martes, 27 de enero de 2009

Zero -Logia


Recibí de regalo la parte oculta de un género superviviente, emergente en estos últimos años. Aman las fotografías, los mensajes cifrados, las modas pasajeras eternizadas, las mujeres guerreras y los hombres de calendario. Celebran “el orgullo” (el mas cruel de los sentimientos) llenando de escandalosos maquillajes, plumas, calzoncillos de cuero e imposturas trucadas, las calles de una ciudad con su zoológico, ghetto particular y sus torres inclinadas. Cargándole dudas a los colores del mundo. Vivo además, hace tres años, en otra minoría dentro de la minoría (muñeca rusa siniestra): Los casados gays. Casado interracial, internacional, intercultural… Casado antes que “cazado” por leyes sacramentales.
Estas “pertenecencias” supuestas –nunca entenderé una identidad descalificada- han obligado a sumarle extrañas cifras a mis papeletas de “diferente”, “marginal” “Friki” o como carajos llamen ahora, según la tendencia, a los que abominamos etiquetas.
España me ha re- bautizado: sudaca, artista, negro, judío, maricón y comunista. En el resto del mundo sería “outsider” y en el peor de los casos, de perdida: “looser”.
Voy al gym para conversar sudando, odio competir. Mis anabólicos los absorbo de las piernas, tríceps y bíceps de machos desorientados. Leo libros interesantes. Públicamente confieso: Paolo Coelho me toca los huevos. Susanna Tamaro me aterra por su catolicismo sibilino, Fidel Castro me la repanpinfla.
Canto desde niño, cantar es la isla salvadora. Cantando es la única manera de espantar maldades. Una palabra no pesa tanto, como una nota salida de esta garganta profunda, oscura, diferente: Soy contratenor. Lo barroco de mi personaje es seducir a tíos a quienes la moral les mola para limpiarse la polla luego de una eyaculación sedienta, turbia, desesperada.
Los “Nacionales Normales” atañen brujerías a los extranjeros, para ellos somos jeques o chamanes. En cada fiesta, reunión o bar, civilizados repiten como un mantra:” La premonición, la magia y los adivinos son protagonistas de tercera”. A la cuarta copa me arrinconan preguntando sobre su siguiente conquista, si es bueno comprar ordenadores por Internet y cuando morirá la “Tita solterona” nombrándolos herederos. Así me lleno de rabia, luego de risa, la fórmula terrible de odiar. Ahora la gente presume sentando a un maricón en su mesa, suponen con eso ser liberales, tolerantes positivos. Secretamente tiemblan al pensar que una lesbiana nazca como espina en su casa, un gay aterrizara cual marciano en sus domingos familiares o “Antonia la Machorra” deje su casa a su amiga de toda la vida…
Mi historia (y la de muchos parecidos) serviría para películas antropológicas con poca taquilla. Los “progres” la utilizarían cual parábola para entretener cuando decaen las fiestas y los “sushis” se desbaratan en sus cenas de diseño. Sonrosados, tecnócratas y paternales atacan a los despidos masivos, cómodos y solidarios tras el blindaje de sus contratos. Con el desolado compromiso vital de no perder nada que afecte el pago de su hipoteca puñetera.
Mi belleza física, sofisticada, solitaria, descubre chulos tatuados con karma. Aparezco en el espejo cuando la juventud grita como fantasma. Soy un “aparecido” en los cuartos oscuros, nuevos confesionarios para una devoción castrante .Sacerdote fanático de una sexualidad casi religiosa, hombre bomba disonante, así me suscribo. La experiencia ha calibrado mi existencia como animal especializado en no desaparecer .La sabiduría mundana y cateta me obligan a nunca pertenecer al “Rosa Power”. Nadie me ha ayudado a salir en una TV, ni siquiera local. Dudando siempre de mis dotes vocales, haciéndome propuestas sobre los usos corporales de la faringe. No hay lugar para lo que escribo. Este éxodo también es exilio y lo llaman”Cursillo de Estilo”, riendo cosmopolitas con amabilidad propia de las hienas, los dueños de la comunicación gay, los gimnastas del verbo, los que usan “Prisa” para hacer lento y rentable el sentido de la oportunidad. Me dejan detrás de la puerta con mis papeles legales y mis sombras, entristeciendo.
Mi pareja sigue amando la luz que consigo emitir. Escribo nocturnamente, Sevilla me ha transformado en el primer cantante-mimo del planeta. Falla el PSOE para protegerme. Sus ideas, su buenismo malsano, hacen morir de “sed junto a la fuente”. Legalmente los inmigrantes no podemos votar. Ya nos necesitarán apenas la seguridad social se rompa una cadera y falte un teléfono amigo para llamar...
Nuestra boda consiguió que mi marido obtuviera el vestuario desasosegante del segregado.
Él es actor, las autoridades del pueblo afirman que el Teatro es una fábrica de parados y los centros deportivos, la base nuclear para ensamblar “Beckhams” como rosquillas. En este Ayuntamiento los toros son ciudadanos de primera, Patrimonio Nacional. Hay tres toreros reputados, una Plaza del ídem digna de exportación.
Mezclar sangre, ruedo y señoritos son ingredientes para crear desalmados.
Afirman coléricos, inyectados y febriles que dos hombres penetrados jamás tendrán hijos, para eso Dios concibió la vagina y los terrores femeninos. Algunos avergonzados se eximen animándonos a adoptar chinitos o peruanos cumpliendo así con la llamada ley de vida. Como si vivir tuviera algo de juego divertido cuando viene decretado.
Reflexiono y este circo particular sucede mientras los banqueros llenan de palos la hoguera de la crisis, bombardean Gaza y los postmodernos piratean programas informáticos e ideas para sumarlas al vocabulario de progresistas disfrazados.
Los portales, los blogs y el mensaje móvil, crecen como hongos en el bosque. La migración está, después del fenómeno llamada, en estampida. Mi gato mira dando ánimos para no morirme en este cuarto y tú me lees pensándome loco como Juana en Tordesillas. Delirante, inmigrante, deshabitada, desencantada… mil veces insomne, un millón de euros callada, aislada del viaje de gozar tranquilamente la vida.

Richard Villalón
Sevilla 26 de enero de 2009

Bienaventurados los abiertos porque jamás serán cerrados


Cuando aprieto “On”, aparece el día, nuboso, frío como titular periodístico, haciéndome sentir cobijado dentro de esta cama dulce en medio del Aljarafe. Es cierto, anoche pensé: “Diciembre me va a tragar”, sin embargo tu silueta alumbrando penumbras me alivia cuando escucho lo siguiente:
Encuesta ¿Cambiará el mundo con Obama? El paro vuelve a subir por octavo mes consecutivo. Condoleezza Rice toca el piano para la reina de Inglaterra. Di Caprio pone a la venta su lujosa propiedad en Malibú California. Al menos tres muertos en una explosión en un tren en la India. Zapatero no conocía vuelos a Guantánamo con escala en España autorizados por Aznar. El PP resta importancia a la noticia de los vuelos de Guantánamo. El Banco de Japón mantiene los tipos en el 0,30 por ciento en una reunión extraordinaria. Un nuevo atentado en la India deja al menos tres muertos en un tren. Ingresan en un hospital en Londres al español herido en Bombay. EE.UU. advirtió a la India en octubre de posible atentado terrorista en Bombay. La Audiencia Nacional abre una investigación sobre las conexiones entre las FARC y ETA. Dos canadienses mueren en Tailandia tratando de alcanzar un aeropuerto.
Despierto frente a un animal sanguinario, sediento, vive en el dormitorio, es la televisión. Anestesia mis madrugadas, aunque el teléfono sea un verdugo pertinaz, cotidiano, cobrándome dineros retrasados. La televisión es mi mal menor, me calma. Reclamo historias para aturdirme de la realidad, borracho con eso, confundo resaca con baja temporal. La calle es un film de tercera categoría, producción pobre, escenas repetidas. Deambulo en el coche recordando divertido el cuento nocturno de José María:” La madre de San Pedro era una cabrona, tacaña a más no poder. Murió y se fue derechita al infierno. Los santos (no Federico ¡Dios Nos libre!) asustados por esa mala publicidad a la empresa, recurrieron al mismísimo San Pedro asegurándole su salida indemne del infierno. Borrarían las pruebas, los atestados, los testigos presenciales, sus antecedentes, eliminarían rastros de su estancia infernal y colorín colorado. Incluso Dios en un ataque de nepotismo natural dijo.”Todos tenemos una buena acción con la cual podemos salvarnos, si no, se la inventamos, faltaría mas…” La madre de San Peter en su prisión recordó su única generosidad: había regalado a un pobre una hoja de puerro, ese sería su salvoconducto para librarse de tamaña vergüenza. El diablo implicado, rabioso y sabiéndose afectado dijo. “Si; que vaya al cielo, salvándose con la única acción buena de su vida”. Los demonios se alegraron viendo como trepaba por las paredes inmundas del pozo del averno con las faldas sucias y desgañitándose:” ¡Soy la madre de San Pedro idiotas, ya se enterarán…!” Casi consiguiendo salir, un angelito perverso y misterioso le dijo:”Te vas a salvar con la hojita de puerro que regalaste”. Ella se aferró desesperada y los demás penitentes del abismo se colgaron de sus faldas haciendo que su peso descomunal rompiera la hojita débil, desbarrancándose otra vez al fondo del silencio…
Cuentan que a partir de ese instante, regresa cada cierto tiempo, disfrazada en otro cuerpo, para vengarse…
La Biblia cuidadosa silencia esa historia, involuntariamente recuerdo a Esperanza Aguirre. Poderosa, llamativa hasta el orgasmo de los rectos y bienpensantes. Sobreviviente nata a mil catástrofes, simulada maga, falsaria bruja sirviendo al poder.
En la India algunos muestran su extraña alegría al no haberse cruzado con “Espe” en su huída de emperatriz imperiosa. Los helicópteros cargan una historia íntima con la señora. Un amigo biólogo de Doña Ana, huérfano de primos, asegura que si viniera una catástrofe nuclear algunas cucarachitas trepadoras, llenas de mechas y zapatitos altos con calcetines de encajes labrados, demostrarían la inmortalidad al declarar su nombre: “Esperancitas Voladoras Aguerridas”.Amen.

Richard Villalón
Sevilla, viernes, 05 de diciembre de 2008
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miércoles, 12 de noviembre de 2008

Creces Crisis





La gota en este caso no llegó al vaso, los gritos empañaron algún cristal, soltando un enjambre de ideas, resonando por la casa. La crueldad huele a cadáver descompuesto. Los dos se quejan en serio, han comenzado a desaparecer cosas importantes: El vino, hace casi un mes… los yogures con cereal, las duchas largas, el cine del sábado al mediodía… Estamos en crisis, los informativos entremezclan miedos evitándole una muerte violenta a quien mira, amos de las dosis lentas.
Debiera estar recorriendo azoteas o cazando ratones, veo a mi gente desesperada, siento sus peleas in crescendo, cada vez más terribles. Hacen inventario, nadie parece haber ganado nada. Tiemblo imaginando periódicos donde retratan la violencia doméstica.
Antes de seguir, confieso: aprendí a leer y a escribir cuando Uds. dos andaban peleándose si el Príncipe debiera o no casarse con la periodista. Aquellas peleas eran dulces, frívolas, estúpidas. ¿Comenzaba a gestarse la crisis actual? ¿Sería mal agüero una pobre cazando al más rico?
En ese tiempo caminaba orondo de la sala al dormitorio, era blanquecino con mirada de turquesa imantada .La luna de nata decoraba mis noches encantadas, recuerdo nítidamente esas épocas pobladas de leche y miel, como las canciones de los hippies californianos.
Mi pesadilla de cachorro era caer en manos de unos cirqueros obligándome a saltar el círculo de fuego. Los muros eran altos, los veranos, un columpio brillante donde balanceaba nervios y conquistas. Zapatero, en ese entonces, aparecía por la televisión prometiendo un paraíso, las casas crecían como hongos tras las lluvias, este país era menos gris.
Un gato maravilloso emergía en la cocina cuando me asomaba al espejo de los azulejos. Mi fabulosa cola competía con los linces de las estepas rusas que salían en los documentales de la tarde, mi ronroneo era el motor de una felicidad viviendo sin entenderse a si misma.
El pueblo entero miraba el bacón donde caminaba gatuno y majestuoso.
Mi nombre llenaba la óptica, la carnicería, la farmacia, la pescadería. El panadero me envidiaba cuando sus lujuriosas piernas no atrapaban la atención de las mujeres .Era yo, su único rival. Los gatos somos así, vanidosos, perversos, juguetes del destino, reyes de reinos desconocidos. Aclaro, soy un gato. Un ser interplanetario, mil discursos acerca de lo fantástico y lo extrasensorial han escrito poetas y filósofos para mi. Aún no ha nacido pintor capaz de captar la rotundidad de mis misterios. Creado y criado para ser la belleza, nada explicable…
Vuelvo desorientado al pleito de Uds. dos. Oigo una lista de sacrificios, me asusta la desaparición de mi comida balanceada para gato con actividad extrema. Los reproches hacen de Uds. dos seres tristes enumerando lo perdido, viendo la arena de sus ilusiones descendiendo entre sus dedos. Soy inexorablemente otra victima de aquellos mierdas constructores, carne inmobiliaria, coleccionistas de mariposas disecadas. Reflexiono con rabia en las minas antipersona, otras explosiones mutilaran ahora las fantasías de los ilusionados. Odio aplicar la frustración. Aparecen ofertas como mala hierba, la principal regla del mercado es vender la crisis, normalizando lo bien que va lo malo. La duquesa de Alba no logra consolarnos con su catastrófica manera de negarse a la vejez, La Reina habló batiendo el record de soltar por esa boquita… mas bonita se ve cerradita. El hambre entrena alrededor de las ciudades, los pijos no entienden por qué los langostinos cada vez tienen ojitos más congelados. Quienes cantan ofenden repitiendo mantras manidos. Los dueños del petróleo se encaraman a sus islas con formas de palmera para refugiarse del universo desbaratado.
Ojala Obama nos libre de usar a Osama para invadir las ciudades de Aladino.
Amo seguir siendo gato, cagar mi arena, amo las noches dormitando entre Uds. dos, lamer mis garras sin destruir ninguna calma.
Dejar a los pájaros buscando horizontes, mirándoles volar…

Richard Villalón
Sevilla, martes, 04 de noviembre de 2008
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miércoles, 22 de octubre de 2008

Vaticinio


Hay vidas que no son vidas. Sólo son el fantasma de una ilusión.
(Anónimo)

Tomás hablaba de la doctora Carmen sonriendo, sabía sus trampas para distraernos. Ella vigila y cuida no costemos tanto a la seguridad social, total, somos simples peones en este inmenso ajedrez, tomemos lo que tomemos la muerte es demócrata, llega sin miramientos.
Vengo aquí casi por costumbre, lo mío es fácil, tengo dos vertebras malas y una depresión de caballo. Me tomo las pastillitas, me voy, me dan la baja, sigo fumando, tomando la realidad a trocitos. La vida es eso, una divertida manera de saltarse las reglas, las veces que el cuerpo resista.
A Tomás lo miraba opaco, como desenfocado en una cámara analógica. Será mi propia depresión quien hace perder brillo y colores a los paisajes del mundo, Tomás es divertido. Sabemos que un juego donde nadie pierde es fatal Él es un espejo gigante reflejando mis miedos. ¿Y si acabara así? Sentado en el centro de salud de Espartinas para siempre. Vagando como un zombi, buscando excusas para no volver al trabajo.
Ya van tres meses y no me recupero, no es la edad. Esa maldición inexorable que tarda años en llegar y nos hace esfumarnos a los ojos de los demás. Invisibles y vagabundos en dimensiones extrañas. Fantasmas de nosotros mismos. Heridos de ausencia, falta de atención. Las mujeres miran consternadas, con cara de ver un muerto y nunca preguntan la enfermedad que nos encadena. Ellas llevan su cruz sin explicarse la cruz de los hombres solitarios. Para ellas somos dos señores agrupados en esas sillitas siniestras haciendo apuestas sobres goles y presidentes ineptos.
Tomás me alegra la mañana, es un cateto dulce, no duda, dispara. Recoge radiografías, las agrupa transformándolas en un escudo inapropiado para enfrentarse al mundo, gastando una vida estrecha como el balcón por donde la mira.
Lo raro es su olor a musgo, a caja cerrada, a borde de carretera. Nunca supuse que mi tristeza traería alucinaciones. Pero no, él es real, espectro, pero real. Me dijo el jueves pasado: “Es verdad, estoy muerto. He resucitado pronto, vienen muchos muertos así y quería sentarme antes que nadie en primera fila. Me mataron por causalidad en la guerra civil .Era maestro, tenía amigos de todos los pelajes y matices, republicanos y rojos, ácratas y religiosos.
Una mañana seca como una hostia, un padre de familia me advirtió amenazando que dejara de explicarles a sus hijas lo de la libertad y el amor. Esa misma noche allanaron mi casa subiéndome a un camión y junto con varios más fui acribillado. La luna tenia un rubor de espanto cuando sentí las palas tapándonos de tierra y olvido.”
Su familia aún lo anda buscando entre pirámides de papeles y mentiras. La nada con que se aplacó su muerte, pesa mucho más que un mármol del Valle de los Caídos. Leo en su rostro la confusión de no saber comprender si murió como héroe o como traidor .Por eso se viene al Centro de Salud divertido viendo una España florecida después de la conflagración fratricida .Escuchando a los dueños del silencio convenido, viendo por la pantalla de plasma a un señor Garzón, empecinado en hacer volver a los muertos.
Después de esta revelación, Tomás pide un café. Dándome la mano presiento un organismo dolorido luchando por lograr una identidad clara .Le pregunto si al final hemos cambiado en algo, si los españoles de ahora hemos digerido la matanza de hermanos contra hermanos.” ¿Tú crees que a los dueños de la banca les gustaría compartir su sangre? ¿Crees que existe un centro en esta brújula descarriada?
La crisis brota como mala hierba y el primer augurio se ha cumplido: Cuídate del tiempo cuando los jabalíes asalten carreteras…”

Richard Villalón
Sevilla, martes, 21 de octubre de 2008
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jueves, 2 de octubre de 2008

Carta Íntima para laPrensa Pública Mexicana



Este papel lo he ido aplazando por años. Cuando recuerdo mi trabajo y leo las cartas de amigos, fans, y detractores mexicanos llega otra vez un dolor esquivo, nunca realmente sabré donde me duele México. Breve, profundo espacio donde nunca volví a estar.
En Europa he intentado trabajar y sigo cantando. Esta Europa anti-pobreza, es la que me asusta cada día más. Aquí somos inmigrantes, ni siquiera tenemos espalda para sudar, somos números abstractos, acertando para devolvernos de donde nunca debimos salir. Se odia la falta de riqueza, la miseria es otro cuento.
No sabéis cuánto he llorado buscando mi propia imagen mexicana. Es como cuando el ordenador se vuelve contra el amo haciéndose su propio dictador. Negándonos todo lo escrito, lo sentido, lo cantado. Jurándonos quitarnos lo bailado en su capricho. Por suerte en mi memoria hay archivos donde la prensa mexicana apoyó mi trabajo, donde la gente de la calle me reconocía en los mercados y también hay muchas puertas cerradas por mi condición sexual, mi situación de extranjero y sobretodo por lo peligroso de mi presencia. Salí de México en Noviembre del 94, aun tengo cajas cerradas en mi casa Sevillana. Ningún amigo artista me retuvo, todos creían que era por amor a mi pareja (dicen que el amor vuelve locas a las mujeres y a las locas… pendejas), hombre con el que he compartido casi todas mis mejores alegrías y a quien a veces cuelgo como milagrito mis peores depresiones. He estado a punto de tirarme de muchos trenes en plena carrera y he visitado muchas madrugadas Coyoacán hecho fantasma. Realmente este papel es una confesión creo a tiempo, han pasado casi catorce años. A mi me echaron los judiciales, los secuestradores del arte, algún que otro amante chaparrito de ideas.
Me echaron ciertas brujas apegadas a las consignas de servir al poder con tal de estar.
Así tuve que salir, sabiendo dolorosamente, que el pueblo mexicano ama la cultura,
el teatro, la voz de sus cantores, los trazos de sus pintores, la palabra de sus poetas. Unos saben permanecer , flotar al menos. Confieso, me harté de cazar contactos, agradar al PRI y cocinar en la misma olla el bien y el mal. No se puede ser contestatario cuando hay que lamer la mano de cualquier amo.
Esta carta la hago para quienes quieren ver el desarrollo de mi trabajo ahora mismo.
Pronto volveré al DF .Nadie me habla bien ahora de esa ciudad. Leo las manifestaciones y parece que la seguridad es un caos. Pero ¿Qué mal podría hacer con mi voz cantando? ¿Es malo afirmar que solo los artistas transformamos el horror en belleza?
Escribo y releo las líneas de mis manos. Tengo edad para reconocer: “La juventud es el mejor tiempo para desperdiciar las grandes oportunidades.” Extraño el atole en las mañanas de mis miedos más feroces, los tacos todo el día como una sicopatía y el sexo de los ángeles descarriados. Espero que esto sea difundido, leído entre la gente de la cultura. Richard Villalón canta siempre con el alma. Ahora vuelvo acorazado, frágil como siempre. No quiero ser la sangre inútil que rodó por los canales de las pirámides. ¡Quiero por favor redimirme de mi mismo!, Es cierto ,fui cobarde por no aguantar, pero nunca desleal. He intentado estos años hablar con periodistas y ellos me han ignorado porque me prefieren como leyenda urbana. Hay música de mí en el Tianguis del Chopo y en un cuartito en la memoria de la gente mexicana. Esta carta la escribo porque la primera señal de mi regreso se ha cumplido:”El día que atropellen un elefante en DF deberás volver como saliste.” Quiero consumar mi propia profecía. Soy el encantador del dolor, del fuego al rojo blanco, un naufrago eterno de la felicidad preconcebida. El vampiro que se nutre en el tequila de una ranchera bien sentida. El extraterrestre alucinando por el Día de Muertos en el calor de una cantina…

Richard Villalón
Sevilla, miércoles, 01 de octubre de 2008
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Agradecemos su publicación en vuestros medios.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Oswaldo




Zíngaros: Los romaníes prefieren la forma sin z, porque esta letra recuerda al tatuaje empleado por los nazis en los campos de concentración para identificarlos.

“El Lupo” tenía dientes amarillos, aliento a Pisco peruano, a cigarrillos negros marca “Inca”. Era escultor, había aprendido a darle levedad al metal duro, ponerle forma, transformarlo en ángeles. Llegado de Italia, luego de una escandalosa escala en Cuba. Venia huyendo para darse de bruces con su destino: Emilia. Quien bailaba desnuda para presidentes y señores diputados, cada vez que en 28 de Julio -aniversario de la independencia nacional peruana- la fiesta continuaba…
Él soñaba a gritos con Ferramonti-Tarsia, un campo de concentración especial, allí su familia desapareció cantando canciones zíngaras, bromeando acerca de cómo fabricar un ataúd más barato usando maderas incendiadas en los bombardeos contra Mussolini. “El Lupo” se encontró desnudo, tembloroso, tatuado; justo cuando dos camisas negras borrachos se desatendieron, logrando meterse en la carretilla cargada de muertos lechosos rumbo a la cal viva. Contaba que en un descuido se echó un pedo tan clamoroso y vibrante que los guardias rieron: “Hasta después de muertos, los judíos huelen mal.” El Lupo justificaba:” No era odio lo que cargaban los fascistas italianos, era un herencia oscura alimentada por siglos de resentimiento.” Bondadoso, él nos enseñó a amar su Trieste natal, el lugar más hermoso del universo. Nos cantaba baladas llenas de barcarolas perdidas en la mar y madres llorando un regreso no cumplido. Lupo se casó con Emilia, enseñándole ésta otros horrores. En Perú, las negras como ella, eran pequeñas diosas caprichosas, dinamita entre las piernas y ansias de carne blanca parecida al canibalismo.
Emilia reía sin modestia, contando sus enculamientos de yegua. A partir de la conexión carnal, ese mismo instante, ella salía despedida del mundo. Entregándose a un demonio menos bruto que nuestro diablo...A un Dios más mañoso que el colgado de la iglesia.
Los dos a la vez. Ellos amaban así, a golpes y rasguños. Nunca importó la edad de los nietos, ni la de sus trece hijos misteriosos. Ella alardeaba que en el Palacio de Gobierno la habían bañado con Champán francés mientras un general daba un golpe de estado, nombrándola “la mejor chucha del mundo” (coño en español). “El Lupo” consternado, la perseguía como perro a media paja. Sus encuentros eran sonoros, nada delicados. Visitando la casa de mis abuelos era difícil no enterarme, el abuelo se había levantado cual Lázaro de la tumba y mi abuela lo había cobijado en la profundidad remota de su cuerpo ennegrecido. Mirando trastornada a la pared, haciéndolo su príncipe venusino, veneciano…
“Gulash, fideos de patata y bolas de masa con queso comen en Trieste cuando la mar serena mira con su panza azul el trajín de los pescadores. Las mujeres eran morenas como vírgenes salidas del medioevo y mis hermanos intercambiaban esposas para no aburrirse de los mismos pechos”. Mi abuelo judío sefardita, italiano del norte frente a Venecia, lloraba en un español seco, sin hielo, nadie acababa por entenderlo. Como artista tejía un mundo diferente haciéndose amar por cualquiera para no perderse en la furia del exilio involuntario. Le veía por las calles sucias y malas de Lima, parecía realmente rehén de esa ciudad. Castigado por haberse librado de la muerte, escapando entre los muertos.
Emilia lo amaba, le decía “El Lupo”, así lo apodaron sus hermanos, por lobo, por zorro. Su única astucia fue no tenerle miedo al miedo. Subido a las azoteas, cantaba a voz en cuello extrañas canciones italianas, cocinaba “tuco” (del italiano suco, zumo o jugo de tomate), contando sus mujeres y peces plateados inexplicablemente multiplicados. “El Lupo” supo ser equilibrista de las culturas cruzadas .Tuvo hijos con negras, con cholas, con chinas. Naciéndole bellos, bestias, sangrientos y persignados. Salieron certeros para matar de un solo golpe, tercos por llegar a cimas inaccesibles. Sus hijos sumaron su osadía. Cumplidos los 72 años decidió divorciarse de Emilia, negándose a firmar en el papel “por mutuo acuerdo”.
Él quiso aclarar, dejaba a Emilia, mi abuela:” ¡Por puta!”. Emilia dejó de llorar cuando confesó gritando: “¡el platanero sí me pagaba!”. Lo hacía para compararle al Lupo su Pisco peruano, sus cigarrillos marca “Inca” y los alucinantes tomates domingueros para embelesarnos con su “tuco” italiano.

Richard Villalón.
Sevilla, 30 de septiembre de 2008
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jueves, 18 de septiembre de 2008

El Hombre de Yaracuy

Caramba, mi amor caramba, que bello que hubiera sido
Si tanto como te quise, así me hubieras querido.
Otilio Galíndez-Canto Popular Venezolano.

Recogimos a Miss Venezuela en la Estación de Autobuses Plaza de Armas a mediados de agosto. Llevaba ropa muy bonita, no se cansaba hablando de si mismo. Venezolano, contrario acérrimo de Hugo Chávez, escapado de Bélgica por los pelos. Se había enamorado por Chat. Venia por Antonio Manuel, quien le daría una cartita, para quedarse en un cosmos rodeado de fresas y campos cubiertos de artificiales plásticos en Huelva. Miss Venezuela es guapo, su principal belleza es la forma como repele la realidad cada jornada. Se paseó por la casa medio en cueros haciéndonos reír hasta llorar cada tarde. Sabía perfectamente, España no da trabajo a las “Misses” de su tipo, su Antonio Manuel era un cateto rubio, callado, culpable hasta las ronchas, por gustarle demasiado los hombres extranjeros. José Medardo era la paradoja de un reino donde la libertad parece caminar contra sentido. Había recorrido América en manos de narcos, seres habitantes de las tinieblas, ese otro armario... Padres de familia enganchados a su contoneo sensual mal habilitado. Cocinó “arepas” dos noches, en ese momento nos transportó a las selvas sombrías del Orinoco. En su cuerpo vivían alegrías muy lejanas, besos mal dados y su sonrisa descorazonada. Venezuela sufre, un dictador dispara cada día palabritas de neón, reinvención de una revolución simulada. José Medardo solo alcanzaba a hablar de los “cruising” por Ámsterdam, las dobles penetraciones en Bélgica y los señores a quienes Miss Universo 2008, Dayana Sabrina Mendoza Moncada, arrebató sin piedad el nombre de las cosas.
Le quisimos bien esos días, hicimos girar su rueca para no truncarlo, seguimos la cuerda, algo hacia temblar las palabras cuando él insistía en ser otro Boris Izaguirre en España. Su móvil llenó nuestras noches de verano, pasando hombres sedientos por los bordes de su cama, pidiendo rabiosamente lo que José Medardo no sabía dar en estas tierras sevillanas. Simplemente porque no lo traía, el amor pagado es el peor espejismo.
La mentira carga mueca particular, su mohín de reina de belleza desterrada, era un gesto atroz de tristeza ceremonial. Su perfección con respecto a lo inútil quedaba bastante cerca. Silicona fantasma, el dolor agazapado esperando ciego al porvenir.
Hablaba y hablaba desbordándose cuando Dayana se posesionaba de él, haciéndole decir: “Zin Shao” (hola en vietnamita) enseñando una dentadura blanca como la misma muerte. Recordaba asustado ese día cuando lo regresaron desde Paris hacia Caracas, custodiado por guardias de inmigración en el avión. Esa Europa lo hizo sentir mestizo, cobrizo, “marico” y sobretodo pobre. Pobre por cargar solo sueños en su leve cartera. Aún así regresó, tres meses después, valiente, altivo.
El caso es que la Venezuela del petróleo y de convocatorias masivas se hicieron añicos cuando él aclaraba una vez más:” Una Miss Universo venezolana reinaba el planeta.” Ni las llamadas cortantes, los mensajes insultantes de su país de origen, lo hicieron desprenderse de su banderita bolivariana cuando le hicimos fotos desnudo para su www.gaydar.co.uk/aaamedo.
Algunas personas quedan flotando en la memoria como manchas de chapopote en alta mar, él ha quedado transitando el corredor, desfilando la pasarela, en esa oscuridad premeditada con la que llenamos la casa.
Somos “cazadores de náufragos”, nos dijo una vez un rumano que había cumplido cárcel por ligarse a un militar en su país despiadado. Unos “buscadores de tesoros extraviados dentro del laberinto gay”, nos dijo un domador de leones ucraniano, mientras lavamos su ropa después de recogerlo a medianoche en un camino desolado de Aznalcóllar. Una especie de Magdalenas dando abrigo a moribundos de si mismos.
En verdad eso es el exilio. Mudar de piel, retratando canciones extrañas, bebiendo lágrimas contenidas para emborracharse de adiós y deriva. Somos buceadores rescatando de una oreja a un minero brasileño a punto de ahogarse. Los que cantan fados al portugués aquel, mientras tocaba el piano ininterrumpidamente, cuando su noviete menor de edad, lo abandonó para irse a Australia a buscar chicas curadoras de sus besos y sus manos.
José Medardo nos dejó astillado el corazón, se fue de nosotros a los tres días, como hizo Dios cuando se hartó de la nada, elevándose harto de tumbas y molestias terrenales.
Huyó a Zaragoza donde una maricona lo dejó sin maleta por ser tan pasiva como él mismo. De allí a Alcañíz, La Fresnera, adonde un cura colombiano piadoso lo recibió de rodillas comiéndole “el infierno” hasta el fondo del “perreo”. José Medardo seguía dando besos a diestra y siniestra, en su locura de Miss imaginaba el mundo “Lleno de paz y armonía”,” Los niños no debieran pasar hambre en ninguna parte” y “Si hubiera un holocausto nuclear salvaría como pareja (hombre y mujer) para preservar y multiplicar la especie humana: Al Papa y a la Madre Teresa de Calcuta".Responde hipnotizado con una emoción profunda como la piel de un papel.
Esta noche dormirá en cualquier lugar del continente europeo .Poco importa si echado, sentado o de pie. Soñará instalado en el rascacielos de Donald Trump, hacedor del concurso Miss Universo… Ebrio de aplausos, flores y una corona brillante adornando su heroica extenuación.

Richard Villalón
Sevilla, 10 de septiembre de 2008
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