jamás se sabe si alguien ha acertado en ganar algo. Ayuntamientos y alcaldes habían desfilado por sus pupilas. Aplaudían la idea que existiera un ser humano capaz de contar cuentos, alguien vivo para despertar esas partes dormidas en la imaginación de unos niños destinados a repetir vidas llenas de sueños truncados. El cuentacuentos llega abriendo sus libros o al solo hechizo de su palabra, despierta dragones, magos, epopeyas en la mente de cada niño. El cuentacuentos aplica una ternura encontrada en baúles imaginarios, forjando una infancia poblada de cosas más fantásticas que la propia Nintendo, Play Station o como coño se vaya a llamar la próxima máquina para idiotizar al género humano.
Como su oficio era mágico, solo lo usaban, malgastaban y desperdiciaban. Jamás llegaba la recompensa debida. Cada presupuesto de verano, cada festejo del pueblo, cada gasto en las obras públicas humillan a tope a seres que tienen complicidades con elfos y faunos, con hadas y sirenas, con brujas y ogros. Cada año es peor. Los niños van creciendo. Los alcaldes tienen hijos, cuando llegan a la edad de salir de sus casas, dejan de molestar la siesta... el cuentacuentos acaba como un cromo usado de tanto intercambiar historias.
Su espanto creció cuando entró una bruja como concejala de cultura. Un ogro feroz decidió terminar su carrera de cuentacuentos en el Ayuntamiento de “siempre jamás”.
A pesar de su fama, un lobo funcionario fue el único que se negó a cometer la malvada labor de eliminarlo.
El cuentacuentos asustado convocó a todos sus personajes fantásticos en una fiesta delirante, secreta, en sueños. Le aconsejaron usar la capa de la invisibilidad.
Inútil sería raptar a los niños como en Hamelín o hacerlos olvidar el nombre de las cosas. Simplemente era mejor desaparecer frente a ellos, para siempre. Aquellos niños recordarían por años esa alucinada tarde de biblioteca pública y padres furiosos fumando como chimeneas. La historia volvería a todos cuentacuentos .Su futuro sería el castigo para esas personas despiadadas. Cuando en carne propia los padres contaran de sus hijos y su rara profesión. Cuando los alcaldes hablaran de una infancia enquistada eternamente en las calles del pueblo.
Niños perpetuos jugando a inventar mejores realidades. Adormecidos, extasiados, hipnotizados dentro de un insólito cuento de nunca acabar…

Richard Villalón
viernes, 02 de noviembre de 2007

sábado, 20 de octubre de 2007

San Pancracio



El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.
François Mauriac

Solo de pensar en el frío, un aluvión de nieve, me deja…frío. ¡Cabrón! Meterme en la nevera después de tantos logros laborales. Dejarme sin perejil, muerto de asco. Debí interceder cuando mandó a la mierda a su socio, en realidad, su jefe. Le hubiera aconsejado cual Pepito Grillo. Reconozco mi culpa cuando le convencí, un contrato sin derecho a sindicato es frágil, como una uva frente al sol. Las pasas son buenas en cualquier estación.
Este negocio es así, pérfido e impredecible. Cuando se sintió seguro, cuando el viento sopló a su favor, ni un perejil a mis pies. Iba derrochando optimismo. “Chivateando” a sus compañeros, clasificándolos en una lista, con sus virtudes pobres, su cantidad incalculable de defectos amplificados. Averiguando el golpe exacto para hacerlos desaparecer, si estorbaban o preguntaban demasiado. Fue comprando coches lujosos, construyendo casas en Chipiona, Cádiz, Rota. Casas luminosas para un verano largo y siniestro. Ese verano jamás supo llegar. Su vida de invierno o de otoño constante lo hacía pensar en una vejez espléndida, cargado de rentas a favor persiguiendo una juventud eterna.
¿Qué podía hacer? Su mujer lo incitaba, bailaba la danza de las tarjetas con ese vientre de araña devoradora. Viuda negra anticipada, casada, siliconada. Mujer cuya universidad fue el miedo a dejar de comprar... se creía todas las ofertas del Corte Inglés. Compraba trastos que luego escondía por no saber como usarlos.
Cada parrillada era más cara, para unos camaradas demasiado baratos. Amigos asombrados, saltando de la admiración a la envidia, en una misma comba.
Esa decoración era una obligación dentro su supuesta altura de gerente inmobiliario. Sus trajes eran extraños, siempre ocultando el alma. Uniforme de un ejército remoto, depredador y radioactivo, un terno extraterrestre.
Aquí me apalea. Metido en la nevera, le veo cuando viene a por hielo, casi cada hora. Los últimos whiskys no lo hacen por lo menos llorar. Mea mirando de reojo el espejo del baño, tocándose ese miembro donde las últimas modelos lograron un record.
Quiere incendiar el ayuntamiento. Matar a los de las hipotecas detenidas por el Euribor siniestro, odia al puto banco y su declaración:“la burbuja ha explotado”. Desea con todas sus fuerzas que los socialistas se hagan moléculas en el universo infinito. Que los del PP. se vayan al carajo igual que él. Ansía que el mundo se haga un paraje derribado y su oficina sea la única puerta en pie para reconstruirlo.
Cuantas fronteras para llenar de muros, cuantas cárceles para estrenar humillaciones, cuantos Vaticanos para darle cuerda a los leones. Todo eso por fundar, si alcanzase la ola presagiada por los mierdas ecologistas. ¡Nada de bombas silenciosas modernas!, resultan simplonas. Llenas de virus, destruyendo sin derribar. Él quiere bombas reales, de las antiguas, esas que tiran casas despedazando perros. Aquellas dejando árboles hechos leña. Películas donde el último hombre sea un hombre con mujer y un alcalde. Para rehacer la civilización de antaño
Todo ese delirio será el whisky o la coca que lo han dejado solo. Sin dinero la coca te deja sordo, mirando tu pasado como una película en VHS, caduca, sin nitidez.
Te deja alucinando sobre lo perdido y lo gastado, te deja arrastrado y confuso en una corriente donde sino vuelves a rabiar, acabas siendo piedra.
¡Ay, que culpa la mía no haberlo detenido! haber organizado una investigación a tiempo. Haberle puesto un caballo perdedor en su ruta hacia el paraíso. Que mala prevención darle trabajo a diario. Crear de todo una empresa, desde catering, hasta vendedor de flores. Desde hacerse de Fiestas, Cultura y Deportes, hasta llegar a construir una Plaza de Toros. Una pirámide para su exaltación eterna. Que malo fui al proporcionarle todas las armas para hacerlo un aprovechado empresario. Hablarse de tú a tú con el Alcalde. Regalarle aceite, pan y vino como en los evangelios. ¡Que mal me porté! ¡Que mal!
Un pobre santo emprendedor es lo que soy. Un currante buscando trabajo para los reyes de la quimera. Los que saben rezarle mejor a la lotería, que a la razón. Un santo buscado solo en horas desesperadas. San Pancracio en la nevera, castigado y sin trabajo. Congelado de miedo. Mártir del whisky, la viagra, el vértigo de la acometida inmobiliaria .Las casas no valen lo que cuestan…


¡Mala resulta la bondad, muy mala!

Richard Villalón

Villalón Otoño 2007clases de canto






Curso para la comprensión de la voz en todas sus acciones, buscando conciencia de la expresión vocal, en sus primordiales espacios de desarrollo. Dirigido al público en general y personas dedicadas al espectáculo como medio vital.
Villalón ha investigado durante muchos años la trascendencia de la gente que canta, cuenta o “ficciona” a través de la palabra hablaba, cantada o escrita. Por esos resultados, quiere establecer contacto con gente llena de ideas acerca del motivo de la expresión sonora, ávidas de encontrar razones en sus palabras y sus silencios.
Gente que maneja a diario el discurso artístico o gente que por razones personales, han aplazado su trabajo como artistas.
Los requisitos indispensables son aptitud individual sobre variados índoles, a partir de lo musical, buscando lenguajes personales, expresiones interesantes.
Actitud lógica para una investigación integral. Buen nivel de percepción, creatividad para reconocer y conducir, el amor, el odio, la duda, en resultados estéticos. Sean o no, proyectos artísticos. Se busca alumnos-creadores para intercambiar géneros, culturas y formas. Fórmulas de lenguaje verbal y no verbal.
Las bases de su técnica son principalmente el canto clásico, canto gutural, Gestald, técnicas analíticas de creación, dicción, discurso.
Seres con los cuales el “Coach” convierte una maquinaria con ideas, en un aparato productivo.
Busca gentes diversas con clara inclinación al aprendizaje, no al forcejeo intelectual.
Las sesiones serán de ocho horas mensuales de manera unipersonal.
Admisión previo casting y entrevista personal.
Agradecemos la publicación y difusión en vuestros medios.
Precio, información, material grafico, entrevistas personales:
955 712 304-656 306 524

jueves, 11 de octubre de 2007

Cantos de Sistema


Windows dice: “Su sistema puede estar en peligro”. Mira mi cara, un mundo silencioso, por eso viene a asustarme. Aquello callado es susceptible de ser asustado. Por ejemplo ¿Qué miedo sentirá el maletero del coche de Madeleine, callado, sabiendo, sin poder confesar? O el miedo que sentirá la pluma de Sarkozy, esa pluma con la que firma decretos para expulsar inmigrantes. ¿Sabes el miedo sentido por tu corazón cada vez que ves al ser amado y callas?
Cuando niño tuve un gato al que se le comenzaron a caer los dientes, mi familia abrumada decía tenían que hacerlo dormir. Claro, como a todo niño, dormir era esa cárcel a donde te envían para enmudecerte. Para que no sigas preguntando:” ¿Por qué, si Dios existe, hay gente sin comer? “Por eso los niños lloran a gritos. Para despertar a Dios.
El gato era viejo, miraba alrededor, vaticinaba. Sin dientes los gatos no comen.
Los ratones se ríen con dientes brillantes. La risa cuando se hace burla es un rotor puliéndote los dientes sin anestesia. El gato maullaba, cada vez que quería comer, todos lo miraban compadecidos. Un día descubrí, que a pesar de no poder comer, el gato seguía maullando, en su maullido no se quejaba: Cantaba.
¿Windows será la mano perniciosa de Dios advirtiéndote cuando sales del sistema? ¿Estas en peligro invariablemente de ser falsificado? Dios ordenador en su nave astronauta. ¿Dirigiéndonos al vacío?
Mi gato maulló mucho, los demás sabían que era dolor. Así aprendí que cantar era la única forma de escapar al miedo de morir.
Al final encontramos seco al gato, como un pergamino, quedando su canto en las paredes de la casa. Gato ángel para la eternidad, sabio mártir sin presumir. Incluso la muerte siguió maullando, entonando canciones llenas de una alegría coloreada.
Todos supimos lo irremediable, pero también supimos que él se había elevado en cantos maullantes a un paraíso donde seguramente pocos teníamos acceso.
Canto por vencer al miedo, como mi gato desdentado.
Estas quieto, vienen moscas, se posan esperando. Si estas callado vienen más silencios, te tragan la mirada. En Sevilla soy maestro de canto, mi centro motor nunca deja de cantar. Ni siquiera cuando un padre borracho se tropieza en un río con su niña en brazos, ahogándola. No dejo de cantar cuando queman imágenes de reyes irreales, cuando hacen redadas para detener la maldad. Encapuchados alterados con una bandera pintada de verdad. Al final no distingo bien a los terroristas de los buenos, si todos van disfrazados de seres atroces, alucinados por la patria.
No dejo de cantar cuando suben las hipotecas y los bares se llenan de gente desesperada. No dejo de cantar cuando pido ayuda y me dan un proyecto para desaparecer de esa oficina, triste pero sonriente, como una falsa señal. No paro de cantar cuando tu cuerpo se llena de ronchitas y la seguridad social dice que es un staphylo cocus aureus. Ya no me abrazas como antes, a media noche, dejándome al mundo como verdugo. Lejos de tu alma-faro para mi salvación.
No dejo de cantar cuando hablo de cantar y la gente predice a los cuarenta principales como el ojo de Dios en la tierra. Las discográficas afirman que la música solo es un negocio, algo inexorablemente yéndose a la mierda. Cuando veo piratas en todas partes sin distinguir quienes son mas crueles.
No dejo de cantar cuando Zapatero decide entre la ciencia y la moral. Rajoy llevando las tablas de la ley, apóstol de la rabia. Me cobijo bajo una canción cuando llueven granizos y aseguran otro terrorista acechando nuestros pasos. ¿Un terrorista nos hará desertar de la esperanza?
Canto mientras se descarrilla un tren y un hombre ha pasado del sueño a la muerte sin ninguna escala. No dejo de cantar cuando Cajasol me envía a una supuesta fábrica de ideas, despreciándome por sudaca, homosexual y vida-adicto. No dejo de cantar cuando se derrama la leche y mis sentidos ven ríos de coches estrellándose contra casas inocentes en Alcalá de Guadaíra. Cuando la televisión exagera a la Pantoja. Nunca queda claro ¿por qué sube el pan?.¿Por qué todos dependemos de los cereales a la hora de soñar nirvanas? ¿Seremos roedores de un árbol a punto de ser derribado? ¿Por qué hay tanta multa de tráfico si todos vivimos detenidos en la sensación terrible de nunca avanzar? No dejo de cantar cuando hierve el agua y descifro en las hojas del té lo que algún día vendrá para salvarnos. Cuando escucho una canción, existiendo un hombre sumido en la prevención de la muerte, atado a una máquina para respirar. Cuando nacen siameses, cuando mueren feligreses en una procesión. No paro de cantar, no paro…
Windows dice: “Guarde esta información, desaparecerá por usar un programa falsificado” Windows dice que me calle, la música solo distrae, Windows no tiene voz, solo palabra. Tiene significado, nunca sonido. Sigo escribiendo, Windows nunca logrará callarme. Cantando jamás conseguirá asustarme. Una palabra callada sirve solo la mitad. Un canto es la ceremonia esencial de la vida. ¡Nunca dejemos de cantar!

Richard Villalón

sábado, 22 de septiembre de 2007

El Niño Torero



Los padres conversaban en ese bar para ser escuchados. A gritos, serios, crispados.
Sudando goterones, llenos de gomina y laca de peluquería. Brillosos mas no brillantes. Cada uno informando novedades de una vida corta, exagerada. Su niño es torero.
El niño al fondo, ojitos de ratita peligrosa. Brillando con esa luz extraña de los elegidos, mirando al mundo con desprecio, dándole vueltas a su Colacao helado. Solo once años, su sueño es matar. Vestirse con luces inalámbricas, bañarse en sangre, matar para salir a hombros por las plazas de la vida. Pañuelos blancos y olés como consignas de un mundo centrado en vivir a costa de la muerte de un ser acorralado.
“Que de crío capeaba con la toalla, que sabia de memoria todos los toreros de moda, que el Juli era tonto y Jesulín un vaina…” “Cuando lloraba en la guardería lo hacía con una rabia de hombre precoz”... Un lenguaje taurino, machacón, pernicioso, nada gracioso.
El niño se inflaba, sus ojos fijos hacían pensar en los niños soldados de esa guerra donde lo peor era una infancia alborotada por Kalashnikov, niños jugando a repartir la muerte como si se tratara de volantes de Mercadona. Niños guerreros tratando de matar para no ser muertos. Niños hurgando basuras, esnifando cemento. Niños donde el toro es la muerte que embiste a cada paso.
El niño, al que llamaban “maestro”, hacia pensar en una casta donde acorralar y torturar es parte de una diversión tradicional. Argumentada por ritos donde los cuernos y la matanza gratuita dejan seres rabiosos e impotentes. Demasiadas gentes trabajando la industria de torturar. Inclusive la iglesia bendiciendo toreros como un acto testimonial donde Dios elije a algunos para darle potestad para matar por gusto, justificado todo con la palabra arte. ¿Se puede tener arte quitando la vida a alguien? La creación es siempre un resultado generoso, nunca de confundir, ni rebajar.
Este Niño torero viene por otra hambre, no lo hace por comer, por llevar abrigo a una familia sin recursos. Lo hace porque quiere periódico, quiere tele, quiere notoriedad.
Ganar la lotería, dar el pelotazo, triunfar para no aprender. Mejor dicho, no sabe exactamente lo que quiere, por eso la obsesión le hace dar verónicas imaginarias, capotazos al aire, estocadas al azar. Llorar como hechizado cuando se le escapa la razón.
Lo hace porque un torero queda supuestamente libre del miedo de pasar desapercibido. Un torero es un hombre con miedo solo a perder el miedo. Un sanguinario feroz acostándose con señoritas para poder contarlo. Un torero también será llamado poeta si sabe callarse a tiempo. Como si los poetas fueran autistas, como si ir de safari formara parte de amar a los animales. El niño “maestro” repite una letanía de orejas y rabos. Balbucea cifras del dolor sin saber lo fuerte del resultado. Sus padres alimentan ese “eguito” sordo comparándolo con un Manolete imaginario. Sus padres no temen ambulancias, operaciones riesgosas. Ven fincas, automóviles, portadas de revista y gasolineras en su vida futura. El niño comercializará su existencia, no reparan en una soledad angustiante de cuartos de hotel, tardes fallidas, gatillazos en la penumbra del flash. Ni siquiera sospechan que lo peor de los sueños es hacerlos realidad.
En el bar, sin reparo, a gritos, desarmando el futuro de los demás. Su niño jamás irá al verdeo, a recoger fruta con los rumanos. Su niño no trabajará de albañil, ni será víctima del paro. Nunca será carne de andamio. Repartidor, reparador, camarero.
En la vida correrá peligro de enredarse con las mareas si fuera pescador. Su niño se casará con la hija del dueño de una ganadería. Comerá con alcaldes, se sentará a la derecha de la derecha más terca. Habrá plazas con su nombre, hasta en las bibliotecas se dirá algo de él. La iglesia declarará que fue inmaduro en su primera anulación matrimonial, se casara más veces si Dios así lo ordenara.
El Niño mira al suelo fotografiándolo, jurando olvidar ese bar hediondo en el futuro, no querrá saber nada más de esa panda de “pringaos” cuando sea matador. Jamás volverá al pueblo, solo para un pregón. Cuando su madre llame tendrá a alguien para contestar diciendo que el “maestro” esta en América o en una corrida benéfica.
Estos días quedarán como la bruma, remotos e indigestos “como el mierda Colocao este”. Estas tardes llenas de padres locos por él, los olvidará sistemáticamente .Sabrá olfatear de lejos al enemigo. ¿Qué se puede esperar de alguien con su vida consagrada a matar? ¿Ahora dónde queda exactamente el Tercer mundo?

Richard Villalón

Carne de mi Sangre

Carne de mi sangre


Es raro, todos los abuelos tienen santos en casa. Estos tienen solamente una felicitación de primera comunión ajada varios años. La cruz alargada. Pasa con la edad, todo se deforma o parece transformado. Algo se amarilla. En su juventud no eran muy dados a la iglesia. Se casaron por lo civil, en la boda dicen murió un tío de infarto, en pleno banquete.
Siempre he querido que tu madre sea más cariñosa. Un besito apretado, una caricia, algo para entender su amor a los niños, como las demás abuelas. Tu padre, solo esperando ver a Rajoy soltando algo en la TV, rezongando:” Zapatero llenará de maricones a España”. Tu padre y Rajoy se parecen, por cierto, cuando insultan les brilla algo dentro los ojos, se pasan la mano por el cuello, tiemblan endiablados. Los dos viven contra la corriente, siempre encuentran mierda en cualquier acto ajeno.
Este año van los niños a Sevilla, a Punta Umbría- para ser playa tiene nombre de cementerio-, solo porque el medico lo ha recomendado. Una anemia se quita al sol y mucho gazpacho. Tu madre hace el gazpacho sin ajo, soso, sin gracia, muy propio en ella.
Cuando nos casamos nunca supuse que su amabilidad inicial duraría toda la vida.
Toda nuestra relación familiar es igual a la primera noche cuando nos conocimos.
Han pasado los años, ella sigue preguntándome cuántos hermanos somos, “¿Tus padres fuman?”, ¿Te dejas echar las cartas?
Cuando comenzaron tus hemorragias, lo asombroso era ver como tu madre traía ese puré de fresas, te lo daba a solas, en la oscuridad. Eso has heredado de ellos, en pleno verano y las cortinas cerradas. La oscuridad y la penumbra, albergando esas macetas con tierra, sin plantas. Llenando la casa de tristeza…un olor a otro sitio.
Lo que me atrajo hacia ti, fue tu declarado amor por el sexo, follarías hasta con una muerta. Eso gusta y atormenta. Te pones loco, me asaltas. Cuando estas dentro mío recién despierto en tu planeta, en el cual nunca me has nombrado con nombre propio. Tú, tus ojos vueltos gritándome:”sigue…”.Arañando tus pies mis piernas, clavándote igual las uñas en el mismo fondo de la soledad y el vacío. Un idioma gutural, profundo cual maldición. Tus manos garras, mi cintura presa en un ritmo infernal, jamás lo cambiaria por nada. Cuando estamos juntos, es como si llovieran pétalos de hostias o cayera bajo una ola, blanca de ti.
Esa demencia por mí, cuando menstruo… excita a mis amigas, dicen que eres un guarro. Otras sonrojadas les gustaría ser folladas en esos días.”Si después de haber hecho el amor, no sales sucio, es porque no has hecho nada”.Nosotros salimos salidos, agotados, aguardando el próximo encuentro.
Amor sonámbulo, quitamos nombre a las cosas, solo por la noche me reconozco viva. Los días me dejan cansada de luz, los niños sobran en este paisaje, solo quiero verte a solas, para caer en tus labios, tus dientes.
Este verano necesito a los niños en la playa. Si se ahogan, lloraríamos algo, bajaríamos de peso. Tú no lo necesitas, siempre estas esquelético, ojeroso y caliente.
Los niños vivirían más seguros muertos, alejados del pacto de Kyoto y de George W. Bush.De la gente aterrorizando con sus miedos al mundo, viendo terrorismo en cualquier parte.
Me querrías a todas horas, las 24 del día. Encerrados en nuestro cuarto. Ideando maneras para llegar por otros pasillos al orgasmo. No importa me digan loca, mala madre o pérfida. Haberme hecho la “longui” estos años…
Estás en mi sangre, mi sangre pide más sangre. Al final los niños volverán cualquier madrugada del cementerio. Algo sucios, sedientos, desconcertados. Se pondrán a jugar con la play station, en silencio, como si nada. Mientras nosotros seguimos inventando el universo…cielo o infierno, según se mire.
Richard Villalón

jueves, 12 de julio de 2007

Villalón Verano 2007



Villalón Verano 2007
Taller Integral de Voz, Canto y Teatro en Sevilla
Coach Emocional, Repertorio, Análisis.
Admisión previo casting.
Teléfonos 955712304 y 656306534
www.richardvillalon.com
La idea de abrir en Verano un curso para conocimiento de la voz en todas sus acciones ha llevado a Villalón este año a plantearse la tarea de atraer público en general, tomando conciencia de la voz, en todos sus espacios de desarrollo.
Villalón ha investigado durante muchos años la trascendencia de la gente que canta, cuenta o “ficciona” a través de la palabra hablaba, cantada o escrita.
De esos resultados, este Verano, quiere establecer contacto con gente llena de ideas acerca del motivo de la expresión sonora.
Dirigido a personas ávidas de encontrar razones para sus palabras y sus silencios.
Gente que utiliza a diario el discurso artístico o gente que por razones personales, han aplazado su trabajo como artista integral.
Los requisitos indispensables son aptitud particular de variados índoles. Buen nivel de percepción y creatividad para reconducir, el amor, el odio, la duda en resultados estéticos. Sean o no, proyectos artísticos. Este Verano busca alumnos-creadores para intercambiar géneros, culturas y formas. Fórmulas de expresión verbal y no verbal.
Las bases de su técnica ha sido principalmente el canto clásico, canto gutural Gestald, técnicas analíticas de creación.
Seres con los cuales el “Coach” convierte una maquinaria con ideas, en un aparato productivo.
Busca gentes diversas con clara inclinación al aprendizaje, no al forcejeo intelectual.
Las sesiones serán de ocho horas mensuales de manera unipersonal.
Admisión previo casting y entrevista personal.
Agradecemos la publicación y difusión en vuestros medios.
Precio, información, material grafico, entrevistas personales:
955 712 304-656 306 524
www.richardvillalon.com

Inédito Vergel

Como en las películas antiguas, su belleza me persigue.
Cuando apago la visión del mundo, entro al teatro de los sueños .Ellos, ellas, entran en el tum tum de mi corazón. El barco de la imaginación, sube al ritmo de su sangre y tum tum… Allí bailo.
ManoMadera y Mari Carmen saben. A algunos ángeles, es bueno espantarlos .La ciudad de Lima, su quemazón ya tienen unas manos para aplacar el dolor de ciertos daños.
Mari Carmen, maga de mis brumas más tangibles. Ángel de mi escarcha, bien has hecho en juntar esa galaxia de miradas coquetas. Niños hombres y mujeres sabias en el ensortijado violeta de mil palmas peruanas. Resumidas en una jungla de ritmos, un huayno mixturado. Quien mejor que tú sabes, siendo música negra también es música andina. Los peruanos tenemos de ingas y mandingas a la vez. Llevamos unos ritmos escondidos, como lunares pudorosos, en el cerco más estrecho de nuestro tiempo infantil. Ahora entiendo mi cholo, mi negro, encerrados en la sombra. Cargo orgulloso su destino de raza vibrante.
La música negra, la música del color, es pura madera. Suena si se le sabe tratar. Elevar al conjuro de cajones enlunarados, sudores lúdicos. Como cuando uno hace el amor en Costa Verde.” Tu pelo en mi pelo y tu pie en mi piel…”
Vaya paradoja de los peruanos, vivir flotando en tristezas infinitas. Llevar caderas atadas al deseo de nunca morir mirando. Siempre jugar luchando, vivir con el motor de la vida a todo volumen.
Manomadera me acosa, “la Raggio” me ha vuelto loco, “Milagros chachachá” me turba.
Cynthia sobrevuela su aura bruja .Sus manos aparecen blandas esta noche de barco quieto. Su corazón me tumba y retumba. Que cóncavos son los recuerdos, cuando uno trata de entrar en ellos, para hacerlos otra vez escalera real, subir al cielo…
Frágil, sonoro entiendo a Mari Carmen hablando del silencio en voz bajita.
Aplacando el grito, como domesticando la furia para evitar nos trague.

Hermana matiz del agua, ya entiendo .Pero ¿Algún día entenderán que hubieron sirenas en el Callao? ¿Los toques de queda eran el pretexto para brillar la calle llegando al placer más secreto?
Barranco asola mi interior con su recoveco de patios viejos, cantando al sol me he hundido muchas noches en la vorágine de ser el silencio peligroso cantado por sirenas.
Ulises, lo decía borracho ennegrecido: “Cuídate de las sirenas mas cuando callan, que cuando cantan”
Ahora en Sevilla mi pasaporte se ha escondido, tengo dos gatitos candidatos para hacerme olvidar mis días limeños .Manomadera y Maricarmen juegan en el patio detrás del olivar sevillano. Allí invocan a los dioses que nos librarán de las oligarquías del mundo. Allí el amor por el silencio parte raudo como una nave extraña hacia el espacio. De un golpe nos hacemos niños, cajoneros ahuyentando la falsía.
Manomadera me hiere, Manomadera me enfrenta. Me saca la sal, me come lo que alimenta.¡Que bonito! ¡Que horrible!
Quiero volar, solo si supiera navegar, este día que enfrenta mi soledad de mar ausentado. De negro, cholote, chino chan… pan y poesía.
La pena es un péndulo marcando el horror del silencio, silenciado. El sufrimiento es haber callado.
Maricarmen y Manomadera lo bueno de todo es, sentir a Dios, sin saberlo dormido.
No descansará, hasta escucharnos este ritual pagano .Dios cuando aprieta le tiembla la mano… ¡Dios necesita terapia, al ritmo de todos los humanos!
Richard Villalón
Sevilla domingo, 17 de junio de 2007

Verano Feroz

Comenzaron quitándose las camisas, sentí vértigo. ¡Anda, el Julián si que tiene buenos pectorales! Claro todo el día gimnasio y mira… Nunca pensé que la Inma podría tener esas tetas tan duras. Esa cinturita tatuada de lunares, pecados turbios…mirada detonada.
Nosotros alelados, llenos de ron. Nunca imaginamos esa noche, después de la parrillada, algo iba a suceder. Con los niños durmiendo arriba. El jardín oliendo a sardinas.
Eso de hablar siempre de los cambios climáticos, las deudas contraídas por avalar a extraños… y mira... ahora el Julián despatarrao, roncando a mi lado. ¡Umm que bien huele Antonio Banderas, Diávolo…!
Mi Jose con la Inma enfrente, abrazados y abrasados ¿esto es pesadilla o un sueño? Vaya bragas de la Inma, ¿Serán esas compradas en Teletienda?
Siempre es bueno cambiar detergente ¡Anda, siempre he cambiao! Las sábanas huelen diferente, así puedo comparar, pero esto... no sé. ¿Los tíos se pueden comparar por centímetros, promesas o guarrerías?
La Inma tiene experiencia, me había contado su manera de ser “modernos”.
El verano pasado se había confundido tanto. Le gustaba dudar entre recordar u olvidar para siempre .Esos besos, esos mordisquitos, esas pantorrillas diferentes, esas axilas con olores penetrantes…Incluso un beso de tornillo a otra mujer, como la canción de Mecano.
Todos sus amigos jugaban y jugaban. Para ellos, nosotros, éramos “los catetos”. ¡Mira!, después de haber ido al Instituto juntos. Pandilla de toda la vida. La playa... ¡Ay!... tantos veraneos monocromáticos.
Ahora, espero de verdad, sean modernos. Si no ¿a quién le contaré mis penas entre cigarrillos y café por las tardes?
Inma, mi mejor amiga, la que todo calla. El único ¡Sí! , entre todos “mis no”.
¿Jose con quién peleará cuando afirme nuevos cambios en el Betis y Julián no esté, para contradecirle?
La vida en esta parte pasa muy lenta. Bautizos, pocos matrimonios, muchas comuniones, divorcios suicidas, todos fieles al círculo de amigos.
¿Si se enteran los demás? ¿Dejarán de hablarnos? Como cuando el Cisco dejó colgados a varios con el dinero de la ayuda agraria. O como cuando Carlos vendía Mercedes Benz robados en Alemania, dice sin saber, ni averiguar.
La verdad, a los cuarenta años por llegar, la rutina me está dejando loquita todos los días. La normalidad es la locura más perniciosa, solo se nota cuando todo es inevitable.
Como el cáncer del páncreas, ¡Pobre Rocío!
Mis hermanas siempre con problemas -por cierto ¿esto será un problema?-.Todos buscando casas por comprar. Los chicos dejándonos cada día más solitarios, la televisión tragándonos las entrañas cada “finde”.
Sólo este par de amigos locos, siempre diciendo:”A ellos no les iba tocar morirse, sin probar de todo”.Todo el todo, frente a esta certeza de ser siempre nada, nada…
Bueno, la verdad, Julián siempre me gustó un poquito. Además, cuando el Jose me hacía cosas en la cocina, friendo croquetas, decía que la Inma sería una guarrilla. Con esos pechos de madre amamantando, ese olor a asadurillas calentándole la bragueta…
Cuando despierten haré una tortilla, seguiremos como si nada hubiera pasado. ¡Coño! de maravilla lo hemos pasado. El Jose mi único hombre, ya era hora después de 28 años de lo mismo, probar con otro.
La Inma siempre decía:!Eres tonta, tu marido tiene un culito durito! A ella le apetecía un polvo con él. Algo para demostrar que las mujeres nunca quedamos invisibles.
En la vida todo viene, sin saberlo. Igual las alegrías, como los accidentes. ¿Esto será un siniestro total?
Ojala nunca acabe nuestra amistad. Si no, pobres seriamos todos. Decir una cosa, hacer lo contrario. Hablar de libertad, acabar rezando arrepentidos. ¡Vaya mierda!
Contenta y triste, así me siento. Si al menos hubiéramos ido a la Universidad tendríamos pretextos para explicar esta experiencia existencial. Ahora quedaremos manchados. Seguro hasta el Julián le cuenta al Jose lo que pedí, poses muy sucias. Jose hasta se puede cabrear. Julián aunque no llega a tener las piernas del Jose, si que se mueve. Es un toro, con gafas, pero toro.
¿Y si Jose me compara con la Inma descubriendo lo poco que sirvo para todo?
Anoche entre la borrachera y la vergüenza sentí su felicidad cómplice. Igual cuando uno acierta la Bonoloto y saca 9 euros con 28 céntimos. De nada sirven, pero ¡Que gustito haber recibido un premio, luego de tanto apremio!

Richard Villalón
Jueves, 05 de julio de 2007

sábado, 19 de mayo de 2007

Melodrama electoral con tilde de Matilde

Matilde, hoy estoy viéndote a los ojos como pides en tu campaña. Leo tu alma en tus ojos, como leía las almas de los pasajeros de LAN cuando veníamos de América Latina soñando ser parte de esta realidad maravillosa llamada España.
Todos ellos pensaban que mirando a los ojos de los demás, se salvarían de que los vieran solo como narcotraficantes, putas, carne de subempleo.
He llegado y tu campaña me ha salvado del miedo a callarme.
Vivo aquí y parece que los demás solo se dedican a comprar casas, acertar en loterías donde siempre ganan. Todo entre lo místico y lo absurdo. Siento que las calles tienen también ojos y lengua.
Esas lenguas que hacen que nunca seamos ciudadanos normales. De esos que salen apoyando “la no extinción de las algas marinas” o esos ciudadanos que odian al mejillón cebra por ser tan malos con las aguas. Unos verdes, otros rojos, todos con su trabajo de funcionarios salvándonos al mundo de la injusticia y la frialdad.
Matilde, tu campaña me habla de cosas muy serias y claras. Como todo hombre con fe, te creía.
Tú que como las vírgenes has llegado a ser designada por obra y gracia por el partido progresista, nos librarás de los mejillones cebras que viven en el Ayuntamiento.
Librarás a mi pareja de ser el tonto del pueblo. Él no llega a cobrar un sueldo normal, en casi diez años de haber hecho un trabajo que sí ha servido al pueblo. El teatro y los cuentos cuando se tratan como él los trabaja, son una anestesia real para librarnos de tanto atentado cotidiano al razonamiento legal y espiritual del alma humana. Sí, esa alma a la que te diriges con tu mirada.
José María ha trabajado mucho para que gente como tu tenga a donde mirar. O reclame su parte afectiva y humana a los que han votado por años a los señores mejillones cebras. Para que la vida mejore sin que nadie pague sobreprecio.
Ha construido en su corazón miles de historias en las cuales los niños se refugian cuando sus padres gritan y pelean por no saber que hacer para llegar al fin de mes. Por eso a lo mejor en Espartinas hay un letrero donde se afirma que no hay maltrato de género.¿Y el género gay donde queda? ¿Hubo alguna mejora cuando nos casamos, en su trabajo? 400 euros llorados cada tres meses por no llegar a un acuerdo para que el contrato laboral sea íntegro. Robarle los sábados y domingo e ir a un autobús donde se negocia una gestión de beneficio a costa de silencios muy duros. Eso cuesta mucho más que 400 euros de más. La dignidad nunca usa precio cuando se sabe tener.
Solo una fotito con el señor alcalde casándonos para que el mundo crea lo que él no ha llegado a creer. Los mariquitas parece que solo servimos para las ferias y para que en el Rocío haya quien se emborrache dejándose malquerer.

José María, mi marido, ha tratado con el duende que existe en muchas gentes para que la vida no les pese más que una cruz. Paradójicamente en la Muestra de Imagineria Popular Religiosa no hemos encontrado ningún santo vestido de Factory, ni con móvil de prepago, ni debiendo alquiler. Todos los santos iban bien vestidos y salieron como entraron: mudos. Sin ninguna respuesta a las irregularidades laborales del Ayuntamiento que los traía.
José María ha tenido que ir a los toros para ver como unos niñatos malcriados mataban mil veces mal, a unos pobres toros. Que nada saben de la oligarquía, ni de subvenciones con que han sido cebados algunos. Para luego salir a matar y aún así, matar mal.
Que mal sale lo que tendría que ser bueno. Que terrible mano oscura, esa que no sabe ni bien matar, ¿Sabrán hacernos vivir bien? ¿Por eso serán las miles de casas donde viven arracimados los fantasmas que no supieron morir? Esa mejora colapsando carreteras, entorpeciendo esperanzas. Eso hace desesperarme viendo que todo sigue igual a pesar de los poetas muertos, los avances sociales de una España imaginada e ¿Imaginaria?.
Matilde, por eso mirándote a los ojos te pido por favor, que aunque he buscado tú alma en la mirada solo he encontrado un color d e L`Oréal rojizo, nada natural y nada de verdades. Nos llamaste a tu lista electoral y la lista resultaste tú.
Dijiste teníamos que hablar y al final tomándote una cervecita le ofreciste a José Maria un trabajo de técnico de cultura arguyendo era mejor .Pero Matilde, mujer progresista, ¿Qué se haría con la trabajadora mujer embarazada que sustenta este cargo?
¿La despedirías?
¿La harías barrer calles como actualmente recomiendan todos los del Ayuntamiento cuando uno pide mejoras laborales?
¿Por qué nos mentiste, Matilde?
¿Porque José María no es del PSOE? ¿Porque solo el juego de los votos va a favor de los inscritos a un partido? .Un circo de funcionarios donde todos se salvan veraneando en Zahara de los Atunes. Hablando sabiamente de las cocochas del atún.
¿Porque José María siendo popular (pero no del PP) te traería mas votos? o ¿Por que tu trouppe de la lista te advirtió que no te metieras con los gays del pueblo?
¡Matilde que mala opción entre los males te has vuelto! Mira que no eres ni mejillón cebra.
Que pena que tus líneas de las manos me hicieran pensar que eras buena y principal.
Si a ti te ponen y luego te sacan.¿En que cajón del partido te irán a refundir, cuando descubran que lloras si te gritan?, ¿O te quitas de política ,cuando la gente reclama mas argumentos? Berrinche y depresión laboral, mala fórmula.
Nos robaste la oportunidad de pensar que trabajando las cosas mejorarían.
Hablo en plural porque el sentido de la vida tiene siempre un objetivo, el nuestro es el amor. El poder del amor y no el amor por el poder. Aunque mil quinientos alcaldes de este país piensen lo contrario y todos los curas se manifiesten en contra del matrimonio gay, callándose siempre cuando hay que manifestarse contra la guerra.
Escribo esto por ser necesario. Seguro mañana el señor alcalde echa a José Maria o si tú llegas al cargo, me sabrás odiar con una dirección y un teléfono al que si sabré contestar, nunca como el tuyo, solo sirve para ver quien llama y no responder…
Pero esto va para los ojos de esas gentes a quien quieres engañar.
Espero que la democracia no sea una exageración de las estadísticas.
Y que alguna tarde, entre cervecitas, comentes lo malos que somos los extranjeros, los maricones, la gente humilde, cuando no nos dejamos apalear.

Villalón
Miércoles, 16 de mayo de 2007

El Ídem de Rocío

Los langostinos a 4.50 euros son buenos. La cervecita bien helada, los picos, el jamón.
Las carretas, los bueyes. El próximo año saldrían buenas las calderetas de este pobre buey. Ojala el tío Isidorito el próximo año ya no esté con nosotros, se lo haya llevado Dios. Por fin la casa de Valencina será para nosotros. ¡Viejo de mierda, viviendo sin trabajar!. Porque no me dirán que es trabajo cambiarle las sábanas a su propia madre, vestirla, llevarla al médico; eso no es trabajo. Además de todo, bujarrón. La vergüenza que ha soportado la familia desde que lo encontraron en la mili con el capitán ese y los pantalones en el suelo. Como dice el Papa:” eso no es natural”.
Trabajo es ver como él se queda con las pensiones de “Tita Encarna” y de “Tita Loli “y aquí trabajando como una burra para llegar al Rocío.
¡Ay virgencita, si estás al lado de Dios, llévate a este cabrón!.
La piscina este año se nos irá a las nubes si no llegamos a comprarla. El aceite ya no es negocio, los de la cooperativa cada día reciben menos del subsidio agrario.
A ver, ¿qué le cuesta al Isidorito de los cojones, soltar la pasta de las viejecitas? Ya sólo les da los medicamentos, los médicos dicen que todo es esperar.
Si fuera al menos así, al menos dejaría algo para sus sobrinos. Ya que ni hijos ha llegado a tener. ¿Para qué tanto traje y tanto pajarito? Y los gatos, ¿tanto gasta un gato al mes?
Aquí todos le ríen sus chistes, cada cierto tiempo aparece con un “ahijadito nuevo”. Claro, si le reclaman algo, seguro que lo dona a la Iglesia todo. A la mierda los proyectos de la piscina nueva y la casa.
Él sabe como hacernos rabiar. Cada vez se siente más cerca de Dios; si supiera que Dios odia a los mariquitas, a ver ¿qué pasaría?.
Isidorito, lo tengo como una ampolla hecha por el boto campero. Isidorito viejo jodío. No tuvo vergüenza cuando le hizo el regalo a mi Vanessa, vaya par de zarcillos de las cien pesetas.
Cuando el niño quiso el carné de conducir, anda, le dijo que había una bicicleta en la casa de la abuela, si quería llegar a cualquier sitio, también se llega en bicicleta.
¿Puse vinagre en el adobo? ¿Traje la neverita con las pechugas de Makro? . !Joder, este Rocío si que me va a costar sentarme al lado del viejo!. Porque mira, cuando baila las sevillanas, si que se le nota la pluma. Pero en fin, todo esto que tengo planeado, lo hago por mis hijos y mi pobre Antonio. Dicen que Isidorito dormirá, se irá como un santo. Nunca he visto a una rata agonizar haciendo ruido. El veneno es el mismo y en el gazpacho parecerá pan mal molido. Un traguito y ¡zas!, viejo muerto. Isidorito muerto en el Rocío. Lleno de olor a santidad. Santo, santo todos saben nunca fué…
Leí que las ratas mueren de parada respiratoria. Este vejestorio ya es hora de una parada, donde las palmas las escuche a través de un cajón.
La Inma sospechará, ella también me dijo que alguna vez lo había pensando, la pobre. Con el maridito policía y lo que le gusta la coca. No sé ni como llegan a fin de mes ella y sus tres niños.
Y la María, anda que esa si que necesitaría que el viejo estirara la pata. Su “Tita” no le ha dejado ni para un velón. Ella limpiando casas viene aquí a rezarle a la Virgen que por fin Isidorito se ponga su traje de muerto.
Nadie sospechará de un Rocío con tanta alegría, aquí se mueren muchos en el camino y el Quema siempre limpia pecados cometidos y por cometer.
Por suerte el gazpacho es su perdición. Tanto que él siempre trae la guarnición todos los años.
Con mi gazpacho mediador se irá al cielo sin escalas, allí ya tendrá tiempo para aclararse con Dios.
Por cierto ¿Quién habrá usado la batidora? La he encontrado toda sucia de tomate.
El gazpacho que nos invitó Isidorito al mediodía, no se parecerá al que le daré esta noche.
Será más sabroso, más dulce. Como la venganza, fría y consoladora.
Que raro, la regla no me baja hace años y tengo un dolorcito aquí que me esta poniendo mala del todo. Calor y frío a la vez. Y que mal veo las cebollas, los ajos y el tomate. Todo parece flotar, como unos de esos sueños de la televisión.
Vaya, ¿abrí antes la cajita con el matarratas?
Tío Isidorito, te adelantaste. ¡Maricón, me has matao!

Villalón
Miércoles, 16 de mayo de 2007

lunes, 30 de abril de 2007

FotografiaDetalle

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AGENCIA DE NOTICIAS ORBITA - Richard Villalón regresa al Perú después de 14 años

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Diario La República - Online - Villalón. Intensidad y altura en una noche de reencuentro

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martes, 6 de marzo de 2007

¿Cruz y ficción?

La receta de la felicidad estaba entre los pagos del teléfono. Su piel satinada miraba y casi cantaba. Fué espectacular preguntarle si es verdad que somos sueños de alguien furioso.
Cada mañana, tomar café y sentir como los niños se van al colegio es una fiesta si luego no te cuentan la estructura rara de cómo la realidad come tu alegría.
El amor no salva, pero si anestesia.
Esta pareja sube al súper los sábados y rellena su carrito con una materia que parece ser el cuerpo de su felicidad. Tienen voces de niños cuando hablan en voz bajita , se desquilibran al ver un animalito muerto en la carretera. Son especialmente vulgares. Con su fondo común se miman, se ablandan y hay siempre un ser desigual del que se horrorizan.
Anoche, mientras veían televisión hablaban sin parar de una historia que estaban inventando allí mismo. No es posible que un rey viva como un ser normal, ni es posible que los seres normales puedan volverse sagrados. Sino para qué carajo uno consume papitas Light.­
Ella lo miró con especial ternura cuando los dos se fueron discutiendo algo que jamás habían estudiado. Todo era invención. Así es la felicidad, un invento que algunas veces se hace un traje demasiado largo para no arrastrarlo.
Ellos no saben que un señor los ha codificado y les ha puesto nombre de usuarios necesarios. Ni que el banco les pone en lugar preferencial siempre que nace una nueva cadena de esclavitud. Ellos son especialmente felices cuando ven su vida como algo útil. Cuando sospechaban de todos los que acaban de llegar. Cuando de noche se limpian con kleenex su amor físico.
Ellos han aterrizado primero que todos, saben que son la humanidad. Si en algo
Dios los perdonará, será en haber creído fielmente que todo está aquí para cumplirse.
Se han hecho hombres y mujeres correctos, han sentido que algo los levantaba con una fuerza de nave nodriza los domingos en misa.
Sus hijos son la reproducción exacta de sus hambres y sus miedos. Formulan sus destinos criando muñecos y ordenando matar sin compasión a través de la play station. Sus hijos son perfectamente idénticos a los demás. Alguna vez en la barbacoa familiar Pedrito se vuelve Paquito con solo pestañear. La niña es una sola niña entre todas las primitas, todo parece extraído de una maquinaria de ciencia ficción. Ella, madre. Vela y llora cuando es necesario y si no es necesario, también vela y llora el destino que confecciona con una destreza de jugadora de ajedrez.
Son perfectos y se hacen querer cada vez que un ministro habla de lo mal repartido que está el cielo y que en otros tiempos, tenían mejores remedios para ciertos males.
Les admiro ciegamente por el uso que hacen de su muñeco hinchable con el que llegan a bailar.
Los veo en las filas del cine y les distraigo a veces con mis juegos de azar. Son mejores que muchos, son gente de verdad. Situados a la derecha de Dios, saben lo mal que los demás lo hacemos, fermentan una cierta compasión…
Su soledad está tan bien amaestrada que jamás mea sus pies. Su espectáculo de luces se enciende cuando es el tiempo. Como los gatos entierran su mierda para que no llegue a oler. Son perfectamente ciegos y sonámbulos. Invaden los parques. Son buenos y su bondad a veces, corta las propias venas del árbol por donde circula el bien.

Richard Villalón
www.richardvillalon.com

Los príncipes azules existen… duran un tiempo…luego destiñen.

Decidí usar este juego cuando él supuso haberme saludado por nuestro 13º aniversario. Sus ojos mirando el microondas, hablando, hablando de un polvero que por fin nos dejará la puerta del garaje utilizable, lograron enfrentarme a lo fácil que es querer, sin demostrarlo.
Vaya ruta, desde los 18 recién cumplidos. Pensando en el penalti: ¡Casados!. Comprobar que solo era un retraso me dejo retrasada para siempre. Mis estudios, mis ganas de salir del pueblo, la historia era hacerme una película menos conocida. No quería ser igual a las demás. Y ya ves, aquí en este hostal, ahora tirando del hilo para explicar la madeja.
Yo para ti y viceversa .Muchos viceversa de promesas, un círculo infinito mareándome más que el primer embarazo. Sus padres mejores que los míos, los míos inexistentes. Cada ladrillo de la casa construyendo un puzzle, después de un intenso soñar a ojos abiertos. Le quiero, él me quiere, eso es mucha verdad. Más verdad que nuestra cuenta corriente, nuestro coche y esta casita en el Aljarafe sevillano donde todos cumplimos con las filas interminables para llegar al trabajo cotidiano.
Pero…no sé como llegué a esta central nerviosa. Cómo me atreví a dejar mi número, como accedí al primer amigo. “Señora busca consuelo por las mañanas”, así no fue.
“Casada laboriosa y dispuesta”, eso fue.
En menos de dos días el móvil sonaba, sonaba de 11 a 14 horas. Cada vez me sentía una reina, dueña de estas piernas subidas en una moto de halagos.
Me citaban, yo estaba de vuelta. Solo creía lo callado. Es cierto eso que me contó mi profesor de teatro:”A los chaperos no los salva nadie, a las putas si”. Por supuesto nunca he pensado en esto como putear. Soy una señora, solo busco cariño cínico, algo de pasta para al final de mes no quedarme con el recuerdo rabioso de las cositas sin comprar en Factory.
Pizza, macarrones con salsa de tomate, muchos Foskitos, todo eso salva una economía anémica. Mi hermana funcionaria con tantos falsos regalos es una coartada perfecta. Aunque nuestro odio común, no lleva maquillaje. La “lista” tiene medios, sin ningún fin realmente amoroso.
Me harté de oler a fritura todo el día, de pintarme las mechas en casa, de llevar dos años seguidos la misma camisa de madrina de bautizo .Estoy cansada de ser siempre quien habla y habla para explicarle a mi marido las mejores maneras de tratar a los niños. Él no es el único con derecho a reclamar cuando mi Antonio manda a la mierda a su primo. Estoy cansada de ser nadie, un reflejo perdido cuando se llena de vapor el baño, una muñeca que cuando escucha sevillanas quiere bailar y su ropa es de enfermera, cuidando los restos del amor medio muerto. Claro, nos queremos pero esa talla no me entra o me queda grande. Sólo la hipoteca, el salario y hablar de los demás nos une despiadadamente.
Por eso contesto el móvil e invento una Leila de Portugal, Katia de Rusia o Eva de Polonia. Como nunca se habla en este negocio, alguno traga. Aún no logro imitar el acento de las sudamericanas, sino ya tendría “un papito” a mi merced.
Me lavo de manera absurda y lavo más, cuando ellos se van. Algunos se han llevado mi dolor avergonzado entre suspiros de placer furtivo. Seria mentira decir que no gozo, pero luego la mancha te quita la alegría.
Ya lo decía Carlitos Marx.: “todos los hombres son iguales”. Camioneros, comerciales, agentes de inmobiliaria… Horarios libres para salir de la oficina por las mañanas. Ninguno pregunta si soy feliz, todos saben, nadie es feliz entregándose para cubrir cualquier ausencia. Ellos son todos uno. Cuando dejo de quererlos, me baño y me baño hasta quedar exhausta de agua, promesas falsas. Todos tienen olor de náufragos, para algunos soy su sirena encantada. Para otros, una mujer con ganas de crecer fuera del infierno.
Luego voy por la A-49 diciéndome: ¡Vaya chollo hacer horas extras! .Que rápido podré conseguir un modelito de Vittorio y Luchino para la boda de mi prima Carmen (si supiera la verdad del matrimonio, la muy tonta). Todos pensarán es un vestido falso, el gustito que tendré sabiéndolo verdadero.
Lo bien que se está portando mi marido cuando habla de huevos con patatas como un manjar celestial .Nada es sucio, se ensucia, si no lo sabes tratar .Tengo manos de geisha, ojos de gitana, corazón pedernal. Un amigo llora cuando llega a la cumbre (que fina me pongo), otro pregunta si puedo contarle acerca de amar a otra mujer (que pajeros son los hombres, aun en la faena).Cien feligreses o mil con saber contestar a tiempo. Entre ellos invento un esposo mejorado. Oliendo mejor que nadie, nunca dejará de contarme entre sus tesoros. Lo mal que se lleva la vida cuando no aciertas con quien soñar. Lo bueno que resulta lo malo, cuando llegamos a alcanzarlo.
Mi marido es al final el único, sabe como nadie hacerme llorar. Dormido nunca sospecha. Soy una guarra, una salida, máquina calculadora. Pobre ilusa, hada extraviada, mujer desarmada,fascinada por fascinar, enjaulada... a punto de estallar.

Villalón
viernes, 16 de febrero de 2007