sábado, 19 de mayo de 2007

El Ídem de Rocío

Los langostinos a 4.50 euros son buenos. La cervecita bien helada, los picos, el jamón.
Las carretas, los bueyes. El próximo año saldrían buenas las calderetas de este pobre buey. Ojala el tío Isidorito el próximo año ya no esté con nosotros, se lo haya llevado Dios. Por fin la casa de Valencina será para nosotros. ¡Viejo de mierda, viviendo sin trabajar!. Porque no me dirán que es trabajo cambiarle las sábanas a su propia madre, vestirla, llevarla al médico; eso no es trabajo. Además de todo, bujarrón. La vergüenza que ha soportado la familia desde que lo encontraron en la mili con el capitán ese y los pantalones en el suelo. Como dice el Papa:” eso no es natural”.
Trabajo es ver como él se queda con las pensiones de “Tita Encarna” y de “Tita Loli “y aquí trabajando como una burra para llegar al Rocío.
¡Ay virgencita, si estás al lado de Dios, llévate a este cabrón!.
La piscina este año se nos irá a las nubes si no llegamos a comprarla. El aceite ya no es negocio, los de la cooperativa cada día reciben menos del subsidio agrario.
A ver, ¿qué le cuesta al Isidorito de los cojones, soltar la pasta de las viejecitas? Ya sólo les da los medicamentos, los médicos dicen que todo es esperar.
Si fuera al menos así, al menos dejaría algo para sus sobrinos. Ya que ni hijos ha llegado a tener. ¿Para qué tanto traje y tanto pajarito? Y los gatos, ¿tanto gasta un gato al mes?
Aquí todos le ríen sus chistes, cada cierto tiempo aparece con un “ahijadito nuevo”. Claro, si le reclaman algo, seguro que lo dona a la Iglesia todo. A la mierda los proyectos de la piscina nueva y la casa.
Él sabe como hacernos rabiar. Cada vez se siente más cerca de Dios; si supiera que Dios odia a los mariquitas, a ver ¿qué pasaría?.
Isidorito, lo tengo como una ampolla hecha por el boto campero. Isidorito viejo jodío. No tuvo vergüenza cuando le hizo el regalo a mi Vanessa, vaya par de zarcillos de las cien pesetas.
Cuando el niño quiso el carné de conducir, anda, le dijo que había una bicicleta en la casa de la abuela, si quería llegar a cualquier sitio, también se llega en bicicleta.
¿Puse vinagre en el adobo? ¿Traje la neverita con las pechugas de Makro? . !Joder, este Rocío si que me va a costar sentarme al lado del viejo!. Porque mira, cuando baila las sevillanas, si que se le nota la pluma. Pero en fin, todo esto que tengo planeado, lo hago por mis hijos y mi pobre Antonio. Dicen que Isidorito dormirá, se irá como un santo. Nunca he visto a una rata agonizar haciendo ruido. El veneno es el mismo y en el gazpacho parecerá pan mal molido. Un traguito y ¡zas!, viejo muerto. Isidorito muerto en el Rocío. Lleno de olor a santidad. Santo, santo todos saben nunca fué…
Leí que las ratas mueren de parada respiratoria. Este vejestorio ya es hora de una parada, donde las palmas las escuche a través de un cajón.
La Inma sospechará, ella también me dijo que alguna vez lo había pensando, la pobre. Con el maridito policía y lo que le gusta la coca. No sé ni como llegan a fin de mes ella y sus tres niños.
Y la María, anda que esa si que necesitaría que el viejo estirara la pata. Su “Tita” no le ha dejado ni para un velón. Ella limpiando casas viene aquí a rezarle a la Virgen que por fin Isidorito se ponga su traje de muerto.
Nadie sospechará de un Rocío con tanta alegría, aquí se mueren muchos en el camino y el Quema siempre limpia pecados cometidos y por cometer.
Por suerte el gazpacho es su perdición. Tanto que él siempre trae la guarnición todos los años.
Con mi gazpacho mediador se irá al cielo sin escalas, allí ya tendrá tiempo para aclararse con Dios.
Por cierto ¿Quién habrá usado la batidora? La he encontrado toda sucia de tomate.
El gazpacho que nos invitó Isidorito al mediodía, no se parecerá al que le daré esta noche.
Será más sabroso, más dulce. Como la venganza, fría y consoladora.
Que raro, la regla no me baja hace años y tengo un dolorcito aquí que me esta poniendo mala del todo. Calor y frío a la vez. Y que mal veo las cebollas, los ajos y el tomate. Todo parece flotar, como unos de esos sueños de la televisión.
Vaya, ¿abrí antes la cajita con el matarratas?
Tío Isidorito, te adelantaste. ¡Maricón, me has matao!

Villalón
Miércoles, 16 de mayo de 2007

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