jueves, 5 de junio de 2008

Spharka Gym


Escapé de los tiburones vencí al tigre y fui comido por los chinches.
B. Brecht

Todos tenemos cola para ser pisada. Soy el Sr. Hámster, recorro estáticamente kilómetros. En esa absurda paradoja recuerdo a familiares brillando empozados, adornando mis historias con sus encantamientos hilarantes. Todo acude cuando uno camina sin avanzar. Las mañanas son el caleidoscopio donde aparecen imágenes para escapar de la gordura. Viajo hace meses, en esta alfombra mágica, una hora diaria, por esa sinrazón buscando al que perdí. Es mejor cambiar de ojos, que cambiar paisajes, aseguran.
La ventaja de viajar consiste en poder inventarse en cada sitio una nueva familia.
Tengo una Noelia imantada, una Maricarmen hipnotizadora y hadas saltarinas tres veces por semana matándose a golpes de Pilates, esa nueva manera de llamarle a los aquelarres, en este siglo de términos rebuscados.
En el gym se escuchan las peripecias del mundo por bajar de peso .Aparecen manías extrañas. Las manías son asquerosas, todas, menos las propias. Llevo media vuelta a la tierra en kilómetros de tanto que he corrido aquí. Esa desesperación de estar y no avanzar, sudar y no correr, es la razón para afilar oídos. Los cuentos fluyen rebasando las fantasías de cualquier ocioso, haciendo gimnasia.
“¿Te has enterado? le pegan… ella se calla porque le va la caña”. “En mi comunidad son extraños, compran en Carrefour, visten en Zara. Planean repartir gastos de una luz inexistente cuando llueve. Estoy segura, en las reuniones se citan a escondidas con claves crípticas algunas esposas con los vecinos casados”. “La pobre… tiene un hijo que le roba para ir a los campamentos de moteros”. “Si supieras lo barato que es viajar, lo bellas que son las islas griegas, aunque cuando se emborrachan se les da por romper platos”. ”Sí, solo como pollo hervido, arroz blanco y tomo anabolizantes, eso si, cada vez que me corro me entran unos escalofríos donde confundo las ganas de mear con las de eyacular”. “Los huevos se ponen “chiquetitos”, no empalmas mucho, pero bueno, y los “peazos” de tríceps y bíceps ¿qué me dices…?”.”Lo que se come se cría, de tanto pollo, verás como tengo a la hermana del pollo…”
Monsieur Hámster pelo largo, nunca dejo de reírme, en un oráculo llevo viendo las auras de los culturistas y por sus ojos, sus almas felices de conocerse a si mismos o inventar a quien suponen ser. Sudo helado, más de la cuenta, cuando veo molineros arreando cabras, atravesando el gimnasio. Una señora enlutada se me aparece hablándome de un pozo donde se ahogó en los años cuarenta. Dos fantasmas galgos contaron desde los espejos, allí detenían a la gente en años donde la guerra civil era un pretexto para deshacerse de los diferentes. Los antidepresivos sobran, cuando se ven aparecidos…
Este paraíso se llama Spharka en Espartinas City casi a orillas del río Re...Pudio. Universo colorista donde he puesto cerco a la obesidad de la maldad. De lunes a sábado a partir de las 8.30 a.m.
Las imágenes pasan por la tele plana, el sonido confundido con la música tántrica, hacen que la vocecita de Rajoy se mezcle con el ¡uno y dos! de los saltos cualitativos verdaderos. El terremoto de China sonó a 20 kilos de pesa cayéndose al suelo engomado. Isabel Preysler sigue “mona” pero sus bombones han caducado. La caída del ladrillo iba a llegar, cualquier “spinning” agota cuando es forzado.
Aquí hay mucha marcha, el ritmo lleva a pensar en esos lugares deliciosos donde cualquier huracán será olvidado. Los “hartavozes” echan mala música pero el cariño es
L-Carnitina despojando al cuerpo de sus mezquindades. Esta sensación de proteína levanta cualquier ánimo perdido. Una actitud extrema será la que nos salve de ser ATS, policías, amas de casa, gestores, médicas, abogados o maestros 24 horas al día, sin descanso, sin anestesia. Nadie sobrevive sanamente a la gota de agua perpetua, la monotonía. Heteros, homos, bisex, pansexuales, tricornios, unicornios, cornudos, solteros, casados, velludos y depilados. Osas, osos, falsas pijas, lobitos y zorritas, slaves o amos, anoréxicas y jubilados. Bulímicos, ortoréxicos, disléxicos, gente de bien derecha, de doblada, de izquierda o zurdos maleducados. Europeos, emigrantes, americanos, canarios, ecuatorianas, argentinas sevillanas, bulerías, rápidos o atarantados, gitanos, seguratas, moros liberales, animales inclasificados. Amantes premeditados, ex amantas santiguadas, catequistas fundamentalistas, seminaristas apasionados. Morales, inmorales y resignados. Decentes salvajes o amaestrados.
Una mancuerna para los que sabemos que la esperanza puede dormir, pero no morirse. Spharka el microcosmos de un planeta sobrevivido, guarecido, reparado, rescatado.

Richard Villalón
Sevilla, miércoles, 04 de junio de 2008
http://www.richardvillalon.com/
correo@richardvillalon.com

viernes, 23 de mayo de 2008

España Pa tí








Rastreo palabras buscando un camino de regreso, las hay como hojas caídas en el bosque ignoto de mi miedo. Palabras con brillo de diamante y otras oscuras que han caído desbarrancadas por el olvido. ¡Qué sensación ésta tan paradójica! Quisiera contarte lo bien que me ha ido, después de ti no hubo mejor mujer, supe resignarme.
Me casé con la tonta, mejor dicho, con quien no sospechaba de mis párpados cerrados cuando la hacía mía y ella me convertía en un ser extraterrestre, lejano, con un pulso diferente para vivir en su mundo acicalado.
He ascendido hasta la cima más extrema, aun allí, no dejé de recordarte. Eras mi brújula bella, la distancia exacta para no romper el delgado hilo que separa la vida de la muerte. Estos años creo haber vivido una muerte intensa solo por saberte en el país donde jamás pudiera nacer una mentira.
Cada palabra tuya aparecía tiempo después en las conversaciones más triviales.
Una vez un cura dijo que el amor es un ejercicio, donde si no sales sucio, es porque nunca has amado.
Otra vez, en un consultorio dental, una viejita advirtió que mis dedos eran de aquellos hombres que no saben quedarse con los tesoros. Ayer mismo, mi nieta jugando detalló a mi barba pinchando como un erizo cuando lo perseguían doce perros. Tus palabras estos años han reaparecido, pregunto si lograste ahogar mis labios en el mar del pasado. Desterrado del paraíso donde íbamos a fundar una raza, aunque mi mujer es buena hasta la enfermedad, no dejo de beberte cuando el whisky quema, mi memoria y tus pies resucitan del olvido. Jamás volví a ese bar, ni arriesgué buscarte en las páginas amarillas. Cuando sonaba una cumbia me miraba tras la cortina del recuerdo, bailando torpemente con la sudamericana esa que me leía los lunares y me hacia sudar antes de correrme vivo.” ¡Papacito lléname! ¡Sácame sangre! ¡Llévate mi dolor en el caudal de tu leche humeante! “
Tus palabras ambarinas eran la puerta del infierno, aun así, volvía disciplinadamente a escuchar que lo tuyo de ser puta no era por necesidad, mas bien que te gustaban los hombres. “Debiera haber el día de Santa Pinga o del Cíclope Cabezón…” Te gustaban los besos en la boca, ser tratada como una señora. En tu país nunca pasaste necesidad, te habías enamorado, tú y tu mamá, de Jorge Mistral. Venirte a España era acostarte con él disfrazado de mil oficios. Los bares de carretera en ese entonces ni siquiera llegaban a ser puticlub, tú y tu caminar de ocelote llenaban mi vida de estudiante provinciano. Aunque eso era un burdel, para mi, era la catedral donde Dios aparecía al fondo mismo de tus piernas.
No sabes cuanto te he sufrido estos años, ¡Mi negrita! ¡Mi mulata diferida! Cualquier hombre para ti era la piedra con quien rompías el vitral de la santidad .Los hombres y sus sudores te hacían “La Reina de España”. En tus cartas pedías disculpas por las faltas de ortografía a tu mamá querida, decías que harías cine como Carmen Sevilla. De cariño te decían “La Marisol” aunque estuvieras teñida.
Tus pezones duros me comían, tu sabor a arroz blanco flotaba en mis encías, los cabellos de mi piel electrizados quedaban en tu camita sucia, en el sabor de tu universo canela… ambrosía.
Te quise tanto, nunca encontré el final de esa aventura. Me hice doctor en medicina. Estos años examinando mujeres, rearmando tu silueta como un psicópata, jamás reapareciste del ayer, cual milagro. Jurabas que antes de quererme a mi, te hubieras quedado con tu guerrillero miedoso, allá en tus cordilleras. Para ti, yo solo tenia el valor de los caracoles llenándote de baba todo el cuerpo, era un españolito de mierda marcado por Franco eternamente. Nunca pude pagar tus horas empleadas. Cuando nos despedíamos pedías medias de nylon y un perfume horrible de Myrurgia. Esas madrugadas regresaba caminando triste, aturdido por la carretera. Oliendo a ti, a jabón Lagarto, a tu rabia contenida desde que el cabrón de Colón llegó a tus islas.
Te juro, quise casarme contigo, dar la cara, decirle a mis padres haber encontrado a la mujer de mi vida .Presumirle a mi hermano que me habías comido lo incomible, tocándome el timbre justo en el momento de la explosión. Gritarles a mis titas el terrible amargor de su soltería. Fui cobarde hasta la misma médula dejándote justo el día que te regalé una maleta .No te denuncié cuando robaste mi anillo de promoción, mi reloj de oro y el prendedor del abuelo. No supe llorar, debiera haberlo hecho, odié a los “sudacas” hasta el final de mis alegrías, haciéndome de derechas, guareciéndome en una insólita y profunda madriguera. Ahora rebusco palabras tratando no olvidarme de quien pude ser. Mientras, el espejo se llena de mí y de mi mujer, como dos floreros de un culebron, dos suplentes condenados a esta habitación.

Richard Villalón
Sevilla, Miércoles, 21 de mayo de 2008
correo@richardvillalon.com

viernes, 9 de mayo de 2008

Rocío, Blanca Paloma y Pentecostés, son sinónimos


“A finales de marzo de este año saltaba la alarma ante la misteriosa desaparición de abejas que habían dejado el 25% de los enjambres en 24 estados de EE.UU. A la noticia se han sumado las numerosas denuncias a las autoridades de países europeos como Polonia, Grecia, Italia, España, Portugal y Reino Unido por parte de los apicultores anunciando el mismo problema. ¿Qué esta pasando con las abejas?...”


Una vez atravesado “El Quema” las ambulancias y la Guardia Civil quedaron perplejas al encontrar las carretas intactas, las hogueras encendidas, ninguna huella. Los helicópteros buscaban infructuosamente y aún los telediarios no tenían autorizado decir nada. No vaya ser cundiera una alarma social y se le dé a los ciudadanos por asaltar ciudades, asegurando el fin del mundo.
¿Qué podía haber pasado? “Aún está por confirmar la Hermandad desaparecida”.Serían trescientas personas sin paradero conocido. Gente ataviada con sus trajes, llenas de risas y chanzas propias del peregrinaje Rociero. Fieles con una serie de promesas por saldar ante la Blanca Paloma.

Juan tuvo esa sensación dejada por las ensaladillas en mal estado, miró a Rocío, su mujer, y le aseguró que Lola nunca había sabido cocinar y mucho menos congelar las cosas para que no se descompusieran. Claro ¿Rocío qué iba a decir de su hermana?, la pobre, divorciada a los 32 años, sin hijos con un sueldo de maestra manteniendo al sinvergüenza ese que había demostrado maltrato mental. Al final el pueblo se quedó calladito, sabían que en esa casa quien pegaba era ella y todo cerdo o cerda tiene su San Martín. Juan fué el primero en reconocer que después de aquel gran ruido tras atravesar el vado del río, algo había cambiado. Él se sentía medio vivo y medio muerto. Él fue el primero en darse cuenta que le habían robado su sombra.

Carmelita de repente encontró a Encarna y se puso a contar en regresiva el número de cervezas y finos ingeridos. “Que piripi estoy, veo gente que hace años no veía”, se dijo para sus adentros. “Niña que bien estas, anda que para ser tres años, nadie sospecharía que estas muerta. ¿Que coño ha pasado? ¿Te sigues haciendo las mechas? ¿Supiste al fin con quien te engañaba el Antonio?”

Recuerdo a Pepa siempre trabajando callada, siempre haciendo manualidades, siempre guapa y lo rara que resultó su muerte. Anda que morirse en Semana Santa dejando a todos callados e interrogados, cuando por salud mental, su madre decidió quemar la carta de su suicidio. ¿La Pepa se iría virgen a los cielos? Que raro, hace tres horas que en vez de caminar, voy flotando ¿Será la tensión? Que extraño miran, ¡ultimo Rocío que vengo de invitada a esta Hermandad! Nadie me habla y pasan de mi.¿Me habré muerto? ¿Por eso habré saludado a La Pepa sabiéndola difunta?

Miguel no supo que decir cuando al mojarse los pies y en medio de esa lúgubre ventolera apareció su mujer. “Niño, ¿sigues teniendo ese insoportable olor de pies? Ja Ja Ja, sus risas ahogaron su asombro y Miguel Ángel la abrazó como nunca lo había hecho en vida .Los dos supieron todas las palabras que faltaron antes que ella quedase en la mesa de operaciones, ahora todas esas palabras pronunciadas con ese silencio cortísimo se habían soltado cual palomas. Los dos entre el gentío confundido solo alcanzaron a decir si el gato seguía meándose en los arriates. Miguel Ángel y Lupe tuvieron la seguridad del milagro. Estaban otra vez juntos, no sabiendo en que mundo, pero juntos.
Juan María cuando regresó al caballo se encontró con Mateo, su Mateo. Mirándose embobados, un olor a pino y a marismas los hizo quedarse quietos y acercarse como en los culebrones y besarse tanto, tanto, que ninguna felicidad del mundo hubiera tenido mejor talla que esta estrenada por esos dos amantes secretos, eternos. Mateo se había muerto pensando que 40 años de compadres, de amigos y de burdeles nunca habían confundido su manera de ser hombres amadores de otros hombres (gay como se dice ahora) ninguna de sus mujeres podría haber sospechado que a ellos los unían unos sueños sucios, pero propios. Sus hijos bautizados fueron los hijos que nunca hubieran podido tener sin la ayuda de sus parientas....
Pepe reconoció que Amalia nunca supo, ni aprendió a quererlo. Su abnegación hacia sus hijos todos estos años de viudo, fue su escudo protector. Nadie sospechó una estricnina tan efectiva, sus amigos coincidieron en asegurar que cualquiera parto, luego de los 42 años, era sumamente peligroso.
“So puta, ¿Cómo hubiéramos hecho, tu trayendo al mundo a un niño chino? Tanto ir y venir de asistenta social te tomaste en serio, hasta el puto fondo, tu personaje de señora caritativa. Preñándote del piltrafilla ese del chino que trabajaba en Coria, en la fabrica de arroz, como todo chino. ¿Que me vienes a reclamar? Te libré de la vergüenza de aclarar ante las vecinas, cuando tu niño anduviera pidiendo rollitos de primavera. Ahora hablándolo ¿Me perdonas? Te he extrañado como una fiera, estos años se me han hecho siglos. No he tocado a ninguna mujer, ni siquiera en el puticlub de Espartinas. Algunos creen en mi soledad como el hueco de tu amor. La verdad es que siempre te he querido. Mi rabia nunca te venció. Mi soledad, mi vergüenza, me han comido noches infinitas temiendo que nuestros hijos descubrieran en su casa a un padre asesino...”
¡Extraño caso de desaparición masiva en el Rocío! Las autoridades creen en un secuestro colectivo. Otros creen en una fuga masiva, el 90 % de los desaparecidos habían pedido préstamos a las Cajas y a los bancos para llegar a la peregrinación anual.
Unos dicen que la Virgen este año ha llorado sangre, los más malvados aseguran que sus lágrimas son de risa. La han vendado de la mandíbula para abajo, porque no deja de reír desde hace tres días.
En las arenas hay escrita la palabra “milagro” trescientas veces repetidas…

Richard Villalón

miércoles, 16 de abril de 2008

Pellejito de Breva


Uno nunca regresa entero si vuelve de Afganistán, soy un soldado pacificando a balazos.
¡Quién pudiera olvidar esa mierda!, ¡Olvidar esas caras en el retrovisor, persiguiendo mi camión lleno de arroz! He vuelto, mi cacería de la paz me ha dejado marcado.
Construyo mi casa buscando materiales para hacerla blindada. No quiero ser el cerdito que construyó con paja.
En los baños de Ikea existe una pieza suelta para construir la felicidad. Ninguna tuerca con nombre sueco tendría la clave para encontrarla.
No busco esa felicidad de revistas y catálogos. Voy tras una felicidad fugaz estrella, brillante ante cualquier oscuridad sellada. Si en tu espejo ves líneas marcando solo sombras es porque tu felicidad es anémica, tiene uñas maltratadas con esperas huecas, dientes rumiando una tristeza errada. No tienes felicidad, tienes otro espejismo. Cambia de canal.
Le ví entrar, perseguir su silueta turbia en esa estrechez hizo disparar esta pulsión rotunda. Igual cuando preguntábamos a los caminantes de las carreteras de Oriente, le asalté sin piedad.
Callar es sembrar misterios hondos, su boca encendió el color dentro de la cueva de mis apetitos, su saliva parecía contener un antídoto contra el miedo.
Su ombligo tembloroso elevó el mundo hasta el punto que se abrieron las puertas del deseo para cerrarse las puertas del absoluto. Caí y sus labios solo atinaban a buscarme, adivinando los mil nombres nunca míos.
Es lluvia en Abril y los relojes me llevaron a buscar un manual para quitarme esta aspereza diaria, este vivir esperando, este esperar sin vivir. Toda lluvia está habitada por demonios sueltos. Entrar a ese baño dejó a la vida afuera, sorda en esa libertad instantánea. Buscándose a si misma, dejándome descansar por fin.
Un señor a su edad en un baño es un acertijo. Un remolino de fondo nos abisma, nos empuja y cuando su calor me hizo desconocer este frío antiguo, ya era tarde. Los extraños siempre dan esas cosas que los conocidos escatiman. Mis gritos hablaron de Dios cuando su piel entró en mi infierno…
Para descargar mi culpa ayudo al pueblo Saharaui, estoy inscrito en dos asociaciones de defensa de los animales. Las focas retumban mi pecho cuando las matan a palazos en cualquier ártico feroz, reciclo los papeles y las baterías las llevo a su contenedor.
Busco ser un hombre correcto pero hay síntomas delatando lo contrario. Me acostumbro a dejar de presentir a alguien, aguardando tras la lejanía con un beso ciego y ninguna promesa.
Mi padre juega a despistarse, mi novia asegura tener un santo a su lado.
Mi madre siempre supo que lo mío es una bomba unipersonal debajo de la almohada.
Mis hermanos se sienten orgullosos de mi papel de soldado pavoneándose en sus “botellonas”, haciendo planes para seguir mi ruta y lo fácil que resulta comprarse una casa cuando vas a la guerra. Ninguna guerra se camufla con el pretexto de la paz.
Me gustan los señores parecidos a “Tito” José María. Los que hablan de cocina y un mono-volumen para escapar a los hoteles.
Me ponen las tías preparando oposiciones y más las sudamericanas sudando como fieras cuando mi instinto las acorrala en cualquier puticlub lejano al mar:
“Suda-americana, reina madre de mi fiebre desbocada, perrea, perrea…”
Busco sitios donde la comida se cocina a base de frío, así me parece haber cocido mi espíritu todos estos siglos. Haber domesticado ciertos instintos.
En Ikea busco modelos sofisticados, paradójicamente iguales. Me gusta ser original, al final, resulto un conservador de la costumbre extraña de jugar a la diferencia. Ocurre con todos los supuestamente distintos. Acabamos siendo horteras comprando en Ikea o catetos por declarar que nada nos gusta de Ikea. Armar es difícil en este lugar donde desarmar es una consigna.
“Pellejito de breva” no me digas tu nombre, solo bebe, solo ama, solo folla. En el estacionamiento tu humedad me delataría sino hubiera usado tanto papel para limpiarme de ti.
VIP, soy Bi, soy Bip- Bip, el correcaminos con su presa atenta, nada tonta. En tus manos una cera derretida va convirtiéndose en estatua, capturada en la pasión de un baño mientras el cielo se desploma. Vivo buscando las llaves para ciertos tornillos excéntricos, descolocados. Viejito con la piel de niño, “pellejito de breva”, mátame más…
Se despide “Pellejo de coco”, mudo, loco, militante despiadado. Cambio y corto…

Richard Villalón
15 de abril de 2008
http://www.richardvillalon.com/
correo@richardvillalon.com

miércoles, 2 de abril de 2008

Magdalena en Abril




Cartería

1. f. Empleo de cartero.
2. f. Oficina inferior de correos, donde se recibe y despacha la correspondencia pública.
Carteria.- carta desde las arterias…


Magdalena, cuando llegué a Sevilla, lo primero radiante, hipnotizando mi corriente sanguínea, fue la Feria de Abril. Mujeres mariposas volantes, hermosas. Hombres firmes, centauros, miradas de metal, alados…
Un campo iluminado por casetas donde parecían haber aparcado las naves más fantásticas de un planeta desconocido, por descubrir.
Música, mucha música, así concluí que el jardín de la alegría había plantado sus raíces mas caprichosas aquí. El Edén de los cuadros era una imitación burda de esta Feria, donde estábamos blindados tras el alcohol, guiños seductores, trajes llenecitos de flores bordadas como humo.
La Feria es eso. Una alegría, como simulacro constante para escapar de días poblados por desconsuelos habitados y deshabitados. Aquí me quedé, subyugado por el lujo de vivir riendo, escuchar lluvias en Abril, sentarme entregado al Guadalquivir, usar el fondo de un vaso de fino, como horizonte .Sentirme volando sobre el olor de los fritos, las gambas, los quesos, jamón recién cortado…
Magdalena, eso fue “mi presente”.Pero cuando acababa la Feria acaba todo.
Después de estos doce años, no me repongo, vivo en esta ciudad- ilusión con una sonrisa casi mueca. La alegría queda diluida en gracias salteadas, en gente acumulando chistes como quien guarda cromos para intercambiarlos en los bares el resto del año.
Floto vacío, una sevillana terca repitiéndose en este cuarto, donde el corazón se deja tragar por la tristeza. Un televisor escucha los palillos con los que la soledad se contonea, loca por no quedar en quimera.
Te cuento esto porque sería bueno advertir a la gente, mientras bailas, la existencia de ciudades espejismos repartidas por la vida de los esperanzados. Debemos cuidarnos de esas alegrías tan antiguas, ellas, como cualquier sirena, embaucan al despistado haciéndole naufragar.
Algunas noches me despierta la sensación de deambular calles en mi ciudad mexicana, siento tenebrosamente a los demás, despreciándome por quedarme aquí. Haber perdido mi magia de sobrevolar, abandonar tanto al bien como al mal. Un Limbo sin brújula para culpar.
Esta ciudad prisión me ha transformado. Callado junto a una rueca donde los días se parecen a si mismos y el amor de mi vida es el centro exacto donde la realidad me obliga a disparar torpes dardos.
Canto muy de cuando en vez. Cuando canto algo ha manchado tan “negramente” el arco iris de mi voz pareciendo no existir ningún detergente para limpiar esa mácula. Vivo una resaca eterna. No entiendo lo que pasa… la garganta seca como arena…
Mi vida dividida viendo a un partido político haciendo callar al otro. Gente de la calle, debiéndole siempre algo al futuro. Un fandango laberinto del cual nadie se resigna.
De tan triste que me han hecho, ni siquiera voy a los cementerios a disfrutar la vida, presagiando la estación a donde llegaremos, sin despojarnos lo danzado.
Magdalena, tu recuerdo bailando contra el dolor, es mi amuleto. Exorcizando con tu belleza los daños del mundo. Tu trenza en mi casa, iluminando ese jardín donde aventurábamos un futuro trabajando. Lejos de nuestro país geográfico, inventando nuestro país común. Hermana, raptada por esta distancia insuperable… ¡Cuánto me faltas!
Va a ser verdad, el amor nos esclaviza cuando es el verdadero, el fulminante, el detonante, echando por tierra nuestros sueños, soñados. Nunca debí dejar aquellas ciudades donde la Feria era la vida sobrevivida. No celebraba solo en Abril la vida. La gente cargaba su música en el fulgor de una mirada persiguiendo estrellas fugaces cada sexenio, tú cocinabas ingredientes cambiados mientras el sortilegio de tu presencia hacía saltar los obstáculos para llegar a la felicidad. Magdalena damita dinamita derribante…
Magdalena esta ciudad no es mala, el problema es que nunca comparte la dirección, ni el teléfono de su perversión.
Cuando bailes advierte al mundo, soy un rehén de la belleza. No puedo escapar.
Es Abril, ahora retorna ese barco fantasma de la Feria. Con sus pasajeros ebrios de una luz inventada, donde la proa se hunde y se sigue bailando. Ciegos de ser únicamente sevillanos.
Pondré mis mejores sonrisas en el tarjetero y de caseta en caseta el mundo se volverá efervescente. La existencia tendrá un compás de sevillana reiterante, las gentes repetirán “como Sevilla no hay dos…”.
Ya no soy extranjero en esta ciudad tan suya, mis diferencias marcan esa distancia siempre. Soy extranjero de mi mismo. Cuando bailes recuérdame, nunca como estoy, más bien como contigo fui…

Richard Villalón
Sevilla, Martes, 01 de abril de 2008
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e-mail:correo@richardvillalon.com

jueves, 14 de febrero de 2008

richard villalon: Es Ta…lento

richard villalon: Es Ta…lento

Con...trato



No quiero tender la cama, he luchado contra ti toda la noche. Sus refugios blancos resultaron guaridas donde el dolor masticó impasible. Cada vez que te vas, siento evaporarme, es verdad, el amor es un castigo para quien no sabe vivir solo. Tu olor es un río llevándome a fondo, una velocidad violenta, una piedra al cuello. Como preso político que ha sobrevivido a mil picanas y lo llevan en avión para desaparecerlo en alta mar.
Así anoche me has faltado… Como esa llave ausente supone abrir la puerta de los silencios. Me has faltado mucho, embriagado reconocí un ojo azul en el móvil con mensajes inútiles escapando de la plenitud .No quiero tender la cama porque huele a mi miedo de vivir sin ti. Prefiero esa certeza, a no habitar jamás en mí…
La televisión bombardeó con su mirada feroz esta habitación. Aparecieron señores vendiendo maneras para triturar una manzana, un experto cortando en cuadraditos, reía en alemán hablando de la calidad, como quien sabe encender un horno crematorio. El gato veía la película de mi soledad como vigilando un ratón en su primera pirueta.
Señor Rajoy ¿En qué parte de su contrato hablan del amor que nos arrastra a España?
¿Qué nos llevaremos los salvados, los que no llegamos a ser empujados al vacío sobre el mar? ¿En el contrato se aclara que huir es la manera cruel de ser castigado?
Señor Zapatero ¿Todos son tan amables como Vd.? ¿Estará bien mi mano haciendo la curva de su ceja? ¿Donde vive la felicidad cuando somos abandonados por nuestro país? El pan resulta una caridad a pesar de haberlo ganado trabajando en oficios desechados.
Todas las preguntas pueden ser armas terroristas. Uno quiere volverse feto o una patadita en el vientre materno. Llorar para no salir a este mundo llamado Europa, a esta sensación de cargar una estrella frente a las alambradas. A este temblor cruzado entre el miedo y el frío de la indiferencia con la que nos castigan al pensar en nosotros, como diferentes. Seres poco calificados, armas de destrucción pasiva, muletas de los viejos, cuidadores de niños, carne de viveros o putas de carretera.
Sabemos perfectamente que la vida tiene un motor llamado deseo, engrasado con sueños. Rojos o amarillos, azules, negros o claros, veloces como parpadeos en la montaña rusa. Ahora estoy trabado viendo estos personajes vomitándonos con promesas electorales, cada palabra suena a corriente presagiando muertos. Un molino con sus goznes oxidados hace siglos. Suena a nuevos ricos acechando oficinas, a futuros planeados sobre contratos basura. Una bolsa de plástico donde el paro no es cardíaco. Un accidente social siempre premeditado. Un seguro donde la máquina severa no cumplirá con el hombre.
Se vienen las elecciones, debiera pensar cómo recuperarte. Pienso en tu calma, en los dedos de tus pies cuando duermo entrelazado a tu pelo de maíz, tus ojos de cenizas aun caldeadas, el sueño de vivir juntos hasta que la vida nos separe, morir juntas las eternidades insospechadas.
Tengo miedo de tender la cama, no vaya a ser motivo para romper algún contrato. Solo siembran miedo, el temor nunca es respeto. Ojala Rajoy se case con alguien peor que Carla o amanezca convertido en sudaca- rumano- chino. Sus vecinos le miren desconfiando sus costumbres. Su comida huela mal. Ojala su hipoteca se vuelva contra sus mejores fantasías Pierda las gafas un minuto antes de tomar el metro atestado. Despierte en medio de Irak justo cuando pasen los guardias armados. Lo confundan como él confunde con su claridad tirana. Descubra dos padres o dos madres en su partida de nacimiento Ojala se convirtiera en humano aterrado sobre una patera. Le deseo tanto mal como el que él, fabrica para mi.
Ahora no quiero tender la cama, quiero beber tu sonrisa como quien tras del desierto descubre un manantial. Como un hombre gritando ¡Tierra! desde una carabela, como la sangre llega al corazón después de mil arterias, confundida…

Richard Villalón
Sevilla, 13 de febrero de 2008
http://www.richardvillalon.com/