sábado, 19 de mayo de 2007

Melodrama electoral con tilde de Matilde

Matilde, hoy estoy viéndote a los ojos como pides en tu campaña. Leo tu alma en tus ojos, como leía las almas de los pasajeros de LAN cuando veníamos de América Latina soñando ser parte de esta realidad maravillosa llamada España.
Todos ellos pensaban que mirando a los ojos de los demás, se salvarían de que los vieran solo como narcotraficantes, putas, carne de subempleo.
He llegado y tu campaña me ha salvado del miedo a callarme.
Vivo aquí y parece que los demás solo se dedican a comprar casas, acertar en loterías donde siempre ganan. Todo entre lo místico y lo absurdo. Siento que las calles tienen también ojos y lengua.
Esas lenguas que hacen que nunca seamos ciudadanos normales. De esos que salen apoyando “la no extinción de las algas marinas” o esos ciudadanos que odian al mejillón cebra por ser tan malos con las aguas. Unos verdes, otros rojos, todos con su trabajo de funcionarios salvándonos al mundo de la injusticia y la frialdad.
Matilde, tu campaña me habla de cosas muy serias y claras. Como todo hombre con fe, te creía.
Tú que como las vírgenes has llegado a ser designada por obra y gracia por el partido progresista, nos librarás de los mejillones cebras que viven en el Ayuntamiento.
Librarás a mi pareja de ser el tonto del pueblo. Él no llega a cobrar un sueldo normal, en casi diez años de haber hecho un trabajo que sí ha servido al pueblo. El teatro y los cuentos cuando se tratan como él los trabaja, son una anestesia real para librarnos de tanto atentado cotidiano al razonamiento legal y espiritual del alma humana. Sí, esa alma a la que te diriges con tu mirada.
José María ha trabajado mucho para que gente como tu tenga a donde mirar. O reclame su parte afectiva y humana a los que han votado por años a los señores mejillones cebras. Para que la vida mejore sin que nadie pague sobreprecio.
Ha construido en su corazón miles de historias en las cuales los niños se refugian cuando sus padres gritan y pelean por no saber que hacer para llegar al fin de mes. Por eso a lo mejor en Espartinas hay un letrero donde se afirma que no hay maltrato de género.¿Y el género gay donde queda? ¿Hubo alguna mejora cuando nos casamos, en su trabajo? 400 euros llorados cada tres meses por no llegar a un acuerdo para que el contrato laboral sea íntegro. Robarle los sábados y domingo e ir a un autobús donde se negocia una gestión de beneficio a costa de silencios muy duros. Eso cuesta mucho más que 400 euros de más. La dignidad nunca usa precio cuando se sabe tener.
Solo una fotito con el señor alcalde casándonos para que el mundo crea lo que él no ha llegado a creer. Los mariquitas parece que solo servimos para las ferias y para que en el Rocío haya quien se emborrache dejándose malquerer.

José María, mi marido, ha tratado con el duende que existe en muchas gentes para que la vida no les pese más que una cruz. Paradójicamente en la Muestra de Imagineria Popular Religiosa no hemos encontrado ningún santo vestido de Factory, ni con móvil de prepago, ni debiendo alquiler. Todos los santos iban bien vestidos y salieron como entraron: mudos. Sin ninguna respuesta a las irregularidades laborales del Ayuntamiento que los traía.
José María ha tenido que ir a los toros para ver como unos niñatos malcriados mataban mil veces mal, a unos pobres toros. Que nada saben de la oligarquía, ni de subvenciones con que han sido cebados algunos. Para luego salir a matar y aún así, matar mal.
Que mal sale lo que tendría que ser bueno. Que terrible mano oscura, esa que no sabe ni bien matar, ¿Sabrán hacernos vivir bien? ¿Por eso serán las miles de casas donde viven arracimados los fantasmas que no supieron morir? Esa mejora colapsando carreteras, entorpeciendo esperanzas. Eso hace desesperarme viendo que todo sigue igual a pesar de los poetas muertos, los avances sociales de una España imaginada e ¿Imaginaria?.
Matilde, por eso mirándote a los ojos te pido por favor, que aunque he buscado tú alma en la mirada solo he encontrado un color d e L`Oréal rojizo, nada natural y nada de verdades. Nos llamaste a tu lista electoral y la lista resultaste tú.
Dijiste teníamos que hablar y al final tomándote una cervecita le ofreciste a José Maria un trabajo de técnico de cultura arguyendo era mejor .Pero Matilde, mujer progresista, ¿Qué se haría con la trabajadora mujer embarazada que sustenta este cargo?
¿La despedirías?
¿La harías barrer calles como actualmente recomiendan todos los del Ayuntamiento cuando uno pide mejoras laborales?
¿Por qué nos mentiste, Matilde?
¿Porque José María no es del PSOE? ¿Porque solo el juego de los votos va a favor de los inscritos a un partido? .Un circo de funcionarios donde todos se salvan veraneando en Zahara de los Atunes. Hablando sabiamente de las cocochas del atún.
¿Porque José María siendo popular (pero no del PP) te traería mas votos? o ¿Por que tu trouppe de la lista te advirtió que no te metieras con los gays del pueblo?
¡Matilde que mala opción entre los males te has vuelto! Mira que no eres ni mejillón cebra.
Que pena que tus líneas de las manos me hicieran pensar que eras buena y principal.
Si a ti te ponen y luego te sacan.¿En que cajón del partido te irán a refundir, cuando descubran que lloras si te gritan?, ¿O te quitas de política ,cuando la gente reclama mas argumentos? Berrinche y depresión laboral, mala fórmula.
Nos robaste la oportunidad de pensar que trabajando las cosas mejorarían.
Hablo en plural porque el sentido de la vida tiene siempre un objetivo, el nuestro es el amor. El poder del amor y no el amor por el poder. Aunque mil quinientos alcaldes de este país piensen lo contrario y todos los curas se manifiesten en contra del matrimonio gay, callándose siempre cuando hay que manifestarse contra la guerra.
Escribo esto por ser necesario. Seguro mañana el señor alcalde echa a José Maria o si tú llegas al cargo, me sabrás odiar con una dirección y un teléfono al que si sabré contestar, nunca como el tuyo, solo sirve para ver quien llama y no responder…
Pero esto va para los ojos de esas gentes a quien quieres engañar.
Espero que la democracia no sea una exageración de las estadísticas.
Y que alguna tarde, entre cervecitas, comentes lo malos que somos los extranjeros, los maricones, la gente humilde, cuando no nos dejamos apalear.

Villalón
Miércoles, 16 de mayo de 2007

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