martes, 27 de enero de 2009

Bienaventurados los abiertos porque jamás serán cerrados


Cuando aprieto “On”, aparece el día, nuboso, frío como titular periodístico, haciéndome sentir cobijado dentro de esta cama dulce en medio del Aljarafe. Es cierto, anoche pensé: “Diciembre me va a tragar”, sin embargo tu silueta alumbrando penumbras me alivia cuando escucho lo siguiente:
Encuesta ¿Cambiará el mundo con Obama? El paro vuelve a subir por octavo mes consecutivo. Condoleezza Rice toca el piano para la reina de Inglaterra. Di Caprio pone a la venta su lujosa propiedad en Malibú California. Al menos tres muertos en una explosión en un tren en la India. Zapatero no conocía vuelos a Guantánamo con escala en España autorizados por Aznar. El PP resta importancia a la noticia de los vuelos de Guantánamo. El Banco de Japón mantiene los tipos en el 0,30 por ciento en una reunión extraordinaria. Un nuevo atentado en la India deja al menos tres muertos en un tren. Ingresan en un hospital en Londres al español herido en Bombay. EE.UU. advirtió a la India en octubre de posible atentado terrorista en Bombay. La Audiencia Nacional abre una investigación sobre las conexiones entre las FARC y ETA. Dos canadienses mueren en Tailandia tratando de alcanzar un aeropuerto.
Despierto frente a un animal sanguinario, sediento, vive en el dormitorio, es la televisión. Anestesia mis madrugadas, aunque el teléfono sea un verdugo pertinaz, cotidiano, cobrándome dineros retrasados. La televisión es mi mal menor, me calma. Reclamo historias para aturdirme de la realidad, borracho con eso, confundo resaca con baja temporal. La calle es un film de tercera categoría, producción pobre, escenas repetidas. Deambulo en el coche recordando divertido el cuento nocturno de José María:” La madre de San Pedro era una cabrona, tacaña a más no poder. Murió y se fue derechita al infierno. Los santos (no Federico ¡Dios Nos libre!) asustados por esa mala publicidad a la empresa, recurrieron al mismísimo San Pedro asegurándole su salida indemne del infierno. Borrarían las pruebas, los atestados, los testigos presenciales, sus antecedentes, eliminarían rastros de su estancia infernal y colorín colorado. Incluso Dios en un ataque de nepotismo natural dijo.”Todos tenemos una buena acción con la cual podemos salvarnos, si no, se la inventamos, faltaría mas…” La madre de San Peter en su prisión recordó su única generosidad: había regalado a un pobre una hoja de puerro, ese sería su salvoconducto para librarse de tamaña vergüenza. El diablo implicado, rabioso y sabiéndose afectado dijo. “Si; que vaya al cielo, salvándose con la única acción buena de su vida”. Los demonios se alegraron viendo como trepaba por las paredes inmundas del pozo del averno con las faldas sucias y desgañitándose:” ¡Soy la madre de San Pedro idiotas, ya se enterarán…!” Casi consiguiendo salir, un angelito perverso y misterioso le dijo:”Te vas a salvar con la hojita de puerro que regalaste”. Ella se aferró desesperada y los demás penitentes del abismo se colgaron de sus faldas haciendo que su peso descomunal rompiera la hojita débil, desbarrancándose otra vez al fondo del silencio…
Cuentan que a partir de ese instante, regresa cada cierto tiempo, disfrazada en otro cuerpo, para vengarse…
La Biblia cuidadosa silencia esa historia, involuntariamente recuerdo a Esperanza Aguirre. Poderosa, llamativa hasta el orgasmo de los rectos y bienpensantes. Sobreviviente nata a mil catástrofes, simulada maga, falsaria bruja sirviendo al poder.
En la India algunos muestran su extraña alegría al no haberse cruzado con “Espe” en su huída de emperatriz imperiosa. Los helicópteros cargan una historia íntima con la señora. Un amigo biólogo de Doña Ana, huérfano de primos, asegura que si viniera una catástrofe nuclear algunas cucarachitas trepadoras, llenas de mechas y zapatitos altos con calcetines de encajes labrados, demostrarían la inmortalidad al declarar su nombre: “Esperancitas Voladoras Aguerridas”.Amen.

Richard Villalón
Sevilla, viernes, 05 de diciembre de 2008
http://www.richardvillalon.com/

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