sábado, 3 de marzo de 2018

Motivos para el Sincericidio



Algunas madrugadas  vienen las palabras, mirándote desde el filo brumoso de la cama, asomadas como gatos intentando jugar contigo. Uno lleno de ansiedad e insomnio, de repente, se  encuentra exhausto, trabajando ciego, aplazando las leyes que desigualan al mundo. Es necesario, en esta España llena de corruptos, belicosos, independentistas, pasivos violentos, patrullas disfrazadas en general,  haya algo regalando la esperanza de contar con alguien, reconocer la confianza como algo para  ganarlo. Nadie puede estar prescrito habiendo errado en su ejercicio de no traicionarse.
Estoy en contra de lo imposible por solucionar, nunca está demás hacer saber al mundo los desastres cotidianos, enarbolando nada más que la verdad. Me aterra el victimismo, es una muerte civil. Como también resultan insoportables esas historias con fotos idílicas, viajes a pagar en 36 meses, señoras memoriosas  afirmando un mundo divido entre buenas y malos.
Esta madrugada surgió una palabra y dije : ¿Y…si lo cuento?
Llevo casi dos años buscando casa. Para la mayoría de gente de las redes, “los enredados”, ha pasado desapercibido. Dando vueltas frente a mi muro, recopilando lo hermoso de lo expuesto, hago inventario: Mucha poesía, música, eventos donde los artistas vivan de su arte. Avancen, vistan multicolor alegría, sin photoshop. De cuando en cuando aparece la desesperación de un cartel explicando mi necesidad. Nadie de nada o nada de nadie…contestando.
Hace casi dos años pongo un anuncio, la respuesta han sido preguntas. Si estoy en la ruina, si me he divorciado, si mis amigos me han abandonado, si vivo así por haberme venido a España en pleno apogeo de mi carrera. ¿Por qué no me vuelvo a mi país? .España está difícilmente dañada entre todos, una farisea  inmobiliaria es la respuesta, como todo lo que pasa aquí, un listo destajando cruel, comiéndose vivo, a aquel animal aun moribundo.
Dada mi condición de artista independiente ha sido imposible llegar a acuerdos comerciales. Muchos papeles, mucho dinero, esa sensación ácida de no ser entendido. Allí es donde radica la soledad, la soledad no es estar solo, sino más bien rodeado de gente sin intentar entenderte.
Somos un actor y un músico, casados gay, extranjero uno, ambos contestatarios. Dos talentos demostrando por años, su valía poética, profética,  estética y política. Estos datos no son una buena piel para este mundo de ovejas y  lameculos.
Si eso lo sumo a esa extraña manera de vivir del andaluz de pro, nos convierte por regla en sospechosos, perniciosos, catalogados  con un marco claramente supersticioso. Viviendo en una alerta constante “un no parar, un sin vivir”. Una caseta de Feria en Abril, una procesión solemne plagada de “cosmopaletos”, mantillas, una tarde de toros es el mejor gráfico para comprobarlo. Aquí mientras seas turista, la risa son árboles de un falso vergel, la cobertura existe pero el móvil está alejado de la verdadera hospitalidad.
Estos años  diariamente he vivido  enfrentándome a eso, a la risita pequeña, chistes de mariquitas, a eufemismos  xenófobos, a burlitas circulares como ondas en las aguas en este glorioso Guadalquivir. Un pésimo maquillaje de modernidad, de aceptación  o normalización domesticada. El corto significado y respeto moral hacia los que asumen ser gay, de izquierdas y desprejuiciado, en el mejor de los sentidos.
Ese ha sido el recorrido doloroso de esta vida escogida. No me dejan cantar en este lugar. Desde las autoridades culturales, hasta los mercenarios de los teatros de alquiler. No hago sevillanas, flamenco, ni jazz. El canal autonómico de televisión es el guardián de lo cutre, lo inútil y las execrables demostraciones  de nacionalismo rancio.
Mi trabajo recorre Europa, menos aquí.
Las televisaciones quieren copla. Los bares , amigos borrachos para llenar la caja .Los artistas tenemos que cantar para publicitarnos en sitios con mecánicas sórdidas, donde nadie importante recala y si pasa, estará borracho tratando de olvidar quien es en ese momento, y lo duro que se le hará seguir siendo él mismo al día siguiente. Incluso hay dueños de bares congratulándose de salvar una cultura, cuando lo que salvan es una factura y bien gracias…
¡A tomar por culo el Arte!

Aun así no he perdido confianza, he ganado una imagen seria y legal, hay pocas gentes que puedan afirmar lo contrario. Soy respetable, a quien no le gusto prefiero despertarle temor. Algo se aprende: “Donde fueras, haz lo que vieras”
Ahora busco casa urgente, escribo esto atacado por un sentimiento profundo de indefensión. Busco gente buena, sensible y atrevida, para ayudarnos a evitar llegar más al fondo. Gente analizando nuestra valía .Tenemos suficiente valor como para sobrevivir a pesar de las circunstancias políticas, económicas y sociales. Está claro, sin cadena, no existe la fuerza.
Ahora mismo habrá más de uno afirmando colérico que los españoles están pasando por eso mismo. Ningún humano es superior en la lista de la prioridad. Nadie estando peor, mejora  la condición real de nadie. Si salvas a uno, salvas a la Humanidad .Nunca pensé escribir esto, si he llegado a esta confesión es por necesidad de salvarme. Lejos de la vergüenza, con dignidad.
 Si tienes una casa por favor llámame, podemos hacer una cadena, ayudarnos prácticamente. No hablo de caridad, ni paternalismo chovinista. Hablo de servirnos. Desde estas líneas llamo a los exquisitos, a los ricos del alma, a los bienaventurados escapados de lo políticamente correcto establecido. A los mecenas, a quienes necesiten la fortuna de cambiar ciertas reglas del juego.
Ayúdenme a no sentir este pavor cotidiano de existir. Me niego a ser un animal en extinción. Los artistas jugamos un papel importante en la felicidad del mundo. Un mundo sin arte es quien genera este oscuro tiempo de corrupción, salvajismo acelerado, la falta extensa e intensa del amor.

Richard Villalón
Marzo 2018
móvil +34 656306524